Investigación científica
Descubren cómo los murciélagos transportan virus sin enfermar
Tienen suficientes defensas como para hacer frente a las enfermedades
Se sabe que los murciélagos albergan virus altamente patógenos como ébola, Marburg, Hendra, Nipah y SARS-CoV, y aun así no muestran signos clínicos de la enfermedad. En un artículo publicado este jueves en la revista ‘Cell Host & Microbe’ y recogido por Europa Press, científicos del Instituto de Virología de Wuhan, en China, descubrieron que, en los murciélagos, se atenúa una vía inmunitaria antiviral llamada ruta STING-interferón y los murciélagos pueden mantener la suficiente defensa contra la enfermedad sin desencadenar una reacción inmune intensificada.
«Creemos que hay un equilibrio entre los murciélagos y los patógenos que llevan --dice el autor principal, Peng Zhou--. Este trabajo demostró que, para mantener un equilibrio con los virus, los murciélagos pueden haber evolucionado para frenar ciertas vías». En humanos y otros mamíferos, una sobrerrespuesta inmune a uno de estos y otros virus patógenos puede desencadenar una enfermedad grave. Por ejemplo, en humanos, una vía de STING activada está relacionada con enfermedades autoinmunes graves. «En la historia humana, hemos estado persiguiendo enfermedades infecciosas una tras otra --señala Zhou--, pero los murciélagos parecen ser un ‘súper mamífero’ para estos virus mortales». Al identificar una vía de STING debilitada pero no difunta, los investigadores tienen una nueva percepción de cómo los murciélagos ajustan las defensas antivirales para equilibrar una respuesta efectiva, pero no abierta, contra los virus.
Los autores plantean la hipótesis de que esta estrategia de defensa evolucionó como parte de tres características interconectadas de la biología de murciélagos: son mamíferos voladores, tienen una larga vida útil y albergan un gran reservorio viral. «La adaptación al vuelo probablemente causó la selección positiva de múltiples genes inmunes innatos y de reparación de daño del ADN», dice Zhou. Estas adaptaciones pueden haber dado forma a ciertas vías antivirales (STING, interferón y otras) para que los murciélagos sean buenos reservorios virales y logren un equilibrio tolerable, según plantean los investigadores de este trabajo.
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