Aborto
«Me quisieron ligar las trompas para que no tuviese hijos con Down»
El diagnóstico prenatal permite detectar la posibilidad de anomalías cromosómicas y defectos congénitos en el feto. Pero no siempre el resultado es el acertado.. No son ni uno ni dos los diagnósticos erróneos dados a mujeres en gestación. Bien lo saben algunas de aquellas mujeres que decidieron hacer caso omiso al resultado y proseguir con el embarazo
Guadalupe Fernández. Tiene cinco hijos
Guadalupe tiene cinco hijos y fue en el segundo embarazo cuando, tras realizarse un análisis de sangre de Alfa fetoproteína (un test que se suele hacer junto a la amniocentesis para diagnosticar la posible aparición de espina bífida, así como otros defectos de maduración de la médula y columna vertebral) su ginecóloga sentenció: «Va a tener un hijo con síndrome de Down, tendrá que abortar».
«‘‘¿Y eso por qué?’’, pregunté». «‘‘Háblelo con su marido’’, me respondió, pero yo no tenía nada que hablar con él porque mi marido y yo opinamos lo mismo en esto. Pensé en no hacerme ninguna prueba más porque en realidad estaba dispuesta a tener a mi hijo». Entonces, «la doctora me advirtió de que mi hijo iba a morir, me dibujaba el peor de los escenarios posibles para quitarme de la cabeza la idea de tener a mi pequeño».
Guadalupe recuerda que iba al hospital y el resto de médicos también la decían: «Abortarás, ¿no?». «En ese momento sentí mucha rabia y, luego, las visitas a la ginecóloga se convirtieron en una tortura por su discurso, hasta el punto de que una vez tuve que decirle: “Ni mi marido ni yo no estamos preocupados ni tristes por tener un hijo con síndrome de Down y no me importa que muera al cabo de un año, si es lo que tiene que ocurrir. Quien va a cuidar de mi hijo voy a ser yo, no tú, es mi hijo y le quiero”».
La ginecóloga no se quedó contenta y ofreció a Guadalupe hacerle una ligadura de trompas «para que no tuviera más hijos con síndrome de Down», a lo que también se negó rotundamente Guadalupe. Al cabo de nueve meses dio a luz un niño «rubio, precioso y completamente normal», para sorpresa de la ginecóloga, que no fue capaz de reconocer su error. Guadalupe no volvió a su consulta ni siquera para las revisiones. En la actualidad, Arturo es un joven de 17 años del que su madre y toda la familia se sienten muy orgullosos.
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