Abusos a menores

Una buena noticia

La Razón
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La edad de consentimiento para mantener relaciones sexuales entre menores y adultos urge una modificación. En un principio, el consentimiento sexual se situaba en los 12 años y se logró aumentar hasta los 13, pese a que esta edad sigue siendo aún muy baja.

Está claro que es necesario aumentarla, por tanto el debate que se plantea entre los 15 y 16 años es positivo. Personalmente, no me inclino ni por una ni por otra edad, sino por la que los parlamentarios aprueben. Estos deben tener el suficiente criterio. Deben pensar que es su hija la que está con un adulto y así pensar emocionalmente, cognitivamente y moralmente si puede estar capacitada una niña o un niño para anticiparse a las consecuencias de esa relación sexual.

Con esta legislación no se pretende limitar los derechos de los jóvenes, sino simplemente protegerles de las apetencias instintivas y, desde luego, egoístas de algunos adultos.

Comprendo que parte de la sociedad es muy contraria a que se pongan normas a todo, pero al igual que en un coche se lleva el cinturón de seguridad o el casco en una obra para asegurar que no haya heridos o incluso muertos, también debemos legislar para evitar daños a veces irreversibles para quienes a su edad requieren una tutela.

Me parece magnífico que se permita a los menores decidir ellos mismos y a sus familias cuando es el momento adecuado para mantener relaciones sexuales con iguales. Soy absolutamente contrario a poner limites o normas, pero sí abogo por establecer una edad de corte en la que los adultos que tengan relaciones sexuales con ellos sepan que no existirá en ningún caso consentimiento, porque con menos de esa edad no se puede otorgar.

Ahora bien, lo que hay que definir es que es adulto, y aquí cabe diferenciar y no dejarlo sólo en tener más de 18 años, sino subir esa edad para que la diferencia entre el menor que pueda dar consentimiento y el adulto sea mayor. Es decir, no podemos poner el grito en el cielo porque un chico de 18 años mantenga relaciones con una chica de 16. El problema aparece cuando un adulto de mediana edad mantiene relaciones con una menor.