Granada
Un estudio indaga en la influencia de Facebook en el botellón
El alcohol es una de las drogas potencialmente más peligrosas para el individuo, especialmente por el reconocimiento social innato al consumo. La adolescencia constituye una etapa decisiva para el establecimiento y la modificación de hábitos saludables que, a esas edades, están altamente condicionados por su red de contactos (amigos y amigas, conocidos, familiares, ídolos sociales, etc,) y que es imprescindible conocer para plantear cualquier intervención.
Por ello, y según informa la agencia Dicyt, el Grupo de Investigación Salbis (Salud, Bienestar y Sostenibilidad Socio-sanitaria) de la Universidad de León (ULE), dirigido por la profesora Pilar Marqués, trabaja en una línea de investigación centrada en el consumo de alcohol en los adolescentes y en el estudio de las redes sociales en la identificación de actores influyentes y su aplicación en la adquisición de conductas saludables.
Como explica uno de los miembros del Grupo implicado en esta línea de investigación, José Enrique Bayón, según datos del último informe del Observatorio Español sobre Drogas, casi el 82 por ciento de los adolescentes han consumido bebidas alcohólicas en el último año y un 74 por ciento en el último mes. Incluso, existe una prevalencia superior al 18 por ciento de consumo intenso o Binge Drinking (el consumo de cinco o más unidades de bebida alcohólica estándar en un plazo de dos horas).
“Los adolescentes se caracterizan por ser muy influenciables por el entono social de forma bidireccional: el individuo influye en sus contactos y éstos, a su vez, en el propio individuo. Debido a que los hábitos adquiridos por los adolescentes pueden repercutir en su vida adulta pudiendo ocasionar grandes problemas de salud, es necesario cuantificar estas influencias para poder abordar este problema de forma eficaz”, señala el investigador.
Sin embargo, las investigaciones actuales arrojan un vacío de evidencias en cuanto a cómo se transmite o se “contagia” dicha influencia social. “Es necesario profundizar en los aspectos causales del consumo excesivo de alcohol desde una perspectiva social y conocer qué patrones de contactos existentes entre ellos se relacionan con el consumo de otras drogas, hábitos de socialización a través de redes digitales, comportamientos sexuales, la utilización del tiempo libre, etc.”, agrega.
Identificación de actores influyentes
El Grupo de Investigación Salbis está desarrollando un proyecto de investigación cuyo fin último es describir la influencia que ejerce la red de relaciones del adolescente sobre el consumo de alcohol y su atribución a patrones de conducta establecidos. Asimismo, se prevé analizar las redes de los adolescentes que estimulan la adquisición de conductas saludables.
El trabajo centra la tesis doctoral de la investigadora del Grupo Enedina Quiroga Sánchez y aplica la Teoría de Redes Sociales, que explica el comportamiento del individuo en función de los modelos de contactos, y su método para cuantificar las relaciones denominado Análisis de Redes Sociales (ARS). Así, los datos se obtendrán mediantes test estandarizados contestados por escrito y de forma anónima mediante una aplicación informática desarrollada por el grupo. “Se trata de una línea de investigación innovadora que está dando pie a numerosos estudios y tesis, tal y como pretende explotar este estudio”, apunta Bayón.
La tesis doctoral cuenta con distintas fases de desarrollo, como la realización del proyecto, la búsqueda de socios, el trabajo de campo y la recogida de datos, el análisis de los mismos y la extracción de conclusiones y explotación de resultados. En estos momentos, ya se ha elaborado el proyecto y contactado los socios, y se prevé iniciar el trabajo de campo en aproximadamente cuatro meses.
Diseño de estrategias preventivas
El estudio de las redes sociales que afectan al consumo de alcohol en adolescentes tiene importantes implicaciones prácticas. Aunque es patente la evidencia de que el consumo de alcohol en los jóvenes está influenciado por los amigos que consumen e incluso, por los propios padres consumidores, y se han desarrollado campañas de sensibilización en entornos educativos y medios de comunicación, dichas medidas “todavía se consideran insuficientes posiblemente porque desconocemos cómo se transmite o se ‘contagia’ esa influencia”.
“El conocimiento en clave de red facilitaría la planificación de estrategias multifactoriales del entorno, perspectiva apoyada ampliamente por la literatura en el consumo del alcohol”, asegura el investigador. Así, el objetivo del proyecto es desarrollar estrategias preventivas que disminuyan el impacto negativo del alcohol en los jóvenes consumidores, no sólo a nivel de su salud individual, sino también en el social y familiar, contribuyendo a reducir el impacto de estos problemas sobre el sistema socio-sanitario.
Más información en Dicyt
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