Igualdad de género
Gritos de igualdad en toda España
Abucheos a Villacís en Madrid y escrache en Logroño a la ministra de Igualdad
Abucheos a Villacís en Madrid y escrache en Logroño a la ministra de Igualdad.
En Madrid, varios miles de personas, 14.000 según los sindicatos, eligieron la Plaza de Cibeles por el Día Internacional de la Mujer para concentrarse al grito de «Vivas, libres, unidas por la igualdad». Dos horas antes de que comenzara, el color morado ya era visible desde la estación de Atocha en dirección a la cuesta de Moyano. Muchos rostros pintados, algunos incorporando el signo del género femenino, entre asistentes de todas las edades, aunque con mayoría veinteañera. Un grupo de trabajadoras del Hospital 12 de octubre. «Nosotras paramos», reza la pancarta. Pero sobre todo, destacaba la PAH de Vallecas, con una de sus representantes entonando una copla contra los bancos y los desahucios. «¡Más micro para esa mujer, por favor!», decía una joven que veía la actuación. Un grupo de amigas acudieron vestidas de cebra. «Me raya el heteropatriarcado», denunciaban. Sin embargo, las mayores reivindicaciones fueron en torno a la violencia de género. «Ni una menos, vivas nos queremos», «No son muertas, son asesinadas», se leía en pequeñas pancartas. No faltan los gritos recordando a Diana Quer y casos como el de La Manada.
«No lo vamos a decir más. Los hombres al final, detrás de la batukada. Hoy es nuestro día», decían desde la cabeza de la manifestación en la fuente de Neptuno, con el Paseo del Prado y Alcalá, en dirección Gran Vía, ya colapsados. Desde allí se leyó el manifiesto, con marcado acento anticapitalista: «Las guerras son producto del heteropatriarcado». Se pidió además la derogación de la Ley de Extranjería y la despenalización del aborto en todas sus etapas y se recordaron los recortes en sanidad y educación. Con todo, hay otros tipos de machismo que llevaron a todas estas mujeres a manifestarse ayer. El término micromachismo fue de los más aludidos. Un grupo de estudiantes de Filología e Historia relataba que lo sufren no sólo de sus compañeros de clase, sino de sus propios profesores. «Uno de ellos le dijo a un compañero que le dijera su nombre, porque como no llevaba ni escote ni pelo largo, no lo recordaba», relata una. «A esta le pongo más nota porque es más guapa», confesó otro profesor a un grupo de alumnos. «Esto lo sufrimos en el día a día. Y muchísimo. Pero se camuflan con chistes», denuncian estas alumnas. «¿Si habrá un cambio? Para mí ya están cambiando las cosas», dice Asun. Viene con un grupo de edades comprendidas entre 25 y 40 años. Son maestras, psicólogas, artistas... La brecha salarial es una de las razones por las que estaban ayer en Atocha. Pero también movimientos como el #MeToo han resultado determinantes. «Es un momento histórico muy importante. Cada vez somos más libres», dice Marta, una de sus compañeras.
Un momento de tensión se vivió cuando un grupo de mujeres presentes en la manifestación rodeó a la portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís, a la que increpó con un megáfono al grito de «esquirola». La portavoz de la formación naranja tampoco se amilanó. «A mí lo que no me van a hacer, en búsqueda de ningún feminismo de palo, es impedirme mi libertad, tengo todo el derecho del mundo a estar», criticó.
Miembros de la Coordinadora Huelga Feminista de La Rioja Clamaron por lo que consideran el «cinismo» del PP en un escrache al inicio de un acto que tenía previsto clausurar la ministra Dolors Montserrat en Logroño.
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