Adiós a la publicidad personalizada en Google... ¿de verdad?
La empresa ya no «espiará» nuestros correos a la caza y captura de nuestros datos, una práctica que podía violar la privacidad. Pero hay letra pequeña.
La empresa ya no «espiará» nuestros correos a la caza y captura de nuestros datos, una práctica que podía violar la privacidad. Pero hay letra pequeña.
Lo confieso: he sido yo. No es que se trate de una costumbre o que la venganza figure entre las cualidades que más persigo, pero reconozco que soy partidario de una revancha bien planificada que sin hacer daño, produce una enorme dosis de desconcierto y hasta vergüenza.
Años atrás, un colega de trabajo, reconocido por robar reportajes del modo más impune, copiar y pegar notas ajenas y alzarse con el mérito de terceros, llenó la copa de la paciencia y la empatía.
A partir de ese momento, una vez por semana le escribía con las consultas más peregrinas. Los correos duraron un semestre aproximadamente. Durante todo ese tiempo, el susodicho recibió (me enteré por distintas fuentes) publicidades sobre alargamiento de pene y trasplantes de cabello. A diario. No importaba si abría su correo, redes sociales o YouTube. ¿Cómo fue posible esto? La cuenta de este periodista era de Gmail y este servicio gratuito escanea los mensajes de los usuarios para saber sus búsquedas más frecuentes, los lugares que quiere visitar, su sexo, su edad, religión, orientación sexual, su país de origen y hasta la ciudad en la que vive.
Sabiendo esto, cada correo que le escribía llevaba, al finalizar el mensaje y en color blanco (invisible), palabras como cirugía genital, calvicie, eyaculación precoz... Pues ahora esta venganza parece haber quedado obsoleta. En un post publicado por Google y firmado por Diane Greene, directora de los servicios en la nube del buscador, señalan el nuevo cambio que nos espera, uno muy similar a los que disfrutan los clientes de G Suites. Este servicio ofrece diferentes productos (Gmail, Hangouts, Docs, calendar, etc) con un nombre de dominio personalizado por el cliente, que paga unos 50 euros al año. Y ya suman más de 3 millones de negocios los que pagan por este servicio. Una de sus grandes ventajas es que, al ser de pago, el escaneado de correos para enviar publicidad no se lleva a cabo.
Algo que sí sucede en Gmail y por lo que Google se ha embolsado, en solo un año, más de 15 mil millones de euros. Sí, solo por sugerir publicidad personalizada.
Greene ha explicado el cambio del siguiente modo: «Nuestro sistema automático analiza el contenido de nuestros usuarios (incluyendo los e-mails) para brindar productos relevantes y personalizados, publicidad que puede interesarle, resultados de búsquedas que se ajustan a sus características, así como detección de spam y malware. Este análisis se produce cuando enviamos, recibimos y almacenamos el contenido. En G Suites, el correo electrónico no se utiliza para personalizar la publicidad y ahora tampoco se hará en el servicio gratuito de Gmail. Los correos no serán escaneados para personalizar publicidad después de este cambio».
Alegría y celebraciones, ya no espiarán nuestros correos a la caza y captura de nuestros datos, una práctica que para muchos violaba importantes normas de privacidad.
Pues a no descorchar tan rápido el cava. Vamos a por la letra pequeña. Esto es un anuncio que aún no se ha hecho efectivo y que se supone o espera que entre en vigor «más tarde este año». Segundo, los correos, como explica claramente Greene, no serán una herramienta para publicidad, pero sí seguirán examinándose. Tampoco desaparecerá la publicidad, solo que ésta obtendrá información de otras empresas de Alphabet (Google), como YouTube por ejemplo.
¿Tiene derecho Google a “leer” nuestros correos? Sí, siempre y cuando hayamos aceptado las condiciones del servicio, en las cuales figura esta cláusula, sí pueden hacerlo. Es cierto que también lo hacen para detectar posibles actos terroristas, intercambio de pornografía infantil y otras actividades delictivas, la realidad es que el mayor beneficio hasta ahora de Alphabet era la publicidad personalizada. Pero ellos no pierden. En verdad, gracias a ello, ganan una cierta pátina de transparencia de cara al público, uno que cada vez utiliza menos el correo electrónico como medio de comunicación en favor de sistemas de mensajería instantánea. De hecho, desde 2010, el uso de correo electrónico ha disminuido casi un 20%. Y si la referencia es por edad, entre los 14 y los 18 años, casi todos tienen una cuenta de correo, pero porque la necesitan para abrir una cuenta en una red social o en un servicio de videojuegos online. Pero usarla como sistema de comunicación, es algo que consideran obsoleto. Entre los 19 y los 34 años, los usuarios de correo electrónico siguen sobrepasando el 90%, pero su uso está descendiendo un 2% anualmente desde 2007, según la empresa Radicati. La conclusión obvia es que las nuevas generaciones no usarán correo, pero sí navegarán por Internet más que nunca y seguirán alabando como estrellas a los youtubers.
Visto todo esto, Google seguirá vendiendo publicidad personalizada y nosotros la seguiremos recibiendo. La diferencia es que la información la obtendrán desde otros sitios para los cuales ni siquiera precisan nuestra autorización: ver vídeos en Youtube, realizar búsquedas en Google, compartir documentos en Google Drive o buscar imágenes en ctrlq.org (un buscador de imágenes de Google) no requiere un contrato previo de uso.
Así, no es que se respete más nuestra privacidad, es que los recursos asignados al escaneo de nuestros correos no dan tantos beneficios como antes y hay que cambiar de diana. Y eso es lo que está haciendo Alphabet.
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