Salud
Investigación y nuevas dianas terapéuticas abren esperanzas contra la obesidad
"Hay personas cuyo sistema nervioso les conduce a comer más de lo que fisiológicamente les resulta saludable"
La obesidad se ha resistido al tratamiento farmacológico, pero se empiezan a vislumbrar desde hace unos años esperanzas depositadas en nuevas dianas terapéuticas frente a una "nueva pandemia" que, además de una base genética importante, tiene también un componente neurológico, y cuyos riesgos no siempre se perciben desde una perspectiva realista.
"Hay personas cuyo sistema nervioso les conduce a comer más de lo que fisiológicamente les resulta saludable", dice a EFE el internista Tomás de Vega, que, junto al endrocrino Luis Vázquez, destaca, en una entrevista con EFE, que la obesidad es una enfermedad sistémica crónica, que tiene muchas causas y "que impacta muchísimo en quien la padece".
De Vega, que ejerce en el Hospital Sierrallana, incide en que la obesidad, cuyo Día Mundial se celebra el próximo 4 de marzo, conduce a otras enfermedades y "deteriora muchísimo la calidad de vida".
A su juicio, es "auténtica pandemia", y advierte de que no se percibe el riesgo real que supone junto al sobrepeso.
Este especialista cree que no hay una conciencia social de que la obesidad es una patología en sí misma y lamenta que "en muchos casos el personal sanitario no es consciente tampoco de que es una enfermedad".
Sin embargo, son muchos los trastornos que desencadena. "Directísimamente, diabetes mellitus", pero también hipertensión, hipercolesterolemia, riesgo de tener problemas cardiovasculares, o de problemas respiratorios del tipo de apnea del sueño, "que cada vez es más frecuente".
Se deriva además de la obesidad una mala calidad de vida, con "artrosis, dolores, cansancio, hinchazón de piernas, problemas psicológicos, o problemas de fertilidad...", enumera De Vega, que, por eso, aboga por estar muy vigilantes y por un manejo precoz.
Pero destaca también que ha habido un cambio positivo, ya que "el abordaje de la persona con obesidad ahora mismo es mucho más halagüeño de lo que era hace unos años".
Tres patas
El abordaje de la obesidad se basa, para estos dos especialistas, en "tres patas": un estilo de vida saludable, con una dieta adecuada y actividad física, fármacos y un manejo del paciente desde un punto vista psicológico.
Ambos inciden en el papel de los componentes psicológicos. "La persona con obesidad sufre determinadas condicionantes que hacen que, biológicamente, una base genética o un ambiente que la rodea la conduzcan a tener un estilo de vida que no siempre es el más adecuado, y termina desarrollando un exceso de grasa corporal. Y eso es lo que termina produciendo daño a nivel sistémico. Por eso, el estilo de vida es muy importante, pero el componente psicológico también", explican.
Y, aunque hay medicamentos que pueden funcionar para disminuir el peso, y que suponen "una línea de investigación interesante", en opinión del endocrino del Hospital Valdecilla Luis Vázquez, no se debe "perder el foco y lo que a menudo se necesita es volver a un estilo de vida sano".
Así, aboga por hacer una alimentación saludable, con dieta mediterránea. "Todo lo que nuestras abuelas consideran que es una comida sana probablemente tengan razón, y no en cantidad excesiva. E intentar movernos más de lo que nos movemos", destaca.
El método "más drástico" en el tratamiento de la obesidad es la cirugía, pero se indica en pocos casos de pacientes con condiciones especiales "y muy estudiados", abunda.
Investigación
Desde hace unos años, se vislumbran también esperanzas en la obesidad gracias a la investigación, señala Luis Vázquez, que apunta que, aunque hasta hace no tanto este campo "era el desierto", se han descubierto nuevas dianas terapéuticas.
Según explica, ya hay algunas medicaciones que han demostrado eficacia para el tratamiento de esta enfermedad y se están desarrollando ensayos clínicos.
Añade que han surgido moléculas que no solamente pueden disminuir el peso de las personas, sino que también benefician en mejorar el riesgo cardiovascular o el de tener apneas del sueño, por ejemplo.
En este sentido, Vázquez llama la atención sobre el alto coste de estos tratamientos, que corren a cargo de los pacientes porque no están financiados por el sistema público.
"Hoy por hoy, lamentablemente, estas personas no tienen financiados estos fármacos, se los tienen que pagar de su bolsillo, lo cual en muchas ocasiones es un auténtico problema. Son fármacos caros y tratamientos que, además, hay que prolongar de forma sostenida en el tiempo para que mantengan su eficacia. Entonces, en algún momento los sistemas sanitarios van a tener que abordar la imperiosa necesidad de la financiación pública", dice. (Pilar Palazuelos/Efe)