Violencia de género

Todas las caras de la violencia de género

La jornada «Contra la violencia, tolerancia cero», organizada por Antena 3 y la Fundación Mutua Madrid, aborda la seguridad de las víctimas

Marcha de protesta contra la violencia de género por las calles de Madrid / Foto: Jesús G. Feria
Marcha de protesta contra la violencia de género por las calles de Madrid / Foto: Jesús G. Ferialarazon

La jornada «Contra la violencia, tolerancia cero», organizada por Antena 3 y la Fundación Mutua Madrid, aborda la seguridad de las víctimas.

Año 2019 y la violencia de género sigue presente en nuestras vidas, como un estigma que atraviesa la realidad. Nos mantiene anclados en un halo de incertidumbre que, a medida que pasa el tiempo, pesa más. Ante esta situación, la Fundación Mutua Madrid junto con Atresmediacelebró ayer la jornada «Contra el maltrato, tolerancia cero» en la que se celebraron dos mesas redondas mediante las cuales se busca concienciar a la población sobre un problema que, si bien parece erradicarse por momentos, prevalece en nuestra cultura. «En 2018 se registró la menor cifra de víctimas mortales desde que lo empezamos a contabilizar, un total de 47 mujeres. No es un dato alentador. Nunca es un buen año para la violencia de género», resaltó la periodista y presentadora de Antena 3 Noticias, Esther Vaquero Hernández, que asistió al evento, así como Silvio González Moreno, consejero delegado de Atresmedia.

Vivir con miedo es la paradigmática realidad de las mujeres que se encuentran envueltas en el torbellino de la violencia. «Las emociones principales en la vida de estas personas son el miedo, la vergüenza y la totalmente minada autoestima», recalca Bárbara Zorrilla Pantoja, psicóloga especializada en violencia de género. «Piensan que no van a poder salir adelante. Es una situación que, con el tiempo, les priva de fuerza para contar lo que ha sucedido», continúa, haciendo especialmente énfasis en la pregunta que muchos formulan cuando un caso tarda en salir a la luz: «Si es verdad, ¿por qué has tardado tantos años en denunciar?». En la educación radican muchos de los problemas fundamentales y es que la gran mayoría de la población no está formada para empatizar. «Me gustaría que no tuviésemos que demostrar que somos víctimas porque ese es, ya de por sí, un papel victimizante», apunta Ana Bella Estévez Jiménez de los Galanes, creadora de la Fundación Ana Bella Red de Mujeres Supervivientes. Ella misma es una superviviente de la violencia de género que, cada año, arremete contra la vida e integridad de tantas mujeres en todo el mundo. Según su experiencia, «es importante que la sociedad no nos vea como víctimas, sino como supervivientes. Si los medios de comunicación siguen hablando de las mujeres asesinadas, parece que la culpa fuere nuestra. En su lugar debería ponerse el foco en los hombres maltratadores, ya que nunca veo sus condenas en las noticias. Somos las personas las que hacemos los cambios».

Redes sociales como medio

Desde las fuerzas especiales, el teniente coronel de la Guardia Civil y psicólogo de la Unidad Técnica de la Secretaría de Estado de Interior, José Luis González Álvarez, indica que «se suele actuar cuando ya se ha consumado el asesinato». Por ello, «la vuelta de tuerca sería progresar para ser anticipativos». A raíz de esto, el foco de atención debe colocarse sobre el maltratador. «Sin descuidar a las víctimas ponemos los ojos en el homicida», concluye, no sin antes apuntar que «hay muchísimos hombres en las Fuerzas de Seguridad bien formados» en lo que respecta a la violencia de género.

«Si la educación es el problema, también es la solución. Se trata de una herramienta de cambio que debemos utilizar», enfatiza Zorrilla Pantoja. «El problema de los jóvenes está totalmente unido a las nuevas tecnologías. Es un sector de la población que cada vez atiende menos a la televisión, no lee periódicos y tampoco habla con sus padres, por lo que toda la información la canalizan a través de las redes sociales. Estos medios no presentan ningún tipo de filtro y, sabiendo todo esto, las campañas habría que hacerlas a través de ellos», resalta Pilar Martín Nájera, fiscal especial de Sala para la Violencia de Género. En su caso profundiza en la necesidad, más bien la oportunidad, de emplear un elemento que muchas veces son el motivo de los problemas, a nuestro favor.

Las redes sociales y las nuevas tecnologías han desencadenado un considerable ascenso de la violencia, especialmente entre la juventud, cada vez más consumidora de pornografía. Actualmente, «el 51% de los casos de violencia de género tienen un componente tecnológico», afirma Benjamín Ballesteros Barrado, director de programas de la Fundación Anar. En muchos de estos casos, la agresión no es la única expresión de la violencia. Las situaciones de control y de chantaje son unas muestras igualmente violentas que, la mayoría de las veces, conllevan algo más. «Por eso la educación desde los colegios es fundamental, para enseñar que el golpe no es la única forma de violencia», indica Martín Nájera. En palabras de Rebeca Palomo Díaz, delegada del Gobierno para la Violencia de Género, «el uso de WhatsApp y de las redes sociales para compartir vídeos de carácter sexual, también es violencia de género».