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Extranjeros en España

Una estadounidense que vive en España revela la costumbre por la que casi llama a la policía: "Los andaluces son..."

Pese a que lleva mucho tiempo en España, la americana no se acostumbra a una de las acciones más frecuentes que llevan a cabo los andaluces

Una estadounidense que vive en España revela la costumbre por la que casi llama a la policía: "Los andaluces son..." La Razón

Cada vez son más los ciudadanos estadounidenses que deciden establecerse en España, atraídos por una combinación de factores que van desde el clima templado y el coste de vida más accesible hasta la calidad del sistema de salud pública. Ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla se han convertido en destinos populares para quienes buscan un cambio de estilo de vida.

Muchos de estos expatriados valoran especialmente la cultura del ocio, las largas comidas en terrazas y la importancia que se le da al tiempo personal y familiar,. Estos aspectos contrastan con la vida que se practica al otro lado del charco. Un ritmo vital más individualista y orientado plenamente al trabajo predomina en gran parte de los Estados Unidos. Además, el sistema sanitario español, financiado por el Estado, representa un atractivo frente a los elevados costos médicos americanos. Estas diferencias culturales, lejos de ser un obstáculo, suelen ser vistas como parte del encanto de una experiencia que saca a los americanos de su zona de comfort.

Sin embargo, el espíritu desenfrenado, pero a la vez relajado, que mantenemos los españoles no solo concierne a las costumbre y a las tradiciones, sino a la forma de vivir, a un estilo concreto. Esta serie de aptitudes que los autóctonos conocemos desconciertan verdaderamente a los extranjeros. Tal es el caso de Sophie Gray, una estadounidense que lleva años viviendo con su novio en Andalucía y comparte sus vivencias como foránea a través de su cuenta de TikTok, acumulando miles de seguidores y una gran base de fans.

El choque cultural también es familiar

Gray comienza el documento analizando su percepción respecto al mito de los andaluces y su tono de voz. "A veces mis amigos andaluces me preguntan si creo que los andaluces hablan fuerte", añade. A lo que responde con una contestación algo inesperada. "Creo que los estadounidenses somos los que gritamos, sinceramente, puesto que, tu te sientas al lado de un guiri y te enteras de toda su vida sin querer", asegura. Por el contrario, sí que hay algo que todavía no ha interiorizado con este tema.

"Pero lo que sí me pasa con mi segunda lengua, y aún más con andaluces, es que a veces no se si están de broma o apunto de arrancarse la cabeza", exclama haciendo referencia al ímpetu con el que muchas veces se entablan conversaciones entre cercanos en nuestro país. Asimismo, la protagonista indica que cuando escucha a sus suegros hablar o a sus vecinos, muchas veces ironiza con llamar a urgencias o incluso a la policía por si existe algún tipo de problema.

"Los andaluces son tan expresivos que no hay manera de saberlo al principio", concluye tras meses viviendo en la península. Sin embargo, aclara que cuando ve los gestos que acompañan a esos gritos es capaz de identificar las intenciones y que, por tanto, en estos casos no hay problema. "A veces estoy en alerta máxima intentando descifrar si hay una bronca y de repente todos se ríen y yo con el susto en el cuerpo", sentencia contando una anécdota graciosa.

La fina línea entre la discusión y el apego

Sus comentarios generaron una gran empatía y simpatía en los comentarios. Algunos de los más populares mencionaban la gracia con la que cuenta sus hazañas, al mismo tiempo, que la adaptación tan rápida al idioma y a las costumbres españolas. Además, otro de los factores que más destacan los internautas es el acento tan característico. "En otra vida fuiste andaluza, seguro", menciona una seguidora.