Opinión

¡El perro es mío!

Un juez ha dado la custodia compartida de un pastor belga a una pareja

Paloma Pedrero
Paloma Pedrerolarazon

"Él.- ¡Tú no sales de aquí hasta que no me digas dónde está la perra!

Ella.- ¡Quítate de ahí. ¡Tengo algo muy urgente que hacer!

El.- Devuélveme lo que me has robado.

Ella.- ¡Es mía! Yo la he criado, la he cuidado cuando estuvo enferma…

El.- Yo la sacaba a mear…

Ella.- ¡Mentira! Yo le daba de comer, le hacía todo…

El.- ¿Quién la pagó?

Ella.- Tú no compras nada imbécil. Nada que este vivo.”

Este pequeño fragmento pertenece a una obra breve que escribí en 1984, “Resguardo Personal”. En ella, una pareja peleaba ferozmente durante su separación por quedarse con la perra. En esta obra los personajes utilizaban estrategias bastante sucias y vengativas para arrebatar el cachorro a su ex, poniéndole en grave riesgo. En aquel entonces, los animales se consideraban cosas, y no había posibilidades de luchar legítimamente por ellos. Hoy, un juez ha dado la custodia compartida de un precioso pastor belga, dictando que vivirá quince días en casa de cada uno. La resolución de este magistrado responde a la reforma del Código Civil de 2021, a partir de la cual los animales se consideran seres vivos dotados de sensibilidad o seres sintientes. De este modo, a todos los animales, especialmente si son de compañía, se les concede un nuevo estatuto jurídico propio. ¡Madre mía, cómo es posible que durante tantos siglos los animales no fueran considerados seres sintientes según la ley! ¡Cómo pudimos negar que son más sensibles que la mayoría de nosotros! Quizá nuestro ilusorio complejo de superioridad nos elevó a esa falta de empatía. Porque los perros, por ejemplo, demostradísimo está, poseen una gran compasión entre ellos y hacia sus amigos humanos. Algún can loquito hay, indudablemente maltratado y adiestrado por un humano psicópata. No sé si que un animalito tenga que trasladarse de hábitat repetidamente es lo mejor para él, habrá que ir viendo. Pero avanzamos.

Hoy, que tantos humanos en soledad sobreviven gracias a sus mascotas, abracemos cordialmente a sus defensores.