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Teresa pide 150.000 euros al consejero de Sanidad

Comienza la ofensiva jurídica. La pareja «atacará» por tres vías: una demanda por derecho al honor, una reclamación por derecho patrimonial tras la muerte de Excálibur y la última por un delito contra la seguridad de los trabajadores

Teresa Romero y su marido Javier Limón dan un paseo por las calles de Becerreá, en Lugo. Según se aprecia, la auxiliar aún no se ha recuperado
Teresa Romero y su marido Javier Limón dan un paseo por las calles de Becerreá, en Lugo. Según se aprecia, la auxiliar aún no se ha recuperadolarazon

Teresa ha solicitado una indemnización de 150.000 euros al consejero madrileño de Sanidad, Javier Rodríguez, por atentar «gravemente» a su honor.

Teresa Romero descansa en Galicia tras recibir el alta, pero antes de viajar a Becerreá para abrazar a su madre dejó instrucciones a su abogado, José María Garzón. El objetivo: tratar de corregir los presuntos desmanes de la administración mientras estuvo ingresada en el hospital. «Vamos a iniciar tres vías», anuncia el letrado.

«La primera, una demanda por derecho al honor por las graves afirmaciones que hizo en público el Consejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez. Mientras Teresa estuvo ingresada, tuvo afirmaciones que menoscabaron de forma grave la imagen y la intimidad de Teresa». La auxiliar ha solicitado una indemnización de 150.000 euros. En el acto de conciliación, los abogados tratarán que Rodríguez acepte esa indemnización, una cuantía que irá destinada a varias ONG, sobre todo a protectoras de animales, según ha comentado a Europa Press José María Garzón.

Si no se llega a un acuerdo, se interpondrá la demanda civil, cuyo principal objetivo es que "se limpie la imagen de Teresa". En el trámite de conciliación previa, no es necesario que se presente personalmente el consejero madrileño de Sanidad, pero sí un representante con poderes notariales.

La auxiliar está especialmente dolida por muchas de las manifestaciones que hizo el responsable político y por las que él mismo acabó pidiendo perdón. «Las frases ofensivas son varias y algunas muy ofensivas», denuncia Garzón. «El consejero dice que ella cometió un fallo, razón por la que se contagió y eso es radicalmente falso. Es lo que ella me traslada. El señor Rodríguez también denigró su imagen cuando aseveró que no hacía falta un master para ponerse un traje de protección; cuando la acusó de ocultar información al médico de atención primaria sobre sus sospechas de que podía estar infectada con ébola. También, este señor la señaló con el dedo público al decir que pudo mentir sobre los valores de su fiebre en los primeros días de contagio mientras que estaba en su casa».

Según consta en la demanda «las afirmaciones vertidas por Francisco Javier Rodríguez son rotundamente falsas y atentan claramente contra los derechos constitucionales del honor e intimidad de mi representada». «Resulta palmario», continúa «el daño moral de las meritadas difamaciones, pues se está hablando de hechos gravísimos. Queda probada la intromisión ilegítima al derecho al honor de Doña Teresa Romero y se habrá de señalar la indemnización que estimamos en ciento cincuenta mil euros». La intención de la auxiliar no es enriquecerse sino destinar este dinero a organizaciones benéficas que se dedican a cuidar de los animales.

Responsabilidad patrimonial

La segunda vía legal que Teresa y su marido han presentado esta mañana es una reclamación de responsabilidad patrimonial. «Teresa y Javier no entienden porqué se sacrificó a Excalibur. Es cierto que se eutanasió al perro con autorización judicial, pero también que no se verificó si estaba contagiado de ébola. ¿Cómo se pudo tomar la decisión de quitarle la vida sin comprobarlo? Y de haberlo estado, la comunidad científica discrepaba en cuanto a la solución. Mataron al perro de forma preventiva y gratuita y vamos a reclamar la responsabilidad de la Administración». En el escrito se afirma que «la decisión fue tomada de forma precipitada y sin las precauciones adecuadas, sin valorar otras posibilidades».

Teresa es incapaz de hablar en público de su mascota. Se le humedecen los ojos cada vez que lo recuerda en privado. Excálibur era como un hijo y, más que las difamaciones, lo que realmente le ha herido y le dejará marca de por vida es la muerte de su perro. Teresa cree que fue un sinsentido matarlo, sobre todo cuando lo compara con el caso de Estados Unidos, donde se ha respetado la vida de Bentley, la mascota de la enfermera, Nina Pham, contagiada por ébola. «Con esta reclamación lo que Teresa pretende es que se reconozca el error, la innecesariedad del sacrificio y se establezcan protocolos que en futuro respeten los derechos y la vida de las mascotas. Ni un caso Excalibur más», reclama José María Garzón, quien también apunta a que en caso de que les den la razón, solicitarán una indemnización de «entre 100 y 150.000 euros por los daños morales causados. Ella tiene una depresión tremenda».

La tercera vía judicial por la que va a caminar Teresa es la penal. El Juzgado de Instrucción número 21 de Madrid ya ha emprendido una investigación que debe servir para determinar si la Administración ha cometido algún delito contra la seguridad de los trabajadores. Es decir, si no ha cuidado con suficiente diligencia de que sus trabajadores no se contagiaran. «Nos hemos personados en el procedimiento como perjudicados y seguiremos las acciones legales oportunas», explica su abogado. En caso de que hubiese responsable penal, también habría una indemnización por responsabilidad civil. La suma de todas las cantidades podría rozar el medio millón de euros.

Pesa 62 kilos, 10 menos

Teresa se ha quedado «excesivamente delgada. Pesa 62 kilos, unos 10 menos que antes», asegura su entorno más cercano. «Ha perdido culo y se le nota la cara muy chupada», añaden. Por eso su madre no para de sacarle platos cada vez que se sientan en la mesa. Jesusa por fin la tiene en casa, una vivienda de tres plantas con al menos cinco habitaciones en cada una que sus padres hicieron con la idea de poder estar en ella todos juntos: una planta para ellos, otra para Teresa y otra para su hermano.