Opinión

¡Que vienen los Reyes!

Las cosas han cambiado mucho. Las cartas de los niños del siglo XXI son infinitas

GRAFAND7914. SEVILLA, 05/01/2024.- La cabalgata de los Reyes Magos recorre las calles de Sevilla.EFE/ Raúl Caro
Cabalgata Reyes Magos en SevillaRaúl CaroAgencia EFE

Recuerdo que cuando era niña el día de Reyes era una fiesta completa. Nunca me encontraba lo que había pedido y tampoco es que hubiera globos, serpentinas, caramelos o regalos innumerables como ahora, pero la magia de saber que alguien había dejado cualquier cosa para mí, me resultaba insuperable. Cuando con el paso de los años fui siendo consciente de que los padres le soplaban a los Reyes lo que tenían que traernos a los hijos y empecé a soñar con esa ropa inaccesible, si aparecía por arte de birlibirloque me volvía loca de alegría. Unos Levi’s hubieran sido un milagro, pero unos Lois podían significar el tesoro a guardar durante todo un año; y lo mismo pasaba no con unas Converse, que por entonces no sabíamos ni lo que eran, pero sí con unas Keds, que eran lo más parecido en versión patria. Como en España había poco donde elegir y don Amancio aún era un gallego desconocido y todavía no había colocado su primera tienda en la calle Carretas de Madrid, cualquier cosa «pintona», que casi siempre se compraba en El Corte Inglés, Galerías Preciados o Celso García, suponía tal alborozo para cualquier adolescente que dejaran lo que dejasen los Reyes siempre era bienvenido, estuviera o no en nuestras exiguas listas de antaño. Ahora las cosas han cambiado mucho. Las cartas de los niños del siglo XXI son infinitas. Tienen tanto donde elegir que no saben ni por dónde empezar. Reciben tantos regalos que según abren uno olvidan el anterior. Y si no encuentran exactamente lo que quieren le montan tal pollo a Melchor, Gaspar y Baltasar, que sus Majestades, más que hartos, cada vez tienen más ganas de largarse cuanto antes a lomos de sus camellos…