Salud

¿El fin de la «Viagra femenina»?

¿El fin de la «Viagra femenina»?
¿El fin de la «Viagra femenina»?larazon

La agencia americana del medicamento debate la próxima semana sobre la idoneidad de «la pastilla rosa» que aumenta la libido de las mujeres.

Existen 26 tratamientos diferentes para combatir las disfunciones sexuales de los hombres, pero para las mujeres que pierden el deseo sexual, la libido, aún no se ha aprobado ninguno. La famosa «píldora rosa» que se lleva anunciando desde el año 2010 no parece ver la luz, aunque la próxima semana la FDA (agencia del medicamento norteamericana) debate –por tercera vez– la idoneidad del Flibanserin, un fármaco no hormonal que actúa directamente sobre el cerebro femenino y cuyo principio activo es un antidepresivo. «En agosto nos darán su veredicto final», confirma el laboratorio a LA RAZÓN. Desde su creación, esta «Viagra femenina» no ha hecho más que recibir malas noticias ya que los estudios y las investigaciones clínicas no han obtenido datos tan reveladores como los que se consiguieron a finales del siglo XX con la aprobación de Viagra, la medicación para que los hombres con disfunción eréctil pudieran controlar su problema. Y es que lo que busca el laboratorio estadounidense Sprout Pharmaceuticals –compró en 2011 la patente a Boehringer Ingelheim tras los dos rechazos que recibió de la FDA– es reducir el Trastorno de Deseo Sexual Hipoactivo (TDSH) que aparece, sobre todo, en mujeres premenopaúsicas y que en las consultas se conoce como «apatía sexual» o «falta de deseo sexual». Según fuentes de la Asociación Española de Especialistas en Sexología, el Flibanserin se encontró cuando se buscaba un medicamento contra el insomnio y esto, junto a que no se trate de un tratamiento hormonal, indica que sus efectos se basan en la deshinibición de la mujer, presuponiendo que si está relajada y despreocupada disfrutará mucho más del sexo.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Sexual –la última que se ha realizado corresponde al año 2009–, el grado de satisfacción con la vida sexual desciende notablemente a partir de los 45 años, cuando la menopausia está cada vez más cerca. Y es que, mientras que se sabe que los problemas masculinos se pueden solucionar con hormonas, especialmente con testosterona, con las mujeres no es tan sencillo, como indica José Jara, de la Unidad de Andrología del Hospital Gregorio Marañón, «el trastorno femenino suele tener una valoración subjetiva, pero no existe una hormona concreta» relacionada con este desinterés. De acuerdo con el estudio Preside, realizado en Estados Unidos, un 39 por ciento de las mujeres tienen este problema. «Se estuvo valorando el uso de testosterona (tratamiento masculino) en mujeres, pero sus efectos no eran muy positivos porque aparece vello facial y desequilibrios hormonales que también apuntaban a un posible riesgo de cáncer de mama», sostiene el experto. Así, hasta que no se apruebe el fármaco norteamericano y dos posibles tratamientos europeos, «la única forma de abordar el problema es la psicoterapia a través de la que se intenta que desaparezcan los conflictos de pareja», que suelen ser los que desencadenan la falta de apetito sexual.

Sprout Pharmaceuticals espera recibir la próxima semana buenas noticias de la agencia norteamericana, ya que consideran que han hecho todos los deberes. El principal motivo por el que se rechazó el Flibanserin en 2010 y en 2013 fue porque sus ensayos clínicos en mujeres no reflejaban un aumento claro de la libido. Es más, la FDA aseguraba que el único beneficio testado es que conseguía producir un acto sexual satisfactorio más al mes, en contraste con los posibles efectos secundarios que habían aparecido en alguna de las 1.300 mujeres canadienses que participaron en el estudio. El aspecto que más preocupa a la agencia es la fatiga y la somnolencia que puede producir esta pastilla que se toma una vez al día y que, de acuerdo con sus inventores, «arregla» el desajuste químico que se produce en el cerebro. Así, en febrero de este año, el laboratorio presentó un nuevo formulario que incluye «los estudios clínicos adicionales que nos exigían», afirma la directora general de la compañía, Cindy Whitehead. «Espero que la FDA reconozca la necesidad de que se apruebe este medicamento para que así, las mujeres que sufran este trastorno puedan contar con una solución para este mismo año», recalca. De acuerdo con el psiquiatra de la Universidad de San Diego (California, EE UU) Stephen Stahl «el Flibanserin corrige el desequilibrio que se produce en el cerebro y es capaz de recuperar el deseo sexual». Los nuevos datos que ha aportado el laboratorio reflejan que los problemas de somnolencia que puede producir el fármaco son mínimos y, el día después de haber tomado el medicamento, los efectos de cansancio se asemejan a los que se dan el día después de haber tomado una pastilla para dormir.