
Su círculo más estrecho
La «familia» que cuidó del Papa en sus últimos días
Tres sacerdotes, un enfermero y las monjas del Dispensario de Santa Marta son las personas que han estado más cerca del Santo Padre hasta su muerte

Las monjas que gestionan el Dispensario de Santa Marta –la que fue su residencia durante sus 12 años de pontificado–, el enfermero y asistente personal Massimiliano Strappetti y tres sacerdotes: Daniel Pellizzon, Fabio Salerno y Juan Cruz Villalón. Son el núcleo duro que ha estado al lado del papa Francisco durante sus últimos años y, más especialmente, sus últimos días de vida desde que le dieran el alta del hospital Gemelli. Pero sin duda hay dos personas más especiales que han convivido con él durante sus últimas horas, sus «ángeles de la guarda»: Juan Cruz Villalón y Massimiliano Strappetti. Del último, el propio Bergoglio le definió como «el hombre que me salvó la vida» cuando en 2021 le «obligó» a someterse a una intervención de colon. Lo contó el propio Francisco en un encuentro con los jesuitas. «Fue un enfermero quien me convenció porque yo no quería operarme» y fue entonces cuando Strappetti, de unos 50 años, se convirtió en el primer «asistente sanitario personal» con nombramiento oficial en la historia del pontificado.
Este italiano originario de Roma, casado y que tiene dos hijos, compartía con el papa su afición por el fútbol y ha jugado un papel crucial en estas semanas de últimas apariciones públicas del papa Francisco desde que le dieran el alta hospitalaria y que ha coincidido con la celebración de Semana Santa y el Jubileo.
Strappetti también es conocido en redes sociales como el «hombre del micrófono» porque ha ayudado a Su Santidad a ajustarle el micrófono a su altura para que pudiera dar sus homilías de la manera más cómoda posible. Y es que es él quien recogió el testigo del enfermero del Gemmeli, Luigi Carboni, que se encargó de sus cuidados durante su ingreso.
Aunque con Jorge Mario Bergoglio ha trabajado de forma más estrecha, este enfermero no es nuevo en el Vaticano ya que comenzó a trabajar con Juan Pablo II y continuó con Benedicto XVI. Dentro de su profesión es especialista en reanimación y cuidados intensivos, por lo que su papel ha sido muy importante en estos últimos días de convalecencia de Francisco. La estrecha relación que les unía ha hecho que sea una de las personas que más ha lamentado la muerte de Bergoglio.

El otro «ángel de la guarda» del pontífice fue su secretario personal, Juan Cruz Villalón, un sacerdote argentino (que él mismo hizo sacerdote en 2011) que apenas se ha separado de él en estas últimas semanas de cuidados en el domicilio de Santa Marta. Fue el papa Francisco quien le llamó para que permaneciera a su lado y formó parte de su entorno más íntimo desde hace ya muchos años.
Su nombre ha pasado mucho más desapercibido que el de Strappetti porque la discreción ha sido una de sus cualidades más destacadas. Sin embargo, aparece en muchas imágenes junto a Bergoglio empujando su silla de ruedas y fue quien le acompañó en la apertura de la Puerta Santa en diciembre del año pasado y en la inauguración del Año Santo. También estuvo, con sus inseparables gafas de pasta, en su reaparición pública desde el hospital Gemelli el 7 de abril y el pasado Domingo de Resurreción, su última aparición pública. Es la última imagen que tenemos del 266º papa de la Iglesia Católica, cuando salió al balcón de la plaza de San Pedro (acompañado de Juan Cruz Villalón), y desde su silla impartió la bendición Urbi et Orbi.

Por su parte, el secretario del papa desde agosto de 2020, Fabio Salerno, de 46 años, es otra de esas personas de esta «familia» que ha estado con él sus últimas horas. Es sacerdote de la Arquidiócesis Metropolitana de Catanzaro-Squillace desde marzo de 2011, se preparó para el servicio diplomático en la Pontificia Academia Eclesiástica y fue Secretario de la Nunciatura Apostólica en Indonesia y de la Misión Permanente de la Santa Sede ante el Consejo de Europa en Estrasburgo.

Cierra este círculo íntimo de Francisco el sacerdote argentino Daniel Pellizzon, nacido hace 40 años en Buenos Aires y que fue llamado a Roma hace casi dos años. Era la cabeza visible de la parroquia Nuestra Señora de la Misericordia en el barrio de Flores, una humilde zona de la capital argentina donde nació precisamente Jorge Mario Bergoglio.
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