Distribución
Inmovilizadas 500 toneladas de alimentos peligrosos para los consumidores
La Guardia Civil ha llevado a cabo de cara al consumo de Navidad una operación de alta intensidad donde han participado más de 2.000 agentes de diferentes especialidades en coordinación con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y las Consejerías de Sanidad de las Comunidades Autónomas. Se han constituido diferentes equipos mixtos que han realizado más de 2000 inspecciones en todo el territorio nacional para el control del comercio y distribución ilegal de productos alimenticios, en la que se han intervenido e inmovilizado más de 500 toneladas de alimentos y 400.000 litros de bebidas, abarcando todo tipo de productos de consumo habitual en estas fiestas, como cavas, licores, mariscos, pescado y carne.
El objetivo principal ha sido detectar actividades irregulares en unas fechas donde el incremento del consumo provoca la puesta en el mercado de alimentos que no cumplen con los requisitos de seguridad alimentaria, falsificación de etiquetados y denominaciones de origen, la adulteración y venta de productos caducados o en mal estado, así como el transporte, distribución y almacenaje de alimentos sin control sanitario o sin respetar otros requisitos legales. Con esta campaña se pretende concienciar a distribuidores y comerciantes de la necesidad de observar el cumplimiento de la normativa nacional y europea en materia de seguridad alimentaria, así como al consumidor para que preste atención a los etiquetados y la calidad de los productos que adquiere.
La denominada "operación Opson", la Guardia Civil ha llevado a cabo 2.339 inspecciones de locales dedicados a la venta de productos alimenticios, establecimientos hosteleros, tiendas y almacenes de alimentación, en los que se han denunciado 1.663 infracciones a la normativa alimentaria marcada por la Unión Europea. También han sido detenidas 25 personas en más de 20 operaciones en distintas provincias españolas con una casuística amplia y llamativa. Las tres líneas de actuación en las que se ha trabajado se han dirigido a los controles de entrada de productos alimenticios por parte del Servicio Fiscal; el control del transporte de los mismos por cualquier vía, por parte de las unidades de Seguridad Ciudadana; así como las inspecciones de los establecimientos dedicados al comercio de los productos procedentes de los centros de distribución, en donde han tenido un papel determinante las unidades del Seprona.
Las infracciones más comunes que se han detectado son la manipulación o carencia de etiquetados, la manipulación de las fechas de caducidad de los productos, el transporte o manipulación de alimentos sin control sanitario, la venta de pescado inmaduro y la conservación de carne o marisco en almacenes clandestinos sin mantener la cadena de frío o con falta de trazabilidad.
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