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El robot de cara triste que parece humano

Nadia Thalmann (izquierda, por si hay alguna duda) posa junto al robot humanoide Nadine
Nadia Thalmann (izquierda, por si hay alguna duda) posa junto al robot humanoide Nadinelarazon

No cabe duda de que una de las cosas que más nos llaman la atención de la saga Star Wars (más allá de las batallas entre aeronaves, el viaje a la velocidad de la luz del Halcón Milenario o la visión de planetas muy, muy lejanos que casualmente tienen la misma gravedad y atmósfera que la Tierra) es lo amables, leales y graciosos que son algunos de los robots que en estas películas salen.

De C3P0 nos encantó su inocencia, de R2-D2 su lenguaje y eficacia y, ahora, del esférico BB-8, su fidelidad al amo, a pesar de que la forma de este droide , tan poco orgánica, no hace pensar de entrada en profundas emociones.

Mientras el cine dota de humanidad a los robots a través de sus actos, los más avezados ingenieros orientales trabajan por imbuir de humanidad a las máquinas, también a través de su aspecto, informa Tendencias 21.

En este sentido, sorprendente resulta lo conseguida que está Nadine, un robot que hace las veces de recepcionista en la Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU, Singapur). Nadine es el último robot social desarrollado en dicha universidad y ha sido creada bajo la dirección de la experta Nadia Thalmann, a la que por cierto se parece bastante. La robot tiene la piel blanca y suave, y una lustrosa melena castaña.

Más características humanas de Nadine

Pero, además de un rostro y un peinado muy parecidos a los de una mujer, Nadine presenta numerosas habilidades sociales también humanas: es amable y capaz de dar la bienvenida a los recién llegados a la NTU; puede recordar a las personas que ha conocido y sus nombres (e incluso las conversaciones que ha tenido con ellas previamente); al saludar sonríe, mira a los ojos cuando habla, y puede dar la mano a la gente.

Por si todo esto fuera poco, informa la NTU, a diferencia de los robots convencionales, Nadine tiene su propia personalidad, su estado de ánimo y sus emociones. Así, puede estar feliz o triste, dependiendo de la conversación en la que se encuentre implicada.

A todas estas capacidades subyace un software inteligente similar al programa Siri de Apple (una aplicación con funciones de asistente personal a veces con su propia personalidad para iOS) que puede trasladarse - además de a robots humanoides- al mundo virtual.

De este modo, se puede hacer aparecer compañeros virtuales en pantallas de televisores o de ordenadores, con todas las propiedades humanas de Nadine, pero muchos más baratos que ella.

Humanoides llevando un hotel

Thalmann y su equipo esperan que, en un futuro, Nadine y otros robots similares puedan convertirse en asistentes personales de oficinas y hogares, asistentes sanitarios o compañeros sociales de jóvenes y ancianos.

El especialista en el tema Sergio Moriello (autor del libro Inteligencias Sintéticas ) ha augurado que, llegado el momento, estos robots se acoplarán a nuestras vidas en poco tiempo, del mismo modo que lo han hecho el teléfono, la televisión el coche o los ordenadores.

De momento, los robots sociales y humanoides son ya una realidad en un hotel: el japonés Henn-na, recientemente inaugurado en Nagasaki. En este hotel los robots se ocupan de dar la bienvenida y llevar la maleta a los clientes, entre otras funciones.

Creados por la empresa de robótica Kokoro, dedicada desde 2003 al desarrollo de actroides, esto es, robots semejantes a seres humanos, los robots humanoides del Henn-na son capaces de imitar comportamientos de nuestra especie -como la respiración o el parpadeo-, hablar japonés, chino, coreano e inglés con fluidez, establecer contacto visual; y reaccionar al tono de voz o el lenguaje corporal, tal y como ya informamos en Tendencias21 .

Robots sociales en España

En términos generales, un robot social es aquel que interactúa y se comunica con las personas (de forma sencilla y agradable) siguiendo comportamientos, patrones y normas sociales. Para eso se necesita que disponga de habilidades que se ubican dentro del dominio de la llamada inteligencia social.

En España, se ha desarrollado un robot de este tipo, llamado Maggie. Ha sido en el departamento de Robótica de la Universidad Carlos III de Madrid.

Aunque no se parece mucho a un humano, Maggie cuenta con el tipo de habilidades de inteligencia social antes mencionadas: está orientado al acompañamiento de las personas mayores, con las que interactúa y socializa; y es capaz de ayudar en actividades cotidianas, por ejemplo, recuerda la toma de medicinas, enciende y apga el televisor, lee las noticias en tiempo real o informa de la temperatura ambiente. También propone actividades lúdicas como cantar, bailar y jugar.

Así que, aunque no se parece tanto a nuestra especie como Nadine, puede caer tan bien como C3PO, R2-D2 o BB-8. Además de compendiar algunas de las más atractivas utilidades de estos últimos, como el habla o una enorme “lealtad” a su dueño, al que Maggie sigue a todas partes.

Más información en Tendencias 21