Brote de ébola
Los tres tratamientos para plantar cara al ébola
Los investigadores aceleran el desarrollo de dos sueros, tres antivirales y dos vacunas tras el beneplácito de la OMS
«Existen tres tipos de tratamientos que estamos valorando»: los sueros que utilizan anticuerpos, los antivirales y las vacunas; «una de ellas se va a empezar a probar a finales de septiembre», afirmó en rueda de prensa Marie-Paule Kieny, subdirectora de Sistemas de Salud e Innovación de la OMS (Organización Mundial de la Salud). Ejerció de portavoz del panel de expertos de la OMS que esta semana ha considerado correcto el uso de tratamientos experimentales para combatir el ébola porque, «ante un brote epidémico de una enfermedad con alta mortalidad, los criterios de usar sólo medicamentos de eficacia demostrada necesitan ser replanteados. Se podría aplicar un criterio de ''nada se pierde''», afirma a LA RAZÓN uno de los expertos de este grupo, Juan Pablo Beca, del Centro de Bioética de la Facultad de Medicina de la Clínica Alemana - Universidad del Desarrollo, de Santiago (Chile). «La OMS ha dado validez ética al uso por primera vez en humanos de tratamientos experimentales porque existe una necesidad de generar experiencia tabulada y conocimiento», añade el experto.
La realidad es que, como también destacó Kierny ayer, «el mercado ha fracasado» en el desarrollo de fármacos que ayuden a combatir una enfermedad que ya se ha cobrado la vida de 1.069 personas y los infectados ya rozan los 2.000, de acuerdo con la última actualización de la OMS. «Los resultados del uso de estos tratamientos podrán establecer la necesidad de producción y distribución masiva, pero sobre la base de un conocimiento sólido».
El anuncio del organismo internacional también ha ayudado a acelerar los procesos de investigación de ciertos tratamientos. Como anunciaba ayer el laboratorio estadounidense BioCryst, responsable de uno de los tres antivirales cuyo desarrollo apoya la OMS, «el Instituto Nacional de Alergología y Enfermedades Infecciosas (NIAID, en sus siglas en inglés) ha aumentado sus fondos para el inicio de la fase uno de estudio clínico en humanos del fármaco BCXX4430». Gracias a este apoyo, el laboratorio cuenta con cuatro millones de dólares más para desarrollar este antiviral que basa su fórmula en «engañar» al virus del Ébola. Está compuesto de unas moléculas que se parecen mucho a la adenosina, un compuesto que se encuentra en el ADN humano y del que se sirve el virus para seguir creciendo, pero este sustituto lo que consigue es detener su avance, paralizarlo. «Esperamos que los nuevos estudios respalden las primeras evidencias para conseguir frenar brotes tan agresivos como el que se está dando en el África occidental», afirmó William Sheridan, responsable del área médica de BioCryst.
Frente al BCXX4430, otros laboratorios también trabajan en paralelo, en nuevas fórmulas de antivirales. La farmaceútica Sarepta trabaja en el fármaco que ha denominado AVI-7537, otro antiviral que también cuenta con el apoyo económico del Departamento de Defensa de Estados Unidos y que ha demostrado ser efectivo tanto para el ébola como para el virus de Marburg –de la misma familia– en un estudio en monos infectados, «con un pocentaje de entre un 60 y un 80 por ciento de curación», de acuerdo con el laboratorio. Esta molécula se une al RNA del virus y remite su replicación. De esta forma permite que el cuerpo pueda crear anticuerpos para luchar contra el virus.
El único tratamiento experimental de fuera de Norteamérica, y que cuenta con el beneplácito de los expertos de la OMS, es el Favipiravir, de la filial japonesa de Fujifilms Toyama Chemical. Es un antigripal que ya está siendo evaluado por el FDA (la agencia del medicamento de EE UU). Inhibe la replicación de genes virales en las células infectadas para evitar su propagación.
Frente a éstos, el ZMApp –suero ya administrado a tres infectados. Uno de ellos el misionero fallecido Miguel Pajares– y el TK-Ebola, del laboratorio canadiense Tekmira, que ofrece enviar más de 800 dosis a los países afectados. Los dos sueros se sirven de anticuerpos para luchar contra el virus, pero no paralizan su replicación. De ahí que los expertos aseguren que, «aunque tengamos que esperar a los resultados, los antivirales suelen ser más efectivos porque la sueroterapia sólo suele ser efectiva nada más ser infectado y así lo han demostrado las pruebas en animales», afirma José Luis del Pozo, experto en enfermedades infecciosas de la Clínica Universidad de Navarra. Pero obviamente lo que mejores resultados da una vez infectado «es la combinación de los dos tratamientos» hasta que se apruebe la esperada vacuna que también están desarrollando en EE UU.
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