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Jardinería
El aguacatero, árbol originario de regiones tropicales y subtropicales, no es precisamente el más fácil de adaptar a los jardines europeos. Sin embargo, con algunos cuidados específicos y eligiendo bien el lugar y el momento, es posible disfrutar de este frutal en tierras españolas, incluso más allá de las zonas tradicionalmente cálidas.
Debido a su sensibilidad al frío, el aguacatero solo puede plantarse directamente en el suelo en aquellas zonas del país donde los inviernos son suaves. La franja mediterránea, la Costa del Sol o algunas zonas del litoral atlántico ofrecen condiciones aceptables para su cultivo al aire libre. Aun así, incluso en estas áreas, las heladas intensas pueden ser fatales para el árbol, por lo que se recomienda protegerlo durante el invierno con mantas térmicas o situarlo cerca de muros que lo resguarden del viento.
En el resto del país, lo más prudente es optar por el cultivo en maceta. Esto permite trasladar el árbol al interior durante los meses más fríos, evitando así los daños por temperaturas bajo cero.
El mejor momento para plantar un aguacatero en el jardín es la primavera, una vez que hayan pasado las últimas heladas. Esta época favorece un buen enraizamiento antes del invierno. Plantarlo en otoño, por el contrario, puede ser arriesgado, ya que el joven árbol no tendría tiempo suficiente para adaptarse al suelo antes de que llegue el frío.
Para una plantación exitosa, es esencial elegir un lugar soleado, preferiblemente orientado al sur y protegido del viento. El suelo debe ser ligero, con buen drenaje y ligeramente ácido. Si la tierra es demasiado arcillosa o compacta, conviene mezclarla con compost o tierra especial para mejorar la aireación y evitar encharcamientos.
La producción de aguacates en suelo español es posible, pero no está garantizada. Los árboles suelen tardar entre cinco y ocho años en dar fruto y necesitan unas condiciones muy concretas para que se produzca la polinización. Dado que las flores masculinas y femeninas no se abren al mismo tiempo, plantar dos variedades compatibles (tipo A y tipo B) puede aumentar las probabilidades de éxito.
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