Tecnología

¿Debemos fiarnos de la Wikipedia o no?

¿Perseguía su anonimato incentivar las colaboraciones? ¿No inspiraría mayor confianza en tiempos de incertidumbre conocer las autorías y a los responsables de supervisar su calidad?

FILE PHOTO: A reporter's laptop shows the Wikipedia blacked out opening page in Brussels
La Wikipedia cumple 19 años REUTERS/Yves HermanYves HermanReuters

Uno de los principales encantos de la Wikipedia es que, en principio, cualquiera puede contribuir a redactar un artículo. Quien se sienta motivado y tenga tiempo para ello, puede colaborar por amor al arte con esta empresa colectiva, esa Enciclopedia Libre, como gusta de autodefinirse, a cuyos contenidos cabe acceder gratuitamente navegando por internet.

El número de artículos es tan ingente como variopinto y resulta muy cómodo buscar o contrastar una u otra información. Si se hace una búsqueda en Google y algo de lo que hemos tecleado está en Wikipedia, esta página nos aparecerá en primer lugar, salvo contadas excepciones. Desde luego, su existencia se debe a una legión de colaboradores desinteresados que nos regalan su quehacer y su tiempo.

Se diría que nos hallamos ante una república literaria sencillamente perfecta donde conviven libertad e igualdad con un óptimo grado de autonomía. Un sueño republicano hecho realidad. ¿Acaso ha dado la Fundación Wikimedia con esa piedra filosofal anhelada por cualquier proyecto colectivo? Dada la significativa repercusión e influencia que ha obtenido esta Enciclopedia, convertida ya en un referente cultural que alimenta nuestro imaginario colectivo, conviene señalar también sus posibles lunares.

Por ejemplo, los mil y pico “Sysops” (abreviatura en inglés de “operadores del sistema”), o administradores con potestad para bloquear una determinada colaboración o revertir sus contenidos a un estadio anterior, y que funcionan sin jerarquía. Sus nombres de usuario están disponibles, al igual que su historial de actividad en la propia Wikipedia, pero poco más se sabe de ellos.

Con nombre y apellidos, e incluso fotografía, sí se puede conocer a los miembros del consejo de la fundación. También son públicas las donaciones que sostienen Wikipedia. La propia Wikipedia recoge como una crítica el anonimato de las autorías, responsabilizando al mismo del parón que sufrió el fulgurante incremento inicial de nuevos artículos. Tal como señala Kant, el principio de publicidad no consigue por sí solo hacer imperar la justicia, pero si logra discriminar lo injusto. Discutir con alguien cuya identidad se desconoce una vez que te has identificado no parece una relación muy simétrica.

Responsabilidad y traducciones

¿Perseguía el anonimato incentivar potenciales colaboraciones? ¿Acaso no se concitaría una mayor motivación, si en cada una de las entradas figuraran sus respectivas autorías? El plural responde al deseable supuesto de que varios colaboradores puedan ir enriqueciendo un mismo articulo simultánea o sucesivamente. Pues hay perspectivas complementarias y siempre cabe actualizar los contenidos remitiendo a nuevas referencias cruzadas.

Una enciclopedia en línea debe propiciar ese continuo dinamismo revitalizador y la constante actualización de sus contenidos. En este sentido se debería primar, por ejemplo, que los biografiados contribuyeran a matizar o poner al día los datos que les afectan, mientras todavía pueden hacerlo, para proporcionar información de primera mano convenientemente actualizada. E igualmente sería harto deseable que quienes han acreditado su conocimiento sobre algún tema en particular fueran invitados a revisar las entradas correspondientes.

Lo suyo sería contar con innumerables equipos temáticos que supervisaran e incentivaran las colaboraciones. Tampoco estaría mal disponer de otras colegiaturas cuya misión fuera comparar las mismas entradas en distintos idiomas, con el fin de traducir aquellas que sean más exhaustivas y homologar con un carácter más universal el acceso a fuentes fiables de calidad.

