Ciencia y Tecnología

Con un robot violinista no se puede competir

Androides que charlan, tocan instrumentos, vigilan la casa y ayudan con los deberes enamoran al MWC

Un robot pintor en uno de los stands del Mobile World Congress
Un robot pintor en uno de los stands del Mobile World Congresslarazon

Pepper te explica qué tiempo hace y da clase en la universidad; Robelf vigila la casa para que no entren extraños e Ijini canta historias a tus hijos. Ellos son algunos de los robots sociales que este año han copado las miradas en el Mobile World Congress (MWC), en el que cada vez ganan más terreno los androides.

Y como no podía ser de otro modo, no faltan en el congreso de este año los robots artistas. Algunos bailan, como KR2 de Konka, que se mueve al ritmo del Gangnam Style; otros tocan, como Vestel, que emula a Paganini con un violín imaginario, e incluso los hay que pintan imitando a un humano al que están conectados con 5G

Ver a un congresista charlando con un robot ya no es una novedad, sino que forma parte del paisaje del congreso mundial de móviles que se celebra esta semana en el recinto Granvia de Fira de Barcelona, en L’Hospitalet de Llobregat.

Una de las empresas que más ha potenciado esta situación es SoftBank, que tiene varios ejemplares de su robot humanoide, Pepper, en el espacio que ocupa dentro de la feria. Gracias a sus sensores, localiza cuando alguien le pasa cerca y lo llama para captar su atención.

Este androide es uno de los más veteranos dentro del salón y su gran seña de identidad es que es capaz de reconocer el estado de ánimo de su interlocutor: según cómo te note, responde de una forma u otra.

En general, los robots sociales conjugan inteligencia artificial e internet de las cosas (IA e IoT, por sus siglas en inglés), lo que los convierte de facto en asistentes virtuales.

Esta es precisamente la función del coreano Ijini, que a simple vista podría parecer una mascota porque su forma es más parecida a la de un perro que a la de un humano. Refuerza esta impresión el hecho de que acuda rápidamente hacia su dueño cuando lo llama por su nombre.

Ijini, de Innovative Plan Lab, cumple con funciones básicas como hacer de despertador o recordar citas, pero también incluye funciones de entretenimiento -te puede buscar un vídeo en Youtube u otras plataformas para que lo veas en el televisor- y contenidos educacionales.

Ayudar a los más pequeños con los deberes también es uno de los cometidos que cumple Robelf, un androide taiwanés que centraliza el control de todos los dispositivos inteligentes del hogar y que, según sus fabricantes, es «un miembro más de la familia».

De hecho, incluye un visor en su frente a través del cual identifica a su interlocutor. En función de qué miembro de la familia tenga delante, adapta su forma de hablar y los contenidos y los dispositivos a los que puede acceder.

Así, por ejemplo, es capaz de bloquear contenidos violentos o sexuales a los menores.

Tanto Ijini como Robelf también ejercen de guardianes: si detectan a una persona dentro del hogar cuando se supone que está vacío y no le consiguen identificar, llaman a la policía.

Más allá de la ayuda en el hogar y la seguridad, el otro ámbito en el que están ganando protagonismo los robots es en el de la salud: se diseñan pequeños asistentes que registran parámetros relacionados con la salud de sus dueños, de tal modo que cuando detectan una anomalía avisan al médico. Están pensados, sobre todo, para personas mayores y enfermos crónicos. EFE