El ganador de la semana: Neko, un «gato-perro» atípico

Hace justo un año, un anuncio acaparó la atención de Paloma. «Se regala cría de gato sin raza», rezaba el cartel. Días más tarde, Paloma y su compañera de piso ya convivían en Madrid con Neko. «Elegimos este nombre porque Neko significa en japonés gato y, desde siempre, nos ha atraído la cultura japonesa», explica su dueña. Sin embargo, durante algunas jornadas, sus amas pensaron que el minino que habían adquirido era una hembra «y, por eso, en un principio le llamábamos Sia... ¡Hasta el veterinario pensó que era una gata!», apunta Paloma. Según sus propietarias, cada mañana, Neko las despierta mordiéndolas «cariñosamente en el brazo. No parece un gato sino más bien un perro porque no araña con sus uñas y tiene unos dientes bien afilados». Otra de las curiosidades es que la mascota se pasea por las calles de su barrio con una correa pero «sin acercarse a los perros», matiza Paloma. Además, Neko soporta mejor el calor estival de la capital acurrucado en un barreño. «Sabe que ahí esta más fresquito. Por eso pude hacerle esta foto peculiar».