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Este es el motivo por el que no debes cortar el césped de tu jardín en abril, según los expertos

Para quienes se preocupan por la estética o la funcionalidad del espacio, la propuesta no exige una renuncia total al orden

Este es el motivo por el que no debes cortar el césped de tu jardín en abril, según los expertos Freepik

Con la llegada de la primavera, muchos aprovechan las suaves temperaturas para realizar tareas habituales en el césped de su jardín, como desbrozar, eliminar malas hierbas o realizar nuevas siembras, pero cada vez son más quienes optan por un enfoque diferente: dejar que la naturaleza siga su curso sin intervenir con tanta prisa.

Esta tendencia ha cobrado fuerza especialmente con una iniciativa nacida en el Reino Unido en 2019 y que, poco a poco, se ha extendido a otros rincones del planeta. Su nombre, 'No Mow May' (literalmente, 'no cortar el césped en mayo'), invita a dejar la segadora guardada durante al menos un mes con el objetivo de proteger la biodiversidad que florece a ras de suelo. En países como España, donde la primavera suele adelantarse y abril ya trae temperaturas más cálidas, la propuesta también ha ganado seguidores que deciden ralentizar el ritmo del mantenimiento del césped.

La razón detrás de esta práctica es tan simple como poderosa: al permitir que la hierba crezca, se brinda un espacio vital para numerosos organismos. Insectos como abejas, abejorros y mariposas encuentran alimento en las flores silvestres que brotan del césped sin cortar. Estas flores, que a menudo pasamos por alto (margaritas, dientes de león, tréboles) son auténticos oasis de polen para los polinizadores, cuya labor es clave para mantener el equilibrio de los ecosistemas.

Pero los beneficios no se detienen ahí. Al dejar crecer la hierba, también se preservan hábitats esenciales para muchas otras especies menos visibles. Desde caracoles y orugas hasta escarabajos, saltamontes, hormigas o incluso arañas, todos dependen de este microentorno para alimentarse, reproducirse y protegerse. A su vez, estos pequeños seres vivos son fuente de alimento para aves que, al alimentarse de ellos, completan el ciclo natural del jardín.

Para quienes se preocupan por la estética o la funcionalidad del espacio, la propuesta no exige una renuncia total al orden. Se puede, por ejemplo, trazar caminos cortando franjas de césped que permitan el paso hacia zonas de uso frecuente. Así, se logra un equilibrio entre la comodidad humana y la necesidad de preservar un refugio para la fauna.