Inteligencia Artificial

Meredith Whittaker, presidenta de la Fundación Signal: "La IA es un negocio de vigilancia"

Su experiencia de más de 13 años en Google le ha valido para convertirse en una firme defensora de la privacidad y de la necesidad de nichos de anonimato digital frente a la monetización de datos

La convicción de Meredith Whittaker en la privacidad y su defensa es máxima
La convicción de Meredith Whittaker en la privacidad y su defensa es máximaPatrícia de Melo Moreira/AFP/Getty Images

Durante los últimos tiempos la privacidad es algo a lo que han renunciado casi de forma automática los usuarios de cualquier servicio. Se da por sentado que nuestros datos personales están en poder de empresas y entidades públicas y que ya casi no nos corresponden.

Esto es algo contra lo que lucha desde hace años Meredith Whittaker, presidenta de la Fundación Signal. En un escenario como el de Silicon Valley encontrar una figura tan disruptiva como la de Whittaker resulta complejo. No en vano se trata de alguien que apostó por dejar de lado una carrera de 13 años en el gigante tecnológico Google para seguir unos principios. La ética por encima del orden establecido y la conservación del control sobre la privacidad frente a la aceptación de cesión de datos de forma sumisa.

Lucha contra la cesión de datos para que otros hagan negocio

Sus ideales la llevaron a asumir el cargo de presidenta de Signal en septiembre de 2022, una empresa de mensajería encriptada cuya defensa principal es la resistencia ante el denominado capitalismo de vigilancia. En una entrevista concedida al periódico británico Financial Times en septiembre de 2024 Meredith Whittaker desgrana los puntos que, en su opinión, han convertido a la inteligencia artificial en un agente abusivo para el control y el lucro, fruto de esa labor de rastreo y acopio de información personal.

Como cofundadora del instituto AI Now en Nueva York junto a otra experta en el campo de la inteligencia artificial como Kate Crawford la valoración de Whittaker sobre el nacimiento y los fines de la inteligencia artificial resulta esclarecedora:

“Considero que la IA surgió del modelo de negocio de la vigilancia... La IA es básicamente una forma de obtener más poder, más ingresos y mayor alcance de mercado”

Meredith Whittaker en el Financial Times en 2024

Esa línea es todo lo contrario a lo que la Fundación Signal, que encabeza Whittaker, desea para el mundo. Frente a una inteligencia artificial como negocio, Signal defiende una preservación de la información personal en el que los datos de cada uno no terminen siendo un mero producto con el que las grandes tecnológicas acaben incrementando su cuenta de resultados.

Para alguien que entre los años 2017 y 2019 trabajó de forma incansable desde las entrañas de Google para desarrollar programas éticos de investigación y desarrollo de inteligencia artificial sin el éxito deseado, el camino tomado tras ello parece el más lógico y coherente.

La lucha de Meredith Whittaker para que la privacidad vuelva a manos de sus legítimos dueños y que de ese modo deje de ser una mercancía con la que las empresas tecnológicas puedan hacerse con un músculo económico que les abra a su vez las puertas de nuevos abusos es una constante en la que la presidenta de Signal no va a rendirse.