Tribunales

Los Ibar piden ayuda para la cuarta apelación

El padre de Pablo está preocupado por las bandas que hay en la cárcel en la que está su hijo.

Los Ibar piden ayuda para la cuarta apelación
Los Ibar piden ayuda para la cuarta apelaciónlarazon

El padre de Pablo está preocupado por las bandas que hay en la cárcel en la que está su hijo.

Cándido, el padre de Pablo Ibar, lleva dos meses en España. Ha decidido venir a su país natal para coger fuerzas. Aunque la última sentencia sacó a su hijo del corredor de la muerte y evita que pueda ser condenado en un futuro a la pena de muerte, está condenado a cadena perpetua. Cándido y Andrés Krakenberger, portavoz de la Asociación contra la Pena de Muerte de Pablo Ibar, que pasará ahora a llamarse la Asociación Pablo Ibar por un Juicio Justo, solicitaron ayer que el caso de Ibar no se olvide. En este sentido, pidieron fondos para poder apelar y que «Pablo tenga un juicio justo». «Tras la sentencia que eliminó la pena de muerte teníamos un mes para apelar. Y lo hicimos, va a haber apelación. Pero antes, la Administración de la Justicia de allí tiene que entregar a Pablo la transcripción del juicio para que entonces él nombre abogados para su Defensa. Nadie sabe cuánto tiempo puede durar esto, pero suele llevar un año. Tras la transcripción, presentaremos una apelación al Tribunal de Apelaciones Cuarto del Distrito de Florida y luego –si es admitida– al Supremo de Florida para intentar repetir el juicio». Se trataría de la cuarta apelación, y de ser admitida a trámite, del cuarto juicio al que se enfrenta Pablo Ibar que sigue afirmando que es inocente.

«La apelación que hicimos en el año 2000 ante el Tribunal de Florida costó 300.000 euros. Ésta no lo sé», precisa Krakenberger, aunque podría tratarse de una cifra similar. «Pedimos que no os olvidéis de Pablo Ibar, porque tiene derecho a tener un juicio justo», añadió, recordando que en el último juicio «el magistrado prohibió a la Defensa informar al jurado que el otro coacusado había sido absuelto».

«Mi hijo no está ya en el corredor de la muerte, pero si no le sacamos de ahí es como si lo estuviera porque es una pena de por vida. Seguiremos con la lucha», añadió Cándido. En este sentido, Krakenberger explicó, tras la rueda de Prensa, que «en EE UU la condena es literalmente de por vida, sin la posibilidad de revisar la misma. Además, las cárceles tienen incluso sus cementerios, es decir, se les entierra allí, lo que no sé es si en caso de que la familia pida enterrarle en otro sitio se le permite».

Una prisión masificada

«Tras la sentencia, Pablo se hundió, pero ahora va cogiendo fuerza, amoldándose a la vida en la cárcel del centro de Florida. Alguna vez sale al patio a jugar al fútbol. Con mucho miedo eso sí, porque es un centro penitenciario lleno, de 2.000 internos, y en el que hay bandas, eso le da terror. Su primer compañero de celda fue acuchillado. Se lo encontró Pablo tras volver de la comida con siete cuchilladas. Hay tantos presos que aunque teóricamente los internos pueden recibir visitas dos veces a la semana, ahora solo se puede una».

Respecto a cómo puede afectar a la recaudación de donativos el hecho de que en España exista la prisión permanente revisable, Krakenberger hizo hincapié en un factor importante: «Pablo está condenado a cadena perpetua sin adjetivos. No es revisable. Si no le logramos sacar de ahí, le van a enterrar en la cárcel sin pruebas manifiestas». Desde la Fundación de la Abogacía Española explicaron que ellos «tienen un proyecto de defensa de presos españoles en el extranjero y que existe financiación pública, una partida específica pero suelen acudir a ella ONG, no familiares».

La serie que hizo que muchos donaran a la causa

Tras la sentencia del último juicio, «en parte por la indignación tras el fallo y en parte por la serie ‘‘En el corredor de la muerte’’ (en la imagen, un fotograma), hemos recaudado desde finales de junio hasta hoy más de 76.700 euros, pero costará más, unos 300.000», explicó Krakenberger. Esta miniserie de Movistar+, basada en el ibro de Nacho Carretero –autor de «Fariña»–, aborda la situación que vive Ibar en EE UU, condenado primero a pena de muerte y ahora a perpetua por un triple crimen que él sigue diciendo que no ha cometido. 25 largos años en prisión, 16 de ellos en el corredor de la muerte del que salió en junio de 2016.