Moda

El azul de los vaqueros se inventó hace 6.000 años

Un equipo de arqueólogos rescata en Hueca Prieta (Perú) muestras de tejido en las que aún se aprecia el color añil.

El azul de los vaqueros se inventó hace 6.000 años
El azul de los vaqueros se inventó hace 6.000 añoslarazon

Un equipo de arqueólogos rescata en Hueca Prieta (Perú) muestras de tejido en las que aún se aprecia el color añil.

El mundo comenzó a teñirse de añil mucho antes de lo que creíamos. O lo que es lo mismo, empezó a teñirse de índigo o glasto. Índigo, añil, glasto son casi sinónimos que identifican al mismo color: a ese azul intenso que resulta del impacto sobre nuestros ojos de la luz a una longitud de onda de entre 420 y 450 nanómetros cuadrados. Ese color que Newton identificó en medio de la franja fría del arco iris y, por tanto, del espectro visible (rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, añil y violeta... decíamos de pequeños en el colegio). La naturaleza pintó con él los pigmentos de algunas plantas: Indigotera suffructicosa, Indigotera tinctoria... y los hombres aprendieron a utilizarlo.

Hasta ahora, se creía que los pioneros en usar los tintes naturales añiles en esmaltes y tejidos fueron los egipcios. En el antiguo imperio de los faraones, el índigo era sinónimo de realeza. El barco del líder supremo se identificaba por su bandera añil ondeante, las máscaras de los reyes muertos se coloreaban con bellas conjunciones de oro, rojo y el añil del lapislázuli. Hace 4.500 años, los egipcios aprendieron a extraer el añil de las plantas mejorando el método tradicional de extracción de tintes azules a partir de caracolas del Líbano que requería 12.000 piezas extraídas de la playa para confeccionar dos gramos de pintura. Miles de años después, ese mismo tinte sirvió para dar color a una nueva tela inventada por los sastres genoveses del siglo XVII. Una tela dura ideal para las tareas de la clase obrera del norte de Italia que se pintaba de añil extraído de plantas de la India. Algo después se popularizó su uso en Estados Unidos bajo el nombre de «blue jean» (derivado de «azul de Génova»): nacieron los pantalones vaqueros, llamados también «denims» porque se confeccionaba una variedad muy apreciada en la localidad francesa de Nimes.

Así corrieron ríos de tinta añil desde los egipcios a los pantalones vaqueros... ¿O desde antes? Una nueva investigación publicada ayer en «Science» parece desbancar a los faraones del trono de la innovación añil. En realidad, el color índigo ya se usaba entre los pueblos indígenas de Perú hace 6.000 años.

Estudios arqueológicos realizados en las excavaciones de Hueca Prieta en el país andino han arrojado las evidencias más antiguas hasta la fecha del uso de esta pintura. En realidad, han rescatado restos de una explotación de algodón de hace 7.800 años, pero en algunas muestras que datan de hace 6.000 el grado de conservación del tejido fabricado es tan bueno que se conserva parte de la coloración... entre los colores hallados, aparece el añil.

El grado de refinamiento de los tintes andinos en la era precolombina es bien conocido. De hecho, a los primeros conquistadores hispanos les llamó la atención, además de los metales preciosos y las gemas que aquellos pueblos atesoraban, la calidad de sus paños, la suavidad sedosa de sus telas y los colores vivos con los que las adornaban. En el yacimiento de Hueca Prieta, al norte del río Chicama, se han encontrado evidencias de las primeras muestras reconocibles de tejidos de algodón decorados por culturas americanas. Se sabe que este espacio está habitado, al menos, desde hace 14.000 años. Los arqueólogos han logrado rescatar briznas de tejido pintadas con un azul muy concreto. Tras analizarlas químicamente, han descubierto que se trata de restos de pigmentos de la planta Indigotera tinctoria. Hoy en día, ese compuesto, también llamado indigotina, se puede suministrar para la producción de colorantes alimentarios bajo el nombre de E 132.

El nuevo hallazgo peruano parece incuestionable. El índigo ha atraído la atención de los humanos desde mucho antes de lo que pensábamos. De hecho, se supone que en otros yacimientos de Perú podrían encontrarse tintes azules incluso más antiguos. Aunque aún no hay material suficiente para confirmarlo.