Violencia de género

En el kilómetro cero contra el maltrato

Celia, Gloria, Susana y Mª Carmen, al lado de zapatos rojos que simbolizan a las víctimas de malos tratos
Celia, Gloria, Susana y Mª Carmen, al lado de zapatos rojos que simbolizan a las víctimas de malos tratoslarazon

Celia, Gloria, Susana y Mª Carmen son cuatro de las mujeres que llevan en huelga de hambre desde el pasado domingo en la Puerta del Sol. Piden que se proteja y se reconozca a las víctimas de la violencia de género. A pesar del frío, de la lluvia, del viento, van a continuar en huelga de hambre hasta que sus 20 peticiones sean escuchadas. No son las únicas. Son mujeres, madres, trabajadoras, y van sustituyéndose. «Los políticos no tienen ningún compromiso contra la violencia de género. Sus programas están vacíos en este sentido, todo es papel mojado», asegura Gloria Vázquez, portavoz de la Asociación Ve-la Luz.

«Llevamos cinco días y todavía no se ha pasado ningún político del color que sea a preguntarnos qué queremos, por qué hacemos esto... En definitiva, ninguno se ha comprometido con nosotras. Luego, cuando muera una mujer más bajarán y harán el minuto de silencio, pero poner medidas para evitar que esto suceda y ayudar a las supervivientes del maltrato, no», denuncia.

De los 20 puntos, la portavoz de este colectivo destaca que «ante indicios de maltrato se suspendan el régimen de visitas y pierdan el acceso a la patria potestad; que se reconozca a víctimas y familiares que fallecen como víctimas de violencia de género; que se las reconozca como víctimas de terrorismo y, sobre todo, que se cree una comisión de investigación parlamentaria específica en violencia de género a nivel estatal donde las mujeres maltratadas tengan voz».

Urge hacer algo, no puede ser que «en España el número de sobreseimientos en casos de violencia de género siga siendo elevadísimo, y que en un 80% de las condenas lo único que se les pida a los maltratadores sea servicios para la comunidad. No puedo entender que si una mujer no quiere entregar a sus hijos a un maltratador la condena que le puedan poner sea mayor que la que le ponen al violento. Tampoco entiendo cómo puede ser que una mujer pida que a su maltratador se le ponga una pulsera y se le deniegue a pesar de haber sido condenado».