Francia

¿Por qué hay que cambiar la hora?

¿Por qué hay que cambiar la hora?
¿Por qué hay que cambiar la hora?larazon

La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE) con motivo del retraso de los relojes, el próximo fin de semana (a las 03:00 horas del domingo serán las 02:00), ha emitido un comunicado en el que se dirige a la ciudadanía para "advertirles de que los efectos de esta medida no surtirán el efecto que se persigue, a menos que se acompañen de verdaderas medidas de racionalización horaria".

Responsables de la Comisión Nacional señalan que en el tema del cambio horario “llueve sobre mojado” ya que partimos de un desfase horario que se arrastra desde 1942 cuando se adaptó el horario español al de Berlín por simpatía al régimen nazi (otros países cambiaron por ocupación o por temas bélicos) y nunca se recuperó el horario en correspondencia con la hora solar. Con lo cual “los horarios españoles continúan siendo una excepción en el entorno europeo; los españoles duermen menos que la mayoría de los europeos debido a unos horarios en los que se come y se cena más tarde”, añaden.

Destacan además que el supuesto ahorro energético que se esgrime como causa principal para realizar el cambio no alcanza cotas tan importantes como para justificar esa modificación horaria, ya que las jornadas interminables producen que se salga tarde de trabajar con lo que el hipotético ahorro energético queda desvirtuado. Señalan también que diversos especialistas en temas sanitarios defienden que nuestros horarios generan alteraciones en la salud, en especial en el sueño. Se sugieren, por parte de ARHOE, otros medios de ahorro público como puedan ser: la reducción de coches oficiales y supresión de organismos inútiles que no afectaran a la salud de la ciudadanía española. El ahorro es bastante mayor que el supuesto ahorro energético.

Para la Comisión Nacional el cambio horario pierde todo su sentido al no ir acompañado de otras medidas para la racionalización de nuestros horarios. Defienden la erradicación de una cultura laboral que se base en la presencia del trabajador en su puesto, sin gestionar correctamente la eficiencia real del trabajo y obviando herramientas que favorezcan la productividad y la competitividad de las empresas. Todo ello sin olvidar, la necesidad intrínseca a las personas de disponer de tiempo para su vida privada, para disfrutar de su familia si la tienen y de sus aficiones si las disponen.

Para José Luis Casero, presidente de la Comisión Nacional, “resulta inconcebible que año tras año asistamos a estos cambios de hora de efectividad mínima y perjudiciales para las personas. Mientras, se soslaya por parte de los gobernantes la adopción de otras medidas de optimización horaria para lograr una efectiva conciliación de la vida personal, familiar y laboral que sí tendrían una repercusión directa en la vida de las personas y en la productividad de las empresas”. “Tenemos que fijar cuál es nuestro modelo socioeconómico. A quién nos parecemos más: a Francia o más bien a países en vías de desarrollo”, añade, destacando también la inacción de los poderes públicos ante las diferentes propuestas presentadas por la propia Comisión Nacional ante que si bien se recogen en los programas electorales, luego se olvidan de manera sistemática en aras a otros intereses sociales esenciales pero compatibles con la conciliación.