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Mentiras y sexo en el crimen del submarino

Retrato de Kim Wall cuando era buscada por la Policía danesa tras desaparecer el pasado 10 de agosto.
Retrato de Kim Wall cuando era buscada por la Policía danesa tras desaparecer el pasado 10 de agosto.larazon

El acusado declara ante la juez que la periodista sueca murió al caerle la tapa de la escotilla en la cabeza y niega haber descuartizado el cuerpo.

La juez de primera instancia, que lleva el caso del misterioso «crimen del submarino» en el juzgado municipal de Copenhague, decidió poco antes de las tres de la tarde de ayer declarar audiencia pública a petición del propio acusado, el ingeniero e inventor Peter Madsen, que prometía «aclarar todo lo

que pasó y poner las cartas sobre la mesa». Pero lo que parecía que acabaría con todas las mentiras y especulaciones publicadas por medios locales y extranjeros, debido a la falta de hechos concretos por el secreto de sumario, el caso se ha convertido en un culebrón de sexo y muerte tras las nuevas declaraciones del acusado y algunos testigos.

Según declaró ayer en el banquillo, la muerte de la periodista sueca Kim Wall fue un accidente y él la «enterró en el mar» arrojando su cuerpo entero por la borda. Madsen niega haberla descuartizado, a pesar de haber hallado el torso de la mujer con agujeros para evitar que flotara y piezas de hierro dentro para que se hundiera.

Madsen dijo que cuando subía desde el interior del submarino a la torreta, seguido de Kim Wall, se le resbaló la tapa de la escotilla, que pesa más de

70 kilos, y le dio a la periodista en la cabeza. La mujer cayó al fondo de la nave con el cráneo destrozado, según Madsen, y murió pocos segundos después. Esto sucedió el pasado 11 de agosto, después de un par de horas de navegación en superficie por las aguas del estrecho del Sund, entre Suecia y Dinamarca.

«Se podía ver que tenía el cráneo abierto» dijo Madsen. El acusado explicó que los estertores de la joven duraron «unos veinte segundos y después se

quedó quieta» A partir de ahí, dice que entró en pánico y decidió arrojar el cuerpo al mar. Según Madsen, él sacó el cuerpo del submarino atándole a un cabo y que fue donde ahí «perdió sus medias y bragas». Esta nueva declaración tampoco convence a la fiscalía ni a la juez, ya que las pruebas del torso hallado y las desaparecidas cabeza y extremidades, no coinciden con los hechos descritos. La juez prohibió decir en la sala la descripción de la autopsia del torso para no herir sentimientos de los familiares.

Madsen niega haber tenido una relación sexual con la periodista, pero la fiscalía dice que dentro del submarino han hallado sangre en unos «pantis». Por otra parte, tres mujeres testificaron ante la juez haber tenido sexo con el acusado a bordo del submarino, que tenía la nave como una especie de «picadero» donde satisfacía sus fantasías sexuales.

Peter Madsen está ahora acusado de homicidio según el artículo 237 de la Ley penal danesa y de «relación indecente con cuerpo humano». La condena mínima es de 5 años y puede ser también cadena perpetua. La juez ha decretado cuatro nuevas semanas de prisión preventiva y de momento, el morbo de esta historia de sexo y muerte en un submarino ha hecho que una productora australiana se haya puesto en contacto con Madsen para hacer una película.