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El sencillo truco para saber si tienes que cambiar el aceite del coche

Este líquido es fundamental para lubricar, enfriar, limpiar, proteger y sellar las piezas del motor, ayudándolo a ser más eficiente y prolongando su vida útil

Cambiando el aceite del coche istock

Cuando tienes un vehículo debes prestar atención a cada uno de los factores de los que depende su buen estado y la seguridad vial. Debes tener en cuenta tanto la documentación que debes llevar en regla (seguro obligatorio, Tarjeta de Inspección Técnica y permiso de circulación) como las partes del mismo que deben ser revisadas periódicamente: neumáticos, frenos, líquidos y carrocería.

Ahora bien, existen otras partes del mismo que si no las llevas en un buen estado pueden poner en peligro las vidas de los ocupantes del vehículo. En este caso estamos hablando de los líquidos, tanto de frenos como de aceite.

En el caso del aceite, hay que tener en cuenta que no solo debemos rellenarlo cuando el indicador nos lo hace saber, sino que también necesita un cambio cada cierto tiempo. Para saber cuando hay que cambiarlo solo hay que atender a este sencillo truco.

Cómo saber cuando cambiar el aceite del coche

Un método simple y eficaz es la “prueba con gota”. Se trata de poner una pequeña cantidad de aceite sobre un papel absorbente y observar cómo se distribuye sobre el mismo.

¿En qué consiste la prueba? Es muy fácil: solo necesitas una hoja de papel absorbente o de cocina, que viene siendo lo mismo. Para aplicar el aceite, usa la varilla medidora que se encuentra cerca al motor del coche para tomar una pequeña muestra y, sin limpiarla, deja caer una gota en el centro del papel. Permite que el aceite se esparza y luego observa el patrón que genera.

Luego, debes interpretar los resultados. Si el aceite se dispersa de manera uniforme y la mancha resultante conserva un color homogéneo, esto significa que el aceite aún está en buenas condiciones y funciona correctamente.

Sin embargo, si vemos que el centro es una masa oscura, y tiene los bordes claros, es indicativo de que tenemos que reemplazarlo. Recuerda que esta prueba no sustituye un análisis profesional, pero nos ayuda como una forma rápida y económica de evaluar el estado del aceite.

Cada cuanto hay que cambiar el aceite del coche

La periodicidad para cambiar el aceite de un coche puede variar considerablemente según el modelo del vehículo, el tipo de aceite utilizado, la edad del motor y las condiciones en las cuales se conduce habitualmente. Sin embargo, existen recomendaciones generales seguidas por mecánicos y fabricantes de automóviles que facilitan el mantenimiento adecuado del motor.

En el caso de vehículos modernos, la mayoría de fabricantes sugiere que el aceite se cambie entre los 15.000 y 30.000 kilómetros recorridos, o bien cada 1 o 2 años, dependiendo de cuál de estas circunstancias suceda primero. Esta recomendación puede variar según si el aceite es sintético, ya que estos productos suelen tener una mayor durabilidad y resistencia a la degradación.

Por otro lado, para vehículos de fabricación antigua —es decir, aquellos que superan los 10 o 15 años de antigüedad— se aconseja realizar el cambio en intervalos de 7.000 a 10.000 kilómetros, o al menos una vez por año, ya que los motores más viejos presentan mayores desgastes y suelen requerir mayores cuidados.

¿Qué pasa si no cambio el aceite del coche?

Si no cambias el aceite de tu coche regularmente, se pueden producir graves daños y averías en el motor. El aceite tiene la función vital de lubricar las partes móviles internas, reducir el desgaste por fricción y ayudar a mantener una temperatura adecuada. Al no cambiarlo, el aceite se ensucia, pierde sus propiedades lubricantes y puede causar múltiples problemas, entre los más comunes y perjudiciales están:

  • Sobrecalentamiento del motor: El aceite viejo no lubrica ni enfría bien las piezas, lo que provoca un aumento de la temperatura interna y podría deformar o dañar componentes sensibles.
  • Mayor desgaste y daño a las piezas metálicas: Con aceite sucio, la fricción entre las partes aumenta, generando desgaste prematuro. Esto puede causar ruidos metálicos, roturas e incluso gripado del motor, una avería grave donde las piezas se bloquean.
  • Taponamiento del filtro de aceite: La acumulación de suciedad y residuos puede obstruir el filtro, dificultando el flujo correcto del lubricante, lo que empeora aún más la lubricación.
  • Daños en motores turbo: En vehículos con turbo, el aceite deficiente puede dañar rápidamente esta costosa pieza, ya que la lubricación es esencial para soportar altas temperaturas y revoluciones.
  • Pérdida de eficiencia y aumento del consumo: Un motor que no está bien lubricado funciona con menos eficiencia, consume más combustible y emite más contaminantes.
  • Fallos en sistemas como distribución variable y sistemas delicados: La calidad del aceite afecta otros mecanismos del motor, cuyo mal funcionamiento puede resultar en reparaciones costosas.