Astronomía
¿Pudo haber vida antes de lo que se creía?
El astrofísico de la Universidad de Harvard Abraham Loeb sugiere que 15 millones de años después del Big Bang el Universo habría tenido las condiciones adecuadas para la existencia de vida.
El astrofísico de la Universidad de Harvard Abraham Loeb ha llevado a cabo una investigación en la que se sugiere que 15 millones de años después del Big Bang el Universo habría tenido las condiciones adecuadas para la existencia de agua, un requisito para que la vida sea posible. "Todo el universo fue una vez una incubadora de vida", ha declarado a la revista "Nature". En su trabajo, publicado en "Arxiv.org", Loeb explica que, hoy en día, la temperatura del fondo cósmico de microondas, los restos del Big Bang, es muy fría (2,7º Kelvin), pero en sus inicios, el Universo habría estado más cerca de 300º Kelvin, lo que supone suficiente calor para sustentar vida si existiera un lugar propicio para que ésta apareciera.
En este sentido, el astrofísico ha señalado que en esa época es posible que existieran planetas rocosos en lugares donde la materia era excepcionalmente densa. Estas características propician la formación de estrellas masivas, de corta vida, que fueron enriqueciendo el cosmos de elementos pesados necesarios para la formación de estos planetas. Sin embargo, este Universo que defiende Loeb apenas duraría 2 o 3 millones de años. En ese tiempo todos los planetas rocosos habrían sido capaces de mantener agua líquida, independientemente de su distancia con su estrella. "Al ser un espacio tan corto de tiempo la vida no pudo convertirse en un organismo complejo, así que estamos hablando solo de la presencia de microorganismos", ha explicado el científico.
"Nature"ha destacado que este trabajo desafía el principio antrópico, que establece que cualquier teoría válida sobre el universo tiene que ser consistente con la existencia del ser humano. Sin embargo, durante la época habitable propuesta de Loeb, la materia era tan densa que incluso si la energía del vacío había sido un millón de veces más fuerte, no habría impedido la formación de estrellas y planetas rocosos y el surgimiento de la vida. Por lo tanto, dice Loeb, los partidarios del principio antrópico no pueden afirmar que el pequeño valor observado ahora es el único que pueda ser observado por los seres vivos.
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