Opinión

Intuición femenina

No se trata de hacer de este hecho un duelo hombre/mujer

Sofisticar el sexo por Marina CASTAÑO
Marina Castañolarazon

Muchas veces nos hemos preguntado por qué las mujeres parecen tener un radar especial para captar lo que sucede a su alrededor, un hecho indiscutible que lo hemos testado por experiencia propia. La intuición femenina ha sido aclamada como un superpoder, una especie de GPS emocional que les permite navegar por la vida con una agudeza casi mágica, sin olvidarnos de la masculina que tiene su propio estilo de interpretación del mundo, y no se trata de hacer de este hecho un duelo hombre/mujer, porque, si lo pensamos bien, solo se trata de una balanza de talentos: no podemos esperar de un ser estúpido una captación certera de las ondas que circulan a nuestro alrededor.

La intuición femenina a menudo se asocia con la empatía y la sensibilidad. Las mujeres tienden a leer entre líneas, a observar gestos y a captar esas pequeñas señales que otros podrían pasar por alto. Es como si tuvieran un software instalado que les ayuda a descifrar el lenguaje no verbal. Esto se traduce en que muchas veces saben exactamente cuándo algo no va bien en una conversación o cuándo alguien necesita un abrazo (¡o una onza chocolate!). Pobre de aquel que intente ocultar sus verdaderos sentimientos ante una mujer con buen instinto. Por otro lado, la intuición masculina suele ser más pragmática. Los hombres basan su captación en hechos y experiencias, adoptando un enfoque más analítico. Cuando un hombre dice “tengo un presentimiento”, es posible que haya evaluado la situación desde diferentes ángulos antes de llegar a esa conclusión., lo cual no significa que la intuición masculina sea menos válida. Simplemente, es diferente. A veces, esa lógica puede perderse en el camino y les cuesta reconocer emociones que están ahí, al acecho. Así, pues, tanto la intuición femenina como la masculina aportan colores distintos al lienzo de la vida. Mientras que las mujeres pueden navegar por mares emocionales con una elegancia intuitiva, los hombres a menudo eligen rutas más directas y basadas en lo tangible, y en este duelo de sensaciones, quizás la verdadera victoria sea la colaboración: uniendo la sensibilidad femenina y la lógica masculina podríamos tal vez crear un mundo más equilibrado.