Sanitarios alertan de lo poco aprendido tras la pandemia

¿Hemos aprendido lo suficiente como para enfrentarnos a una nueva crisis sanitaria? Con esta pregunta de fondo arrancó esta mañana el foro de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas) en Zaragoza. «Las pandemias están ahí y volverán a ocurrir. Debemos estar mejor preparados para afrontar no solo este riesgo, sino también otros desafíos para la salud pública, como el impacto del cambio climático o los determinantes sociales de la salud», aseveró Eduardo Satué, presidente de Sespas, durante la jornada organizada por la entidad con el apoyo del Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón, bajo el título «Salud pública en la postpandemia, retos y oportunidades».

José Luis Bancalero, consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón, puso en valor la necesidad de organizar estos encuentros científicos para «estar preparados para hacer frente a nuevas amenazas, como las resistencias antibióticas, las enfermedades emergentes o la necesidad de afrontar el reto demográfico».

Sobre la puesta en marcha de la futura Agencia Estatal de Salud Pública, Jesús María Fernández, director de Hiris, alertó de que la ley actual «dejaba puertas abiertas peligrosas, como su gobernanza o ubicación», mientras que Josep Figueras, del Observatorio Europeo de Sistemas de Salud, insistió durante su intervención en que «sin independencia real será papel mojado».

Los expertos también coincidieron en que la pandemia dejó lecciones valiosas que aún no se han traducido del todo en cambios estructurales. Se destacó el papel ejemplar de los profesionales y la eficacia de la campaña de vacunación, pero también se señalaron déficits urgentes: mejorar la vigilancia epidemiológica, la coordinación entre niveles asistenciales, la comunicación con la ciudadanía y la protección de las personas más vulnerables.

«Si hoy empezara una pandemia, no estaríamos muy lejos de cómo estábamos hace cinco años», advirtió Óscar Zurriaga Gullón, presidente saliente de la Sociedad Española de Epidemiología, quien apostó por crear estructuras estables y alianzas estratégicas que trascendieran los colores políticos. Nuria Gayán, directora general de Salud Pública del Gobierno de Aragón, insistió en que la salud pública debía salir de su aislamiento y aliarse con otras instituciones y agentes, «también en Hacienda, y poner cifras al impacto de nuestras acciones».

En cuanto a los retos para modernizar la carrera profesional en salud pública, Manuel Herrero, vicepresidente de Sespas, subrayó la necesidad de una reforma estratégica en el sistema de salud pública español. «Los recursos humanos están infradimensionados para la actividad cotidiana», dijo, poniendo como ejemplo la crisis de la DANA en Valencia, donde la falta de profesionales obligó a un esfuerzo extraordinario del personal.

En el cierre del encuentro, el presidente de Sespas, Eduardo Satué, recalcó que «la ventana de oportunidad que abrió la pandemia se está cerrando» y llamó a salir de la «zona de confort» para colaborar con otras áreas como urbanismo, industria o economía. «La información por sí sola no transforma. Necesitamos comunicar mejor, conectar con quien nos escucha y demostrar con datos el valor de la salud pública», concluyó Satué.