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Día Mundial

Expertos en patología dual: "el cannabis está lejos de ser una droga blanda"

La Sociedad Española de Patología Dual recuerdan que el consumo de esta sustancia "puede agravar enfermedades mentales preexistentes" en el Día Mundial de la Marihuana

En personas con una adicción al cannabis "siempre" se debería tratar de identificar los otros trastornos mentales asociados NARONG SANGNAKEFE

La Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), coincidiendo con la celebración hoy del Día Mundial de la Marihuana, quiere recordar, sin embargo, que el cannabis "está lejos de ser una droga blanda", ya que su consumo "puede derivar en adicción en personas con otros trastornos mentales, ser impulsor de esos trastornos en personas vulnerables y empeorar el curso evolutivo de enfermedades mentales graves".

Así, la Sociedad señala que, según la evidencia científica, se estima que las personas con TDAH que consumen cannabis presentan un riesgo ocho veces mayor de desarrollar una adicción a esta sustancia, cifras similares a las que se dan en otros trastornos afectivos mayores como la depresión. Las personas con psicosis crónica como la esquizofrenia, por su parte, también presentan, según diversos estudios epidemiológicos, un 35% por ciento de posibilidades de tener un trastorno por consumo de cannabis.

"Las personas con vulnerabilidad a tener psicosis pueden sentirse atraídas al uso del cannabis, ya que este alivia los sentimientos negativos, aunque la probabilidad de sufrir episodios psicóticos es muy elevada", ha explicado el psiquiatra del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y presidente de la Fundación Patología Dual, Néstor Szerman, según recoge EP.

Igualmente, la evidencia científica indica que el consumo de cannabis con elevada concentración de THC, el principal componente psicoactivo de esta sustancia, aumenta la posibilidad de sufrir un episodio psicótico. "En los sitios del mundo donde el uso de cannabis se ha legalizado, por ejemplo en la provincia de Ontario, en Canadá, la incidencia de episodios psicóticos se ha triplicado desde entonces", añade el experto. Un estudio reciente publicado en la revista científica JAMA Psychiatry, realizado mediante técnicas de imágenes cerebral, ha hallado que las personas con trastorno por consumo de cannabis presentan niveles más altos de dopamina en la misma región cerebral relacionada con la psicosis, algo que, según los autores de la investigación, puede alterar los procesos cerebrales normales y aumentar el riesgo de psicosis, particularmente en individuos que ya son vulnerables.

Trastorno por consumo de cannabis: una verdadera enfermedad mental

La Sociedad afirma que el trastorno por consumo de cannabis es una enfermedad mental reconocida en las principales clasificaciones internacionales de trastornos mentales. "Esta enfermedad mental y, por tanto, enfermedad cerebral, se presenta siempre junto a otros trastornos mentales, condición clínica conocida como patología dual", sostiene Szerman.

Tal y como explica el presidente de la Fundación Patología Dual, en el cerebro humano existen un sistema endocannabinoide endógeno, conocido así por ser el lugar donde impacta el cannabis consumido. "Este sistema cerebral no existe para que la gente consuma cannabis, sino que está ligado a la supervivencia como individuos y como especie", apunta el experto, que añade que éste "podría ser disfuncional por causas genéticas y/o adquiridas y dar lugar a trastornos mentales diversos y otras enfermedades no psiquiátricas".

Por ello, según Szerman, en personas con una adicción al cannabis "siempre" se debería tratar de identificar los otros trastornos mentales asociados a la adicción, para de esa forma poder orientar a los pacientes hacia el tratamiento más adecuado, que debería ser "integral e integrado y abordar todos los trastornos mentales".

Sin embargo, como lamenta el experto, muchos pacientes y sus familiares siguen sufriendo hoy en día el conocido como "síndrome de la puerta equivocada", por el que o reciben tratamiento para la adicción o para el otro trastorno mental, pero casi nunca obtienen un tratamiento conjunto de ambos trastornos, lo que dificulta enormemente la recuperación y multiplica el riesgo de recaídas. "Además, muchas veces se les sigue pidiendo que dejen el consumo de cannabis, como si ésta fuera una decisión personal y no una verdadera enfermedad mental", concluye.