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La paella, en Silicon Valley

La paella, en Silicon Valley
La paella, en Silicon Valleylarazon

El humorista Eugeni Alemany ha viajado a esta región para que admitan el símbolo entre los emoticonos, una tarea que, hasta su aprobación, puede tardar años

Hamburguesa, pizza, gamba, tarta, perrito caliente, pero de paella nada. Entre los más de 110.000 emoticonos y emojis que están a disposición de los usuarios de WhatsApp y otros sistemas de mensajería instantánea, la paella aún no existe.

Pero el comité regulador que acepta o rechaza nuevos pictogramas, Unicode, está por recibir una sorpresa. Unos días atrás, el humorista valenciano Eugeni Alemany, junto a una conocida marca de arroz, se ha embarcado hacia Silicon Valley para conseguir que este símbolo, reconocido internacionalmente, sea incluido en la nueva lista. Para ello Alemany ha creado una campaña en change.org en la que explica: «La paella es, junto con la pizza, la hamburguesa o el sushi, uno de los platos más conocidos del mundo, un icono de la gastronomía española y un pilar fundamental de la cultura valenciana. No es justo que la cola de gamba rebozada tenga su emoji y la paella no». El llamamiento hizo que #PaellaEmoji se convirtiera en Trending Topic con cerca de un millón de usuarios comentando la iniciativa. La propuesta va tan en serio que el viernes pasado Eugeni viajó a California para convencer a las principales empresas tecnológicas de su proyecto. Todo lo que ocurra en el viaje lo relatará el propio cómico en su página de Twitter.

Pero ¿es tan fácil conseguir que se apruebe un nuevo emoji?

Primero hay que explicar en que existe una gran diferencia entre un emoticono y un emoji. Los primeros están destinados específicamente a retratar una expresión facial o una postura corporal y se originaron en la combinación de letras y signos ortográficos, hasta que evolucionaron y se transformaron en dibujos. Los emojis, por su parte, fueron creados por compañías telefónicas japonesas y tienen una enorme variedad de diseños y propósitos que retratar. Para saber cuáles son los más utilizados, al instante, basta meterse en la web emojitracker.com, en donde se exhibe, en tiempo real, el ranking.

Para incluir un emoticono o un emoji entre los disponibles, este primero tiene que ser aprobado por Unicode. Este consorcio es la base de todos los textos en el software moderno. Es el modo en el que los smartphones, portátiles, tablets y ordenadores de mesa representan los textos en los diferentes idiomas. Cada vez que escribimos algo, sea desde el dispositivo que sea, cada vez que nos metemos en una web o interactuamos con una aplicación, allí está Unicode para que en todo el mundo exista un estándar compatible que facilite el libre flujo de información y la comprensión entre diferentes sistemas. La estandarización de todos los pictogramas utilizados es, por lo tanto, fundamental. Y cada vez que se agrega uno nuevo se somete a un largo proceso de estudio hasta su aprobación o denegación, lo que puede conllevar varios años. El consorcio tiene, por lo tanto, instrucciones muy precisas para llevar a cabo una solicitud. La primera etapa consiste en revisar su base de datos para saber si el símbolo no existe, si se encuentra en proceso de estudio o si se ha denegado previamente. También debe demostrarse que es un símbolo que una comunidad identifica como propio o que será ampliamente reconocido. Para esto se recomienda presentar la sugerencia junto a la opinión de expertos en el área que corresponda; por ejemplo, si se trata de la paella, escritos de cocineros famosos, antropólogos, sociólogos y hasta agricultores puede dar mayores posibilidades de aprobación.

Entre los criterios que aumentan las posibilidades de que se apruebe el emoji de la paella, figuran varios mencionados en la Lista de Criterios para Codificar Símbolos de Unicode (que sí, que semejante entidad existe). Uno de ellos es que complete una lista de símbolos preexistentes. Otra es que sea comprensible sin necesidad de texto alternativo y pueda ser fácilmente indexado por Unicode y encontrado por el usuarios. Y otra es que no debe cambiar frecuentemente.

La primera presentación ya fue aprobada. Y está siendo sometida a estudio por los técnicos especialistas. El dibujo es suficientemente claro y muestra una paella típica: el arroz, las judías, el muslo de pollo... En lo que han sido extremadamente cuidadosos es en no poner conejo entre los ingredientes. En muchas culturas, este roedor es una mascota y ubicarlo en la receta hubiera sido una posible causa de desestimación del proyecto.

Eugeni ya se encuentra en San Francisco y buscará reunirse con representantes de Facebook y WhatsApp para que apoyen su iniciativa... aunque nada tienen que ver ellos con la aprobación de la iniciativa. Su periplo puede seguirse a través de la cuenta del humorista en Twitter.

Pero más allá de la anécdota, divertida sin duda, posicionar un producto netamente español en un ámbito de casi mil millones de personas tiene una razón. No por nada la iniciativa la apoya una empresa arrocera. Cada vez más la publicidad busca personalizar sus productos. Del mismo modo que sucede con Facebook, que lanza contenidos específicos a cada usuario, no sería extraño que en un futuro cercano comencemos a recibir mensajes de empresas interesadas en vendernos sus servicios. Ya sucedió en su momento con los mensajes de texto (SMS). Posicionar la «marca paella» permitirá detectar, gracias al emojitracker antes mencionado, cantidad de usuarios, frecuencia y hasta origen, y teniendo en cuenta que es algo tan específicamente español, la competencia a nivel internacional es poca. Sugerir una marca de arroz, enviar una receta alternativa o promocionar un restaurante a quienes lo utilicen puede ser una nueva estrategia. Una mina de oro para los publicistas. Y una pesadilla para los usuarios. Pero cosas más extrañas han sucedido.