Twitter

Google, Twitter, Facebook y Microsoft se alían para acabar con la burocracia digital

Cuatro de las grandes tecnológicas se han unido para crear un sistema que permita compartir archivos. Una iniciativa muy útil pero, ¿hay algo más?

Foto. Gtres
Foto. Gtreslarazon

Cuatro de las grandes tecnológicas se han unido para crear un sistema que permita compartir archivos. Una iniciativa muy útil pero, ¿hay algo más?

Google, Facebook, Microsoft y Twitter, todas ellas, se han unido para desarrollar un estándar de portabilidad de datos de código abierto. Esto significa básicamente que los archivos, las