Trabajo

Las nuevas formas de reforestación

Un proyecto busca reconstruir los bosques con personas en riesgo de exclusión social.

La reforestación la llevarán cabo personas en riesgo de exclusión social
La reforestación la llevarán cabo personas en riesgo de exclusión sociallarazon

Un proyecto busca reconstruir los bosques con personas en riesgo de exclusión social.

En España arden anualmente en torno a cien mil hectáreas de bosque, una cifra que alanza el medio millón de hectáreas en la cuenca Mediterránea, y pese a que ello supone un importante impacto medioambiental, en muchas ocasiones esos espacios no se restauran, ya que la administración no cuenta con los recursos económicos necesarios como para replantar esos bosques quemados. «Los bosques son esenciales, ya que sujetan el suelo, absorben dióxido de carbon... por lo que es importante reforestar estos espacios cuanto antes», señala Enrique Enciso, socio fundador y CEO del Grupo Sylvestris, quien lamenta que «la administración invierte muy pocos recursos en forestación y las técnicas son muy caras». Por todo ello, su empresa decidió poner en marcha a mediados de 2013 el programa «Sembrando los bosques del futuro», un proyecto que apuesta por la reforestación de los bosques a partir de la siembra. «En lugar de plantar como se hace habitualmente, nosotros sembramos y sembramos semillas recogidas en el entorno de la zona que ha ardido, de manera que éstas están habituadas al terreno», explica Enrique, para a continuación destacar que «las semillas garantizan una mayor calidad del bosque porque, a diferencia de las plantas de vivero, que se acondicionan al terreno con raíces secundarias porque se les corta la principal, las semillas dan lugar a árboles con raíces principales, por lo que se aclimatan mejor y son más fuertes».

El proyecto es claramente una iniciativa con vocación medioambiental, pero sobre todo tiene una vertiente social, puesto que para la reforestación procura contratar a personas en riesgo de exclusión social. «En 2015, el 90% del personal contratado fueron personas en riesgo de exclusión», destaca Enrique, quien recuerda que los trabajos asociados a la siembra no requieren una calificación elevada y, en cualquier caso, la propia empresa proporciona la formación necesaria a sus empleados. Esta iniciativa fue reconocida por la Obra Social «la Caixa» en su convocatoria del Programa de Emprendimiento Social, gracias a ello y otros apoyos la empresa ya ha repoblado 350 hectáreas y cada una de esas hectáreas comprende cerca de 600 árboles.

barrio sevillano de las Tres Mil Viviendas sufre el azote del paro y cerca del 50% de sus vecinos se encuentra en situación de desempleo, lo que repercute directamente en la economía, el bienestar y la vida de las familias. Las posibilidades de encontrar trabajo son, para muchos de ellos, casi nulas, por lo que la esperanza de estos vecinos se focaliza en iniciativas como la que hace poco más de un año puso en marcha una cooperativa formada por personas desempleadas de entre 40 y 50 años con escasas expectativas laborales.

«3D Impact nació a partir de la idea de crear una fábrica como opción económica para dar trabajo a la gente del barrio», explica su gerente, María Melgar, quien señala que «viendo la expansión del mercado 3D optamos por montar una fábrica de filamentos de plástico para la impresión en 3D». «El fin último de esta iniciativa es crear puestos de trabajo para las personas del barrio mayores de 45 o 50 años con incapacidad para volver al mercado laboral y en este sector gran parte de las tareas a desarrollar no requieren especialización», añade la gerente, para a continuación hacer hincapié en que la cooperativa tiene además el valor añadido de utilizar plástico reciclado para la fabricación de los filamentos. «El filamento no es el fin, sino el medio a través del cual dar trabajo a la gente», puesto que, para estas personas, poder disponer de un empleo «no sólo mejora su situación económica, sino que refuerza su autoestima y puede contribuir a revertir problemas psicológicos y sociales», indica Melgar. Y añade: «También se organizan prácticas escolares para que los chicos del barrio se familiaricen con el mundo de la impresión y, quizá en un futuro, puedan dedicarse a ello».

Actualmente, el proyecto se encuentra en fase de testeo de dichos filamentos, que ya se están fabricando a partir de materia prima comprada a fábricas que reciclan. Aunque la previsión es que, hacia mediados de año, sea la propia cooperativa la que se encargue de hacer el reciclado. Así, por el momento, la empresa tiene contratadas a cuatro personas, pero en breve, a partir del verano, arrancará un plan de contratación para emplear a personal dedicado a la recogida, limpieza y preparación del material de reciclaje, trabajos que no requieren cualificación y exigen poca formación. «Lo realmente complicado es conseguir financiación para comprar la maquinaria», señala María Melgar, que, en este sentido, destaca el impulso que ha supuesto para la iniciativa el apoyo de la Obra Social «la Caixa» a través de su convocatoria del Programa de Emprendimiento Social. «Montar una fábrica requiere inversión, aprender a gestionarla... y la ayuda de la Caixa no es sólo a nivel económico, sino que también ofrece una impresionante formación y contactos profesionales y comerciales», apunta la gerente de 3D Impact, quien admite que «esa ayuda ha sido fundamental para la continuidad del proyecto». «Sin ella igual habríamos tenido que desistir», confiesa.