Pues resulta inevitable que un contexto lingüístico favorezca el tratamiento de una u otra entrada, y desde luego la traducción automatizada no sirve para conseguir tal uniformidad. Los encargados de controlar las eventuales irregularidades también deberían darse a conocer, con el fin de poder apreciar sus trayectorias y los méritos que les asisten o habilitan para ejercer esas funciones.

Un proyecto tan complejo como necesario

Ojalá se creará un consorcio internacional con mecenazgo público que admitiera donaciones privadas, rehuyendo el anonimato de sus mecenas y colaboradores de todo tipo. Al hacer falta mucha gente para ejercer ese ingente cúmulo de tareas, podría haber becas que tuviesen alguna remuneración o granjearan algún mérito curricular.

Porque no todos pueden permitirse sacar tiempo en medio de un mercado laboral precario, y en ese contexto podría darse la circunstancia de contar únicamente con voluntarios veteranos, cuando integrar a los jóvenes en esta labor sería tan decisivo como fundamental.

Con la pérdida global del anonimato se ganarían dos cuestiones fundamentales para esta res-publica cultural: verse regida por el principio de publicidad y al mismo tiempo quedar amparada por la responsabilidad inherente a toda firma. Se diría que ahora las cuotas de libertad o espontaneidad son dispensadas asimétricamente y que la presunta igualdad atribuible a las colaboraciones tiene sus matices, al existir una cadena de mando muy jerarquizada y desafortunadamente anónima.

En cualquier caso Wikipedia es una feliz iniciativa que ha demostrado ser susceptible de ser utilizada masivamente y que ciertamente merece ser objeto de una reflexión colectiva para mejorarla o sustituirla. No estaría mal intentar ambas cosas y posibilitar con ello que Wikipedia propiciara una nueva Enciclopedia digital constantemente actualizada.

¿El modelo del Ferrater a escala macro?

Se acaba de poner en línea el ya legendario Diccionario filosófico de Ferrater Mora. Esta obra individual, que fue tan útil para los estudiantes de filosofía durante varias generaciones, da un gran paso con su digitalización. Cuando se actualiza una voz redactada por el propio Ferrater, se remarca lo añadido. Al mismo tiempo se incorporan entradas nuevas encargadas a especialistas. Esta vía, partir de diccionarios especializados de solvencia acreditada para fusionarlos y cruzar sus datos, podría ser aplicable de Wikipedia.

Tampoco sería descartable aplicar el modelo de The Conversation, cuyo patrocinio y colaboradores van incrementándose cada día, lo cual es muy de agradecer en estos tiempos donde la información se difunde sin filtro ni criterio algunos, mermando la confianza del público en el sinfín de informaciones al que acceden.

Un diccionario enciclopédico sin anonimatos

En lugar de publicar artículos divulgativos que hacen dialogar a los expertos con el gran público, como hace The Conversation, el espíritu de Wikipedia presidiría lo que podríamos llamar The Encyclopedia, una plataforma digital donde se recogiera el patrimonio cultural de la humanidad, sin cortapisas pero con garantías.

El reto es monumental, pero nos jugamos el futuro, porque nuestras bibliotecas necesitan converger en un proyecto semejante para compartir sus tesoros con el mayor número posible de usuarios. Necesitamos una Nueva Biblioteca de Alejandría con pergaminos tejidos gracias a un uso cabal de las nuevas tecnologías que nos transforman.

Diderot nos legó su Enciclopedia y esta se mostró muy eficaz para combatir la superstición. Ahora necesitamos herramientas para luchar contra la superchería y la demagogia. Un diccionario enciclopédico digital solvente y accesible sería un magnífico subproducto de la pandemia. Esta nos ha demostrado que para lidiar con la incertidumbre necesitamos confiar en los expertos y contar con una ciudadanía responsable capaz de formarse un criterio propio.

Históricamente se ha recurrido al anonimato para eludir persecuciones y posibles represalias, pero en tiempos de incertidumbre inspira una mayor confianza la responsabilidad que acreditan las autorías y la transparencia. Wikipedia nos ha puesto sobre la pista de cómo podría ser este magno proyecto a elaborar conjuntamente, integrando múltiples agencias de todo sesgo, aunque las reglas de juego deban perfilarse descartando el anonimato y conociéndose a todos los actores en liza.

The Conversation