Educación Tecnológica

Hablamos con expertos: ¿cómo enseñar un uso responsable de la tecnología a nuestros hijos?

Cinco claves para evitar el acoso, las adicciones y llevar a un uso constructivo

Un niño jugando con su teléfono móvil en clase / Dreamstime
Un niño jugando con su teléfono móvil en clase / Dreamstimelarazon

Las cifras hablan por sí mismas. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de estadísticas del Instituto Nacional de Estadística (INE) el 22% de los menores de 10 años tienen un móvil. El porcentaje casi se duplica con 11 años. Al cumplir los 12 ya hablamos de un 85%. Y según una encuesta realizada por Qustodio, antes de entrar en el instituto pasan casi la misma cantidad de horas en internet que en clase: 711 contra 760. ¿Cómo le enseñamos a nuestros hijos a hacer un uso responsable de la tecnología?

“Vivimos y viviremos rodeados de pantallas, por lo que lo más lógico es aprender a hacer un uso razonable de ellas – nos explica Lucía García, coordinadora TIC y responsable pedagógica del Método Brains –. Esto implica, que aprendemos a ser espectadores. Debemos aprender a razonar los contenidos que de ellas extraemos de una forma crítica, sabiendo que hay contenidos que pretenden formarnos, otros que, simplemente, pretenden entretenernos sin ser modelos de comportamiento y otros que deben aprender a descartar directamente. Pero, por encima de todo, debemos educar para ser actores y audiencias activas de estas pantallas, que su uso tenga un propósito constructivo y que los jóvenes sean plenamente conscientes de ello”.

Como padres y madres, como educadores, debemos ser conscientes que el 65% de nuestros hijos trabajará en empleos que aún no existen, según datos de un estudio publicado en 2013 por Benedikt Frey y Michael Osborne, profesores de la Universidad de Oxford. El problema podemos ser también nosotros. Las conclusiones del estudio realizado por IPSOS para Samsung, señalan que la seguridad informática en las escuelas es un tema de gran preocupación para padres y madres. Sin embargo, esto contrasta con el bajo nivel de conocimiento de las aplicaciones de seguridad utilizadas en los colegios. De hecho, aunque 3 de cada 4 padres encuestados está preocupado por la seguridad, más de la mitad no conoce ninguna de las principales aplicaciones de seguridad utilizadas en los colegios. De hecho, la encuesta afirma que el 83% de los adultos está preocupado la ciberseguridad en casa, pero, a pesar de ello, casi la mitad no tienen instalado ningún control parental en sus dispositivos. Tampoco sabemos a qué edad darle un móvil y esto puede ser muy polémico.

La presencia de la tecnología en nuestras vidas se ha multiplicado de forma exponencial en los últimos años, especialmente a raíz de la pandemia. Es lógico, por tanto, que en el ámbito educativo y familiar haya surgido un debate sobre el papel que desempeña en la vida de los más jóvenes, para quienes las herramientas digitales se han convertido en un elemento imprescindible en el día a día. El lenguaje digital para ellos es algo natural, pero no es sinónimo de saber hacer un uso responsable de la tecnología.

Con esto en mente, estas son cinco claves para educar en un uso responsable de la tecnología.

1) No hay una edad determinada que sirva para todos. Dependerá de la madurez de cada niño o niña. La única medida, más vinculada a la salud que a factores de uso, es que hasta los dos años no jueguen con móviles o pantallas para proteger su vista. La clave es pensar en el permiso de conducir: aprender de a poco y no soltarlos en la autovía tecnológica de buenas a primeras. Y, sobre todo, que al principio no viajen solos.

2) Preguntar, preguntar y preguntar. Por el tipo de contenidos que ven, con quienes se conecta y a través de qué plataformas y, principalmente, su opinión de situaciones que se dan a menudo (acoso, invasión de privacidad, publicación de información personal) para aprender juntos.

3) Enseñarles a cuestionar lo que ven en la red. Que aparezca en internet no significa que sea cierto. Puede que tengan todas las respuestas allí, pero el aprendizaje consiste ahora en hacerse nuevas preguntas o preguntas responsables.

4)La tecnología es una herramienta más. Pero no la única. Sobre todo en lo que acceso al conocimiento respecta. “Las pantallas no son un sustitutivo de los libros – concluye García – . Son una nueva herramienta, con funcionalidades totalmente diferentes, que nos permite acceder a actividades en las que el alumnado puede interactuar de forma directa con los contenidos. Por todo ello, debemos prepararles para hacer un uso correcto de las mismas y saber extraer de ellas lo máximo posible”.

5) Educarlos en ciberseguridad: riesgos de conectarse a redes públicas, cómo responder a mensajes de desconocidos, cómo interactuar con amigos y docentes… El parámetro en este caso es pensar que internet es una plaza pública. Si no hablarías con un desconocido, si tratarías con respeto a la gente a tu alrededor y si respetarías los espacios privados… lo mismo en la web.