Violencia de género «de película»

El ministro Alonso afirma que mensajes de sumisión de la mujer como los de la saga «Crespúsculo» calan en los jóvenes.

Bella (Kirsten Stewart) es una joven infeliz, de familia disfuncional, que siente que no encaja en este mundo. Edward (Robert Pattinson) es un joven atractivo –«insoportablemente hermoso», según Bella– ... y con más de un siglo de edad. Edward es un vampiro. Y Bella quiere dejarse morder por él para, como el propio Edward, no envejecer y estar eternamente a su lado. En definitiva morir, al menos en su forma humana. Esta es la premisa de la saga «Crepúsculo», primero una serie de novelas de Stephenie Meyer convertidas en «best sellers», y después una exitosa saga de películas que alcanza ya la quinta entrega. El ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, dedicó ayer unas palabras a este fenómeno social en adolescentes y jóvenes durante la Comisión de Igualdad del Congreso, donde hizo una valoración de los diez años de la Ley Integral contra la Violencia de Género.

De hecho, citó unas palabras de Bella, la protagonista, correspondientes a «Amanecer-Parte 1» (2001), la cuarta de la serie. «Siendo la persona que estuviese matándote alguien a quien amaras, no tendrías mas opción que seguir. ¿Cómo podrías correr, cómo podrías luchar cuando al hacerlo lastimarás a tu amado? Si tu vida fuera todo lo que puedes dar a tu amado, ¿cómo podrías negársela si fuera alguien a quien realmente amaras?». Estas palabras se encuentran también en la novela de Meyer. ¿Bajo el «disfraz» del amor se está enviando a los jóvenes un mensaje de sumisión? «El guionista que lo escribe sigue incidiendo en algunos mitos que se trasladan a nuestros jóvenes, donde la sumisión se produce. Una sumisión de entrega de la vida, en la que se le dice a la chica: ‘‘El amor lo perdona y lo consiente todo. Y tú tienes que entregarlo todo por esa visión del amor’’», afirmó el ministro. Durante su comparecencia, Alonso recordó que, desde 2003, 793 mujeres han muerto a manos de sus parejas o ex parejas, y que este verano ha sido «insoportable» en este sentido tras varios asesinatos «especialmente crueles». También enumeró algunos de los avances de la última legislatura. De hecho, adelantó que se debatirá si las madres de niños asesinados por sus padres deben incluirse como víctimas de violencia de género.

Alonso sacó a colación este ejemplo debido a los datos que arrojan estudios recientes. Un análisis de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género revelaba que un 33% de los jóvenes de 15 a 24 años considera «aceptable» ejercer «violencia de control» sobre sus parejas: controlar sus horarios, impedirles que vean a su familia o amistades .... Lo chocante es que un 32% de las jóvenes tampoco consideran «inaceptables» estas actitudes. En febrero, un estudio del Centro Reina Sofía, Adolescencia y Juventud mostraba que un tercio de los chicos y tres de cada diez chicas estaban de acuerdo con la siguiente afirmación: «El hombre que parece agresivo es más atractivo».

No es la primera vez que la «Saga Crepúsculo» recibe reproches. El Instituto Andaluz de la Mujer ya alertó de que estas películas, junto a otras como «Perdona si te llamo amor» (2014) o «Tres metros sobre el cielo» (2011) idealizan el amor romántico hasta el punto de que la chica, «siempre ella», renuncia a todo por él, un «chico malo que la hace sufrir por amor».

«Da igual que venga sobre un caballo o sobre un vampiro. Mensajes como los del mito del príncipe azul, el hombre que te hace feliz, y del que tu vida depende por lo que él sea capaz de hacer, producen daño al reforzar un estereotipo que ya existe: cuando un chico toma las riendas te limita, pero porque te quiere, porque sufre al no recibir todo lo que espera de ti», dice Miguel Lorente, ex delegado del Gobierno para la Violencia de Género. Por ver películas como «Crepúsulo» «no significa que una mujer vaya a ser más maltratada», pero se «refuerzan elementos reafirmados por la sociedad», añade. Y es que estas situaciones de violencia de control constituyen un germen de la violencia física. «Es violencia emocional. El control no es una cuestión menor. Te sientes amenazado al hacer algo que te han dicho que no hagas. El que lo impone no dice: ‘‘Te pido en nombre del amor que no te pongas minifalda’’. Te dice: ‘‘No te la pongas porque van a decir que tú eres una ligera y yo un cornudo’’».

Alonso anunció que se va a trabajar con adolescentes en colegios e institutos a través de una serie de guías con el objetivo de «destruir estereotipos» que suponen una «una semilla de aceptación de la desigualdad». Y es que asignaturas como Educación para la Ciudadanía no han supuesto «un avance», pues fue cursada por jóvenes que ahora revelan esas aptitudes. En todo caso, el problema, afirmó, «va más allá de una asignatura».