Exploración científica
Un ascenso a la cima más elevada de Groenlandia
El Trineo del Viento recabará información sobre el clima y los rayos cósmicos
El Trineo del Viento recabará información sobre el clima y los rayos cósmicos
Tras recorrer más de 20.000 kilómetros a bordo del Trineo de Viento, los exploradores polares Ramón Larramendi y Juan Manuel Viu vuelven otra vez a Groenlandia para llevar a cabo una hazaña nunca antes hecha sin combustibles fósiles: «Ascender a la cima más elevada de la isla», explicó ayer Larramendi. La expedición la «Cumbre de Hielo Groenlandia 2016», que arrancó el 15 de mayo, cuando salieron de Madrid, tendrá una duración prevista de «40 días», precisó. Participan en ella nueve personas, aunque a bordo del trineo movido por el viento irán seis tripulantes a la vez.
Pero ¿en qué se diferencia esta ruta de la realizada en Groenlandia en 2014? Aunque sean menos kilómetros (la anterior expedición a la isla fueron 5.000 km y ésta son 2.000), la dificultad es mayor. «La ruta es más técnica y durante el ascenso a la cumbre donde está la base Summit Camp–situada a 3.205 metros de altitud– nos enfrentaremos a vientos nada favorables. El trineo es a su vez más sofisticado. Consta de cuatro módulos, en vez de tres». Como gana en dimensiones, el vehículo permite arrastrar mucho peso para un ascenso –2.000 kilos–. Además, es más versátil, ya que se puede dividir en dos partes si las condiciones del terreno lo exigen. Para el desplazamiento, el trineo movido por el viento cuenta con 15 cometas de grandes dimensiones, así como con entre tres y cuatro metros cuadrados de placas fotovoltaicas –unos 4 vatios de potencia– que permitirán cubrir las necesidades eléctricas del equipamiento. Una tecnología que también difiere.
«Llevamos un detector de rayos cósmicos, así como un captador de sustancias contaminantes en la atmósfera. Además, tomaremos muestras geológicas mediante perforaciones en la nieve», precisó el explorador. «Los dos primeros equipos permitirán a su vez probar la calidad de los datos que se toman», añadió. En concreto, con el primer instrumento se detectarán los efectos de los rayos cósmicos en forma de radiación en la superficie ártica, «una de las zonas atmosféricas más limpias, por lo que los efectos de los rayos se captan mejor», explicó. En el caso del captador de sustancias, este aparato permitirá recabar datos sobre «todo tipo de contaminantes en la atmósfera». Y por último, las perforaciones «servirán para recabar datos para estudios climáticos. Las perforaciones nos permitirán saber cuál es el balance de precipitaciones en el interior de Groenlandia, lo que es importante porque hay muy pocos datos al respecto», recordó. Una recogida de información y muestras claves, ya que en esta expedición «trabajaremos con tres centros de investigación: el Instituto Pirenaico de Ecología, la Universidad Autónoma de Madrid y la de Alcalá de Henares».
Sin duda, todo un desafío con el añadido de que no utilizarán combustibles fósiles o, mejor dicho, se moverán sin ellos, porque para cubrir las necesidades de calefacción y para el hornillo con el que cocinarán «utilizaremos gasolina». Un mínimo impacto, teniendo en cuenta el destino, las condiciones meteorológicas y geográficas, así como la carga a bordo.
El proyecto Trineo de Viento facilita el trabajo científico en la Antártida y el Ártico, al convertirse en un «laboratorio móvil» para moverse y recoger datos y muestras precisos para los trabajos de investigación, sin necesidad de una gran inversión económica en infraestructuras.
Con él, ya se han recorrido más de 20.000 kilómetros en el Ártico y la Antártida, en diferentes expediciones, todas ellas terminadas con éxito, y ya ha despertado el interés de grupos científicos de prestigio internacional.
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