Día Internacional de la Mujer

Los otros problemas de las mujeres

Candidata del PP en Madrid

La Razón
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Hay muchos problemas graves de injusticia y de infamia sobre las mujeres que la izquierda que se llama «feminista» no quiere tratar como por ejemplo el turismo sexual, la prostitución y el matrimonio infantil entre otros, en el mundo musulmán.

Porque el feminismo en boga prefiere gritar en Occidente y con el Iphone. Es más fácil.

El turismo sexual a países en vías de desarrollo supone la explotación de mujeres jóvenes, muchas de ellas menores de edad, que normalmente sobreviven en la pobreza y sufren el maltrato de clientes y proxenetas. Amparados en las libertades de Occidente, miles de turistas sexuales prefieren no tener presente la infamia que representan sus fiestas con chicas que, a veces, solo obtienen un poco de comida por prostituirse. El dinero se lo roba su proxeneta. La mayor parte de la prostitución se basa en la trata de personas. Leemos cada día numerosas noticias donde la Policía ha liberado a chicas que llegaron a España u a otros países occidentales, engañadas, secuestradas, a las que han escondido su pasaporte y a las que obligan a ejercer de prostitutas en las condiciones más lamentables. La mayor parte de ellas no son «Pretty woman». Son mujeres esclavizadas que nunca en su vida pensaron que podrían terminar así. Y todas quieren salir, no nos engañemos. Legalizar esta situación para simplemente pagar impuestos no cambia las cosas, pues van a seguir caminando solas no de lejos de su extorsionador. Solas no pueden romper con esto.

Por su parte, las mujeres musulmanas no pueden salir de casa sin el permiso de su marido o de un familiar varón en un mundo en el que está permitida la poligamia solo para los hombres; en caso de divorcio, el varón ni siquiera tiene que acudir a un tribunal y la mujer no cuenta, ya que el contrato matrimonial no lo firma ella, sino un familiar varón; el testimonio de una mujer en un juicio en Arabia Saudí vale la mitad que el de un hombre; las mujeres musulmanas ni siquiera pueden entrar en un cementerio. Y el matrimonio infantil está permitido con total normalidad mientras niñas son intercambiadas por dotes.

No veo al feminismo chic clamar contra estas injusticias e infamias. Todo se reduce a gritar que es a la izquierda a quien le preocupan las mujeres. Pero, en España su representación política no pertenece a la izquierda: la primera mujer presidenta del Congreso de los Diputados no lo era; ni la primera mujer presidenta del Senado; ni la primera mujer que fue ministra; ni la primera mujer comisaria europea. Todas fueron mujeres del Partido Popular.

Este partido es el único que ha designado por tres veces consecutivas a tres mujeres candidatas a la Presidencia de una región. Es el Partido Popular en la Comunidad de Madrid. Estoy esperando a que la izquierda un día haga lo mismo, aunque me parece muy lejano. Les llevamos una ventaja de 12 años.

Estoy de acuerdo con las políticas activas a favor de la no discriminación y en contra del acoso o cualquier agresión a la mujer. ¿Quién puede estar en contra? Pero me parece fantasmagórico creer que las mujeres nos sentiremos más felices y no segregadas porque en el aeropuerto ya no digan sólo «señores pasajeros» sino también, «señoras pasajeras».

Las políticas activas más importantes pasan por la conciliación de la vida familiar . Está muy bien ampliar el permiso de maternidad y paternidad, pero no es suficiente. Es en la crianza y en la educación de los hijos cuando la mujer suele perder sus oportunidades laborales. Esto hay que cambiarlo con una mayor implicación del hombre y, sobre todo, con una mejor conciliación laboral.

Es el entorno laboral el que más puede hacer en este punto. La colaboración de las empresas con las administraciones públicas es imprescindible para dotar a la mujer de las mismas oportunidades laborales que al hombre.

En eso y en la lucha contra la infamia y la injusticia estaré en primer fila. Para decir «portavoces y portavozas», «miembros y miembras», ya están las demás.