Accidente de tren en Santiago

El dolor de España

Los Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia, dan el pésame a los familiares de las 79 víctimas mortales al finalizar el funeral.
Los Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia, dan el pésame a los familiares de las 79 víctimas mortales al finalizar el funeral.larazon

Los máximos representantes del Estado acudieron al funeral por las 79 víctimas del accidente del tren de Santiago

SANTIAGO- En la catedral de Santiago ayer atronaba el dolor. La campanas tañían a las 19:00 de la tarde y la planta del templo, en forma de cruz, se quedó pequeña. La meta final de miles de peregrinos, la catedral compostelana, acogió ayer el solemne funeral por las 79 víctimas mortales del trágico accidente del tren Alvia que descarriló en la curva de Angrois. En la verja junto al pórtico, donde se anudan las flores, las velas y las notas de los peregrinos en recuerdo a los fallecidos el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, esperaba, junto a su esposa, Elvira Fernán-dez, y al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, la llegada de los Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia, que junto a la duquesa de Lugo, la Infanta Doña Elena, presidieron la misa oficial.

La ceremonia, organizada por la Xunta de Galicia, con el apoyo del departamento de protocolo de la Presidencia del Gobierno, fue concelebrada y oficiada por el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio. En la parte principal y a la derecha de la catedral se situaron los familiares y amigos de los fallecidos y heridos en el trágico accidente. A su lado, compartiendo banco, se encontraban los vecinos de Angrois que participaron en el rescate del tren accidentado. También asistieron a la misa los bomberos, policías y miembros de los servicios de emergencia que el pasado miércoles 24 de julio asistieron a las víctimas y heridos de curva de la muerte. Muchos de ellos no pudieron contener las lágrimas mientras miraban hacia arriba, al Apóstol Santiago, como tratando de lanzar un abrazo al cielo por ese amigo, padre, hijo o esposo que ya no está. Otros, trataban de remansar el dolor lanzando un sinfín de porqués sin respuesta...

Al lado izquierdo de la catedral compostelana se situaron las autoridades, entre las que destacaban los presidentes autonómicos de las comunidades a las que pertenecían los fallecidos y heridos del tren. También asistieron los ministros de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, la ministra de Fomento, Ana Pastor, y el ministro del Interior, Jorge Fernández, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, o el Fiscal General del Estado, Torres Dulce, y representantes de las embajadas de las diferentes nacionalidades de los fallecidos.

Durante la homilía, el Arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, se refirió al trágico accidente en un día que se presentaba festivo, en el que la noticia del accidente ferroviario «sobrecogió nuestra alma que buscó en la oración el sosiego para encomendar al Señor a los fallecidos». Y aseguró a los familiares de las víctimas que Galicia y España les «llevan en el corazón» desde entonces. Barrio pidió por la recuperación de los heridos e imploró «el consuelo y la serenidad para las familias de las víctimas». Subrayó el «profundo dolor» vivido estos días y ensalzó la cercanía de esas personas que se desvivieron «para atender a las víctimas», así como «el esforzado trabajo de cuantos colaboraron para paliar el inmenso dolor».

El arzobispo compostelano hubiera preferido acompañar «sencilla y afectuosamente vuestro silencio en oración» y «enjugar vuestras lágrimas y aliviar vuestro dolor», dijo.

Asimismo, les trasladó que Dios no les ha abandona «nunca» y que «no está ausente: está con el que sufre y siente el agobio de la soledad y del abandono» . «Nuestros hermanos han perdido sus vidas cuando tantos proyectos y tantas esperanzas llenaban su quehacer diario personal, familiar y laboral. No es fácil comprender y aceptar esta realidad, pero no debemos malgastar nuestro dolor. Todo tiene sentido en nuestras vidas», dijo.

El arzobispo también le pidió al Santo Apóstol Santiago y a nuestra madre la Virgen María «que hayan peregrinado con las víctimas hasta el Pórtico de la Gloria celestial».

Al terminar la misa, los Príncipes junto a la Duquesa de Lugo, el presidente del Gobierno y el presidente de la Xunta de Galicia se acercaron a los familiares a los que fueron dando el pésame uno a uno. Poco después, al abandonar el recinto catedralicio, la plaza del Obradoiro aplaudió a los Príncipes, que correspondieron con agradecimiento pero turbados todavía por tanta emoción.

Saludo y apoyo a las familias

El viernes, dos días después de la tragedia en el que descarriló el tren en la curva de Angrois, los Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia se trasladaban hasta Santiago de Compostela para interesarse por el estado de los heridos del accidente de tren. Trataron de animar y dar un soplo de esperanza a esos padres que tenían a sus hijos en la UCI tras el descarrilamiento en la curva y recorrieron hasta tres plantas para mostrar su afecto a las personas ingresadas. Ese mismo día fueron al barrio se Angrois para agradecer a los vecinos su ejemplaridad, generosidad y valentía al correr a socorrer a las víctimas del tren accidentado... Sólo dos días después de su primera visita tras el siniestro, los príncipes volvieron ayer a Santiago de Compostela donde presidieron el funeral oficial por las 79 víctimas mortales. Acompañados por la duquesa de Lugo, la infanta doña Elena, Don Felipe y Doña Letizia repartieron abrazos, besos y palabras de consuelo a los familiares de las víctimas tratando de amortiguar la pena. Era difícil aliviar tanto dolor, pero una vez más, los Príncipes de Asturias se mostraron cercanos. Sin prisa, de riguroso luto y con el semblante triste se pararon a escuchar las palabras ahogadas por la pena de los familiares de las víctimas. Uno a uno fueron dando sus condolencias y su cariño a los jóvenes y mayores a los que la curva de la muerte les había arrebatado a sus seres queridos de su lado. Los Príncipes se mostraron con ellos con un enorme cariño, compartiendo el dolor, comprendiendo el vacío que algunos de los familiares les trasladaban y su compañía.

También se acercaron a dar el pésame a los familiares el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto a su esposa, así como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; la ministra de Fomento, Ana Pastor; el alcalde de Santiago, Angel Currrás; y el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, entre otros. El funeral también contó con la asistencia de una decena de presidentes autonómicos –el de la Junta de Andalucía y la de Aragón excusaron su asistencia– y de numerosas autoridades institucionales de todo el Estado, así como ministros del Gobierno central y el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, entre otros. La catedral compostelana se quedó pequeña para albergar a todos los que quisieron rendir homenaje a los fallecidos en la tragedia ferroviaria. Así, centenares de personas no pudieron entrar en el templo y en torno a 2.000 personas siguieron la eucaristía desde una pantalla que fue instalada en la Plaza de la Quintana. Una vez que fueron saliendo los asistentes, las personas que habían seguido el oficio religioso desde fuera, accedieron a la comunión por las puertas de Azabacherías y Platerías.