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Investigación

Ojo a los edulcorantes: algunos aumentan el riesgo de pubertad precoz en niños

Estudio de investigadores de la Universidad Médica de Taipéi

¿Es seguro tomar edulcorantes? larazonLa Razón

Investigadores de la Universidad Médica de Taipéi en Taipéi (Taiwán) presentan en ENDO 2025, la reunión anual de la Sociedad de Endocrinología en San Francisco (Estados Unidos) un trabajo que concluye que el consumo de ciertos edulcorantes presentes comúnmente en alimentos y bebidas podría aumentar el riesgo de pubertad precoz en niños, especialmente en aquellos con predisposición genética.

En concreto, los investigadores descubrieron que el consumo de aspartamo, sucralosa, glicirricina y azúcares añadidos se asociaba significativamente con un mayor riesgo de pubertad precoz, especialmente en niños con ciertas características genéticas. Cuanto mayor era el consumo de estos edulcorantes en los adolescentes, mayor era el riesgo de pubertad precoz central.

"Este estudio es uno de los primeros en vincular los hábitos alimentarios modernos, en concreto el consumo de edulcorantes, con factores genéticos y el desarrollo de la pubertad precoz en una amplia cohorte del mundo real", declara el doctor Yang-Ching Chen, del Hospital Municipal Wan Fang de Taipéi y la Universidad Médica de Taipéi en Taipéi. "También destaca las diferencias de género en cómo los edulcorantes afectan a niños y niñas, lo que amplía significativamente nuestra comprensión de los riesgos para la salud individualizados".

Un tipo de pubertad precoz central, conocido como pubertad precoz central, es cada vez más común. Puede provocar angustia emocional, menor estatura adulta y un mayor riesgo de futuros trastornos metabólicos y reproductivos.

Investigaciones previas de Chen descubrieron que ciertos edulcorantes pueden influir directamente en las hormonas y las bacterias intestinales relacionadas con la pubertad precoz. Por ejemplo, se demostró que un edulcorante artificial llamado acesulfamo de potasio o AceK desencadena la liberación de hormonas relacionadas con la pubertad al activar las vías del "sabor dulce" en las células cerebrales y aumentar las moléculas relacionadas con el estrés. Otro edulcorante, la glicirricina (presente en el regaliz), alteraba el equilibrio de las bacterias intestinales y reducía la actividad de los genes implicados en el desencadenamiento de la pubertad. "Esto sugiere que lo que los niños comen y beben, especialmente los productos con edulcorantes, puede tener un impacto sorprendente y poderoso en su desarrollo", apunta Chen.

Los nuevos hallazgos provienen del Estudio Longitudinal Puberal de Taiwán (TPLS), iniciado en 2018. El estudio incluyó datos de 1407 adolescentes. Se diagnosticó pubertad precoz central en 481 adolescentes. Los investigadores evaluaron el consumo de edulcorantes en adolescentes mediante cuestionarios validados y análisis de orina. La predisposición genética se cuantificó mediante puntuaciones de riesgo poligénico derivadas de 19 genes relacionados con la pubertad precoz central. La pubertad precoz se diagnosticó mediante exámenes médicos, niveles hormonales y ecografías.

El consumo de sucralosa se relacionó con un mayor riesgo de pubertad precoz central en niños, mientras que el consumo de glicirricina, sucralosa y azúcares añadidos se asoció con un mayor riesgo de pubertad precoz central en niñas.

"Los hallazgos son directamente relevantes para las familias, los pediatras y las autoridades de salud pública", finaliza Chen. "Sugieren que la detección del riesgo genético y la moderación del consumo de edulcorantes podrían ayudar a prevenir la pubertad precoz y sus consecuencias a largo plazo para la salud. Esto podría dar lugar a nuevas directrices dietéticas o herramientas de evaluación de riesgos para los niños, lo que favorecería un desarrollo más saludable", informa Ep.