Iglesia Católica
La Iglesia genera 5.000 millones con bautizos, bodas y comuniones
Sólo con estas celebraciones, aporta medio punto al PIB nacional y multiplica por veinte los 250 millones que la Iglesia recibió por la asignación tributaria en 2014
Sólo con estas celebraciones, aporta medio punto al PIB nacional y multiplica por veinte los 250 millones que la Iglesia recibió por la asignación tributaria en 2014
La trascendencia social de la Iglesia en los tiempos que corren también se mide en euros. En los 5.000 millones de euros que tienen como impacto en la economía española los bautizos, comuniones y bodas; los 22.620 millones de euros que generan los bienes inmuebles de la Iglesia o los casi 10.000 millones de euros de las celebraciones y fiestas religiosas; y, por poner un ejemplo, los casi cuatro millones de menús que se dispensan en los comedores sociales vinculados a instituciones eclesiales y que tienen un valor estimado de unos 12 millones de euros. Son sólo algunas cifras –calculadas por la auditora internacional KPMG– que, además, no hacen justicia a la labor intangible y difícil de cuantificar en dinero, pero que sí responden a aquellos partidos políticos que habitualmente lanzan dardos contra la Iglesia –y su sistema de financiación–, a la que en el último ejercicio, el de 2014, le fueron asignados por los ciudadanos un total de 250 millones de euros a través de su declaración de la renta. Fueron en total 7.291.771 declaraciones que marcaron la casilla de la Iglesia católica (34,76%), teniendo en cuenta que muchas son conjuntas, hacen un total de nueve millones de contribuyentes, casi un millón más que en el año 2006.
Con estas cifras en la mano, presentadas ayer por la Conferencia Episcopal Española en la Memoria Anual de Actividades que, además, se entrega al Gobierno como memoria justificativa, se puede decir que lo que la Iglesia genera por los bautizos, bodas y comuniones es 20 veces más que lo que recibe a través del IRPF; 40 veces más que el impacto económico de las fiestas y celebraciones religiosas, y 80 veces más que el de los bienes inmuebles. Y es que, contra lo que se pudiera pensar, los 250 millones que la Iglesia recibió a través del IRPF en 2014 no suponen siquiera una cuarta parte de los recursos invertidos por las diócesis en nuestro país. Como en años anteriores, la principal fuente de financiación son las aportaciones voluntarias de los fieles, que alcanzan el 37% del total.
A la hora de gastar, son las acciones pastorales y asistenciales, así como la conservación de edificios y los gastos de mantenimiento, lo que absorbe la mayor parte, un 26% respectivamente. De la otra mitad, el 19% se dedica a la retribución del clero; el 12%, a pagar los sueldos del personal seglar; el 11%, a gastos extraordinarios; y el 6%, para centros de formación.
A pesar de que la sociedad ha sufrido un proceso de secularización fuerte en los últimos tiempos, la Iglesia católica sigue teniendo una gran incidencia en nuestro país. De ello hablan los 240.282 bautizos, las 244.252 comuniones, las 116.787 confirmaciones, las 52.495 bodas y las 23.624 unciones de enfermos realizadas en 2014. Cifras a las que se unen los más de diez millones de personas que asisten regular mente a misa en las más de 9,5 millones de eucaristías que se celebran cada año en nuestro país. Una actividades –sobre todo las festivas– que tienen un impacto a nivel económico. «Que se lo pregunten a los hosteleros en el mes de mayo con las comuniones», dijo el vicesecretario de Asuntos Económicos de la CEE, Fernando Giménez Barriocanal. Y es que, según el ya citado estudio de KPMG, la consecuencia económica de bodas, bautizos y comuniones tiene un equivalente del 0,47% del PIB y genera un total de 62.382 empleos. Gracias a las actividades que se derivan de estos sacramentos, el Estado ingresa a través de impuestos más de 511 millones, justo el doble de lo que recauda la Iglesia por IRPF.
Otro de los puntos fuertes de la Iglesia y que también está generando problemas en algunas comunidades autónomas es la enseñanza concertada católica. En total, en nuestro país, hay 2.449 centros católicos concertados que suponen un ahorro para el Estado de 2.692 millones de euros. En este sentido, Barriocanal afirmó que es «difícilmente comprensible que no se la pondere lo suficiente o no se custodie a la concertada como se debiera».
En el campo de la actividad caritativa y asistencial, la Iglesia no ha dejado de crear nuevos recursos e invertir más fondos en ellos en los últimos años. Así, los centros sociales de la Iglesia crecieron en 572 en 2014, hasta los 9.062, con un aumento del 70% desde 2010. En ellos fueron atendidas 4,7 millones de personas, la mayoría en el área asistencial (3.277.425) y sanitaria (1.261.509). Así, según la CEE, la labor asistencial de la Iglesia en 2014 aumentó un 15%. En este sentido, la memoria de este año recoge el número de menús repartidos en comedores sociales y su valor económico ya citado anteriormente, así como las casi 250 toneladas de alimentos distribuidos a las familias en situación de necesidad, lo que supuso un total de 87 kilos por beneficiario de los programas de mitigación de la pobreza.
El patrimonio cultural es otro de los pilares de la Iglesia, bienes que, según el Episcopado, «suponen una fuente de riqueza y valor para la sociedad» y que «pone a disposición de todos, emprendiendo cada año las acciones necesarias para su adecuada conservación y mantenimiento. En concreto, en 2014 se invirtieron más de 50 millones de euros en 372 proyectos. Bienes cuyo impacto supone el 2,17% del PIB, al que habría que añadir el casi 1% que generan las celebraciones y fiestas religiosas.
Finalmente, el documento que recoge toda la actividad de la Iglesia en España, no pasa de largo por la dedicación de sacerdotes y voluntarios laicos, que suman al año 47,6 millones de horas, que cuestan a la Iglesia 886 millones, 1.115 menos que si fueran contratadas a precio de mercado. Y es que en la Iglesia cada euro rinde por dos.
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