De los 4.097 suicidios en España en 2022, 84 fueron menores de 20 años, apuntan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)

«Las personas en riesgo de suicidio no son atendidas»

Stop Suicidios reclama este domingo en una manifestación en Madrid «más psicólogos en la sanidad pública» tras 4.097 suicidios en 2022, un triste récord por tercer año consecutivo

Pilar, madre de Virginia de la Calle, diseñadora web y tatuadora de 37 años, se quitó la vida el 1 de septiembre de 2020 a los 61 años después de «irse deteriorando desde que comenzó la pandemia». Impactada por «ver en los informativos como moría la gente y no poder salir de casa», Pilar sufrió en tres meses «un empeoramiento que no he visto en mi vida»: «Ella no estaba. La llevamos a Urgencias. Expresó sus deseos de morir en una libreta que llevamos a su psiquiatra. La psiquiatra dijo ‘que negativo todo’, la mandó a casa y nunca volvió a ponerse en contacto con nosotros», recuerda Virginia, fundadora junto a «otros supervivientes» de Stop Suicidios, desde su casa en El Escorial, un bonito pueblo de la sierra de Madrid donde «la naturaleza me ayuda a superarlo después de tener fuertes ideas autolíticas (pensamientos de autolesiones o suicidio) que empezaron después de perder a mi madre».

Después de 30 años diagnosticada de un trastorno bipolar «sin sufrir una sola crisis», a Pilar le cambiaron la mediación tras la voz de alarma que dio su familia a los médicos en Urgencias. «La nueva medicación no la ayudó. Se quedaba totalmente ida. En ningún momento se la ingresó ni se nos informó del riesgo de suicidio». A pesar de que a Virginia y su padre no les comunicaron que su madre fuese una persona con serio riesgo de quitarse la vida, «estaba tan mal que mi padre estaba 24 horas pendiente de ella, se convirtió en policía para intentar evitar que le sucediese nada malo».

Junto a 37 plataformas, Stop Suicidios exigirá este domingo en la marcha «un Plan Nacional de Prevención del Suicidio»

Junto a 37 plataformas, Stop Suicidios reclama este domingo en una manifestación en Madrid para conmemorar el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que comenzará a las 12:00 del mediodía en la Plaza Murillo, «un Plan Nacional de Prevención del Suicidio» después de que 4.097 personas se quitaran la vida el año pasado en España, apuntan los datos provisionales publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Estos 4.097 suicidios, 84 de ellos de menores de 20 años, convierten al 2022 en el año con más suicidios registrados en España al superar las cifras récord de 2021, con 4.003 casos, y 2020 cuando 3.941 personas se quitaron la vida.

«Llevamos tres años seguidos con cifras récords de suicidios en España, pero las administraciones no implantan las medidas necesarias para mejorar la atención sanitaria de las personas con problemas de salud mental», lamenta Virginia. «Logramos hace dos años que se crease el teléfono 024 para atender a las personas en riesgo de quitarse la vida. Es útil para algunos casos y situaciones extremas, perono pueden derivar a especialistas a las personas que llaman porque no hay profesionales suficientes en la sanidad pública», explica la fundadora de Stop Suicidios.

Tras la primera cita con el psiquiatra, «tardan semanas o meses en dar la segunda cita» a las personas en riesgo de suicidio, cuenta Virginia sobre la falta de profesionales. En la petición en Charnge.org creada por el miembro de Stop Suicidios, Román Reyes, en noviembre de 2019 tras el suicidio de su madre, reclaman «una solución urgente al Ministerio de Sanidad»: «Necesitamos más recursos para que a las personas que tienen riesgo de suicidio no las manden a casa y permanezcan ingresadas el tiempo que sea necesario. Más psicólogos en la sanidad pública, servicios de urgencia especializados y más formación en prevención de suicidios, tanto a los sanitarios, como a los cuerpos de seguridad del estado, como a las familias que conviven con los pacientes», se lee en esta petición que suma más de 431.600 firmas.

Virginia subraya que «estamos fuera de los 40 países que sí tienen un plan nacional de prevención como por ejemplo Estados Unidos, Alemania, Irlanda o Dinamarca»: «Estamos dejando un trabajo hecho al Ministerio de Sanidad para que desde ahí elaboren un plan. Las personas en riesgo de suicidio no son atendidas».

Después de que se suicidasen en España 11 personas al día en 2022, Teresa Ribalta, psicóloga de 53 años y directora de la Fundación Orienta dedicada a la salud mental de niños y adolescentes, subraya que «quienes se quitan la vida no son enfermos mentales»: «En la vida hay situaciones difíciles y todos nos podemos ver superados en algún momento».

«Las pastillas cronifican el problema. Los pacientes necesitan ser escuchados»

España es el segundo país del mundo que más consume ansiolíticos y antidepresivos con 111 millones de envases vendidos en 2022, un 30% más que hace una década, sólo superado por Bosnia-Herzegovina, apunta el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes. El 9,7% de la población española había consumido hipnosedantes con o sin receta en los últimos 30 días, mientras el 7,2% de la población reconoce consumir a diario estos fármacos.

Ribalta explica que estas pastillas «no deben ser la primera opción»: «Hay un sobre consumo de psicofármacos perjudicial en un buen porcentaje de casos». Pese a ser «útiles en algunas circunstancias, no resuelven lo que la emoción nos está comunicando, que debemos hacer cambios, actuar distinto»: «Entonces las pastillas cronifican el problema. Los pacientes necesitan ser escuchados, pero faltan profesionales».

Virginia responde los mensajes que llegan a la cuenta de Instagram de Stop Suicidios que reflejan «la falta de atención a los pacientes»: «Nos escriben: ‘He intentado suicidarme esta mañana y me han dado cita para 2025’. ‘A noche me tomé varios botes de pastillas. Fui a Urgencias y me han dado el alta esta mañana’. Esta es la realidad, no la que dicen los políticos de que se está haciendo todo lo posible». La fundadora de Stop Suicidios pide al Gobierno «recoger nuestras reivindicaciones para llegar a tiempo en todos los casos»: «Ser atendido no debe depender de la comunidad autónoma donde vives». Cuando peor estaba, Virginia no buscó un psicólogo en la sanidad pública «porque sabía que no había»: «Fui a terapia psicológica, en mi caso no hizo falta medicación y, con terapia y tiempo, ahora estoy bien».