Alta fidelidad qué es

Alta fidelidad: qué significa realmente y cómo se consigue un sonido puro

Entre términos técnicos y subjetividad, la alta fidelidad esconde un objetivo humano y simple: reproducir el sonido con la mayor exactitud posible, como si tuvieras al grupo tocando en el salón de tu casa

Alta fidelidad: qué significa realmente y cómo se consigue un sonido puro
Alta fidelidad: qué significa realmente y cómo se consigue un sonido puroUnsplash

El mundo de audio de alta fidelidad puede intimidar a quienes no están familiarizados con sus términos y conceptos. En este hobby hay una mezcla de información contrastada y subjetividad que, en una amplia mayoría de ocasiones, genera discusiones sobre qué equipos se consideran parte de ella o no. Sin embargo, algo en lo que todo el mundo parece estar de acuerdo es que, detrás de esas siglas, se esconde algo tremendamente humano y simple (que no fácil): la búsqueda del sonido perfecto.

En este artículo vamos a explorar e intentar explicar qué es realmente la alta fidelidad, por qué es importante para los amantes de la música y cómo cualquier persona puede mejorar su experiencia de escucha sin ser necesariamente un experto (y sin dejarse una fortuna en equipo).

¿Qué es realmente la alta fidelidad?

Reprouctor reel-to-reel. También hi-fi, pero en desuso
Reprouctor reel-to-reel. También hi-fi, pero en desusoUnsplash

La alta fidelidad (a partir de ahora también nos referiremos al concepto como Hi-Fi, acrónimo del inglés de High Fidelity) se puede definir como aquel que se reproduce a partir de la grabación original con la mayor exactitud posible. Un sistema Hi-Fi debería permitir, en teoría, que el oyente escuche sus obras favoritas de la forma más cercana a como se grabaron; que sienta que tiene al grupo tocando en el salón de su casa.

Lo de permitir escuchar las obras de la forma más cercana a como se grabaron en teoría no es en vano: de cómo suena un disco desde que se graba, a cómo llega al formato físico, archivos de audio o plataformas desde los que se reproduce hay un mundo de diferencia por todos los procesos intermedios que intervienen. La grabación es el primer paso, pero después se hace todo esto:

  • La música grabada pasa por un proceso de edición para eliminar sonidos indeseados. Por ejemplo, el arrastre de una mano por las cuerdas de una guitarra justo antes de que empiece a sonar.

  • Después, se somete a un proceso de mezcla para igualar volúmenes y darle a todo un tema coherencia y unidad. Una mezcla bien hecha implica que se tienen que poder apreciar bien todos los instrumentos principales, a grandes rasgos.

  • Por último, se somete la mezcla a un proceso de masterización o mastering que sería el equivalente sonoro de aplicarle a una foto el Photoshop, de forma que los colores sean más vivos y atractivos.

Lo más correcto, en cualquier caso, sería decir que la Hi-Fi realmente consiste en permitir al oyente captar todos los detalles de la obra que escucha sin que tenga que hacer un esfuerzo auditivo para ello. Un buen equipo de alta fidelidad te permite escuchar hasta los detalles más nimios, apreciar mejor la separación entre instrumentos y su distribución en una imagen estéreo (el espacio imaginario que hay entre el sonido del altavoz izquierdo y del derecho, simplificándolo mucho).

El concepto se introdujo por primera vez en los años 50 para describir los sistemas de sonido domésticos modernos, que contaban con varios componentes (eran modulares) y que conseguían niveles de precisión sonora con los que hasta entonces sólo se había podido soñar.

En 1973 el Instituto Alemán de Normas estableció la norma DIN 45500, que definía los requisitos mínimos para que un equipo llevase la etiqueta Hi-Fi: respuesta de frecuencia, distorsión, relación señal-ruido y otros parámetros de los que vamos a dar buena cuenta en este artículo. Estos requisitos se estandarizaron y son los que se siguen en gran parte de la industria.

Características técnicas de un sonido de alta fidelidad

Amplificador estéreo vintage
Amplificador estéreo vintageUnsplash

Si queremos entender qué hace que un sistema sea realmente de alta fidelidad, es necesario conocer bien las características técnicas que lo definen. La primera de ellas es la reproducción de audio precisa. Los sistemas de audio Hi-Fi preservan todos los detalles del proceso al que se somete una obra musical. Para conseguir esto se utilizan actualmente dos componentes:

  • Un conversor digital a analógico (DAC) de alta calidad para los CDs y la reproducción de archivos de audio de alta resolución y sin pérdida (FLAC, WAV).

  • Un amplificador profesional para llevar la señal a los altavoces. Además, el amplificador nos permite elegir desde qué fuente reproducimos dicha señal y modificar el nivel de presión sonora (el volumen de toda la vida) al que lo hace. Generalmente los amplificadores tienen un previo de phono dedicado esencial para reproducir discos de vinilo, aunque hay algunos modernos que no lo incorporan y necesitan de uno externo.

La segunda característica es una respuesta de frecuencias igual a la del oído humano. Nuestro espectro auditivo va de frecuencias graves a 20 Hz, a frecuencias agudas en 20 KHz. En pocas palabras, un equipo Hi-Fi debe permitir escuchar desde los graves más profundos, hasta los agudos más sutiles. Esto ayuda a escuchar los instrumentos "por separado" dentro del conjunto total.

Lo siguiente que encontramos es un bajo nivel de distorsión. La distorsión se produce cuando el equipo modifica involuntariamente el sonido original, añadiendo elementos que no estaban en la grabación (conocidos como artefactos) o saturando la señal. En los sistemas de audio de alta fidelidad los niveles de distorsión se minimizan al máximo, lo que garantiza un sonido lo más limpio posible.

Por último tenemos una alta relación señal-ruido. Esto significa que el sonido deseado (la música en este caso) es mucho más prominente que cualquier ruido de fondo residual que pueda haber, o que cualquier interferencia posible.

¿Cuáles son los componentes esenciales de un sistema Hi-Fi?

Auriculares vintage y tocadiscos
Auriculares vintage y tocadiscosUnsplash

En primer lugar, se necesitan una serie de fuentes de audio para reproducir música. Estas pueden ser reproductores de CD, tocadiscos para los vinilos, streamers de alta calidad (dispositivos que permiten reproducir desde plataformas con calidad sin pérdidas como Apple Music, Tidal o Qobuz a través de WiFi o cable de red) o reproductores de archivos digitales de alta resolución.

La calidad de la fuente determina el límite superior de la calidad de sonido HiFi. Ya que hemos hablado de archivos digitales los usaremos de ejemplo: los antes mencionados WAV o FLAC conservan todos los detalles de la grabación, lo que los hace ideales para este tipo de sistemas. Por contraste, los archivos MP3 están en un formato comprimido que sacrifica calidad en favor de un tamaño de archivo más pequeño. Esto significa que se pierden detalles, especialmente en instrumentaciones más complejas.

El siguiente componente son los amplificadores que, como ya dijimos, son los responsables de llevar la señal hasta los altavoces a un volumen adecuado sin distorsión. Generalmente proporcionan un voltaje eléctrico estable, con potencia suficiente para respaldar a los altavoces, permitiendo que funcionen de manera óptima.

A continuación nos encontramos con los altavoces, que son el elemento fundamental de cualquier equipo Hi-Fi. Son los que transforman la señal eléctrica del amplificador en sonido audible. En estos sistemas de sonido deben tener alta sensibilidad y baja distorsión, siendo capaces de reproducir matices sutiles y respetar la dinámica (la diferencia entre el punto de volumen más bajo y el más alto) de una canción.

Finalmente tenemos los cables y conectores, que a menudo se subestiman, pero que juegan un papel muy importante a la hora de afectar a la calidad del sonido. Se recomienda usar cables de alta calidad para minimizar la pérdida de señal y aportar definición al sonido. Unos cables de mala calidad, aparte de no ser tan precisos en la transmisión de la señal, pueden introducir artefactos.

Consiguiendo un sonido lo más puro posible en casa

La posición de los altavoces es crucial en un sistema hi-fi
La posición de los altavoces es crucial en un sistema hi-fiUnsplash

Llegamos a un punto espinoso que no mucha gente suele tener en cuenta. Tener la mejor experiencia de escucha posible, en muchos casos, indica tener en cuenta una serie de factores que muchas veces se dejan de lado pensando que con un buen equipo es suficiente. Y no: un equipo caro asegura calidad, pero no garantiza una experiencia de escucha óptima.

Lo primero que hay que tener en cuenta es cómo es la sala en la que va el equipo. Los elementos arquitectónicos que haya en el lugar donde se va a escuchar música pueden contribuir a que haya reflexiones indeseadas y otro tipo de interferencias auditivas, lo que debería contrarrestarse con un acondicionamiento acústico decente: trampas de graves, materiales absorbentes, mediciones acústicas de la sala... esto es la teoría, pero muy pocos la llevan a la práctica en sistemas domésticos.

Por norma general, lo que se suele hacer es seguir una serie de convenciones para colocar los altavoces. Como ya hemos dicho, son el componente más crítico de toda la reproducción. Generalmente lo que se hace es buscar el llamado sweet spot; la posición ideal donde debes situarte para escuchar música de manera óptima.

Aquí entrarían las mediciones de las que hablamos hace un momento. Hay programas informáticos que identifican el sweet spot con mucha precisión pero, a riesgo de repetirme, muy pocas personas hacen esto (principalmente porque son caros y conllevan más gastos adicionales, aparte del propio programa). ¿Qué sucede en la mayoría de los hogares? Pues que los altavoces se colocan más o menos siguiendo la forma de un triángulo isósceles o equilátero respecto a los oídos. Limitarse a hace únicamente esto no es lo ideal, pero ayuda.

¿Por qué digo esto? Porque las frecuencias agudas generalmente siguen la dirección hacia la que apuntan los altavoces, mientras que los graves suelen propagarse por toda la habitación sin ningún tipo de control. Ahora bien, la forma del triángulo tampoco se respeta en todas partes. En muchas casas los altavoces se sitúan a los lados del equipo y no se le suele dar mayor importancia, muchas veces por cuestiones de espacio.

En resumen: a pesar de los consejos que he dado en este punto, haz lo que buenamente puedas con tus altavoces, con la habitación en la que está situado tu equipo y con el espacio que tienes a tu disposición para jugar con su posición.

¿Hace falta invertir mucho dinero para tener un sistema Hi-Fi en casa?

WiiM Ultra Music Streamer, amplificador y streamer todo en uno
WiiM Ultra Music Streamer, amplificador y streamer todo en unoHi-Fi Starters Club

Es muy fácil responder a esta pregunta: no, no hace ninguna falta. Y eso lo vamos a comprobar ahora mismo. Empezamos por el amplificador, que es crítico junto con los altavoces. En este sentido te proponemos una serie de soluciones bastante económicas que te permitirán montarte un equipo HiFi en casa muy competente. Y hasta te permitirán ahorrarte algunos componentes extra.

En primer lugar empezamos con el amplificador, igual de crítico que los altavoces, que también vamos a recomendar en este bloque. Este amplificador, además, tiene un giro interesante: también funciona como streamer y es compatible con Spotify, Tidal, Qobuz y Amazon Music sin instalarle nada. Estamos hablando del WiiM Ultra Music Streamer, que tiene un precio muy competitivo para todo lo que ofrece y tiene las conexiones suficientes como para que puedas acoplarle un reproductor de CD, un reproductor de vinilo e incluso una barra de sonido o el audio de una smart TV. Su precio contenido pone de manifiesto que no hace falta gastarse el dineral que cuestan unidades como el Eversolo DMP-A6 que, a pesar de ser de lo mejor en su clase, no es para todos los bolsillos.

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Los altavoces son un modelo de estantería, pequeños, pero muy bien valorados por su relación calidad precio (y con una respuesta muy interesante en los dos extremos del espectro auditivo). Se trata de los Polk Audio Monitor XT15, que gracias a su tamaño comedido caben en cualquier parte y cumplen más que de sobra como altavoces Hi-Fi económicos.

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En lo que respecta a la reproducción de CDs, puede que recordéis cuando, hace bastantes años, había reproductores modulares en las casas. Estos equipos solían ser bastante caros, pero ahora hay alternativas muy económicas con funcionalidad completa y con DACs más que buenos. Es el caso del S.M.S.L. VMVPL100, un pequeño reproductor de CD con capacidades muy sorprendentes y que suena estupendamente bien.

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Y, para cerrar el círculo, vamos con un tocadiscos económico que sirva para empezar a recuperar (o a desarrollar) la sana afición por el formato rey: el Audio-Technica LP60XBTWH. El fabricante japonés ofrece productos muy buenos en todas las gamas de precios, y este tocadiscos, como unidad económica para iniciarse, es más que suficiente. Tiene un pequeño punto negativo para mí, y es que es de transmisión por correa, en lugar de usar tracción directa. Sin embargo, estas opciones suelen ser más caras (y siempre estarás a tiempo de hacerte con pequeños sueños vinileros como el Audio-Technica ATH-LP8X), pero para empezar es un buen sitio desde el que partir y sólo tienes que preocuparte de ponerlo a funcionar. Es totalmente automático y no requiere de ajustes adicionales del brazo fonocaptor.

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La alta fidelidad es objetiva y subjetiva

Como hemos visto a lo largo de este artículo, la alta fidelidad es más que equipos caros y especificaciones técnicas: es en gran parte subjetiva. Lo que para algunos puede ser un sonido perfecto, otros pueden descartarlo (e incluso ponerse muy vehementes porque una configuración no es como ellos la harían). Dicho de otra forma: no necesitas gastar decenas de miles de euros (o más) para disfrutar de la música. Con las opciones que te damos tendrás un equipo más que capaz con una pequeña inversión, pero la cuestión es que te guste su sonido y lo que te aporta.

Lo más importante es recordar que, al final, la alta fidelidad debe ajustarse a tus preferencias personales y al espacio donde escuchas música. Experimenta, ajusta y, sobre todo, escucha tanto como puedas, date pequeños (o grandes) momentos de felicidad sonora y disfruta de lo que será un apasionante viaje en busca del sonido perfecto para ti. La experiencia auditiva de alta calidad está al alcance de todos. Lo único que hace falta es dar los pasos correctos, abrir bien los oídos y juzgar con ellos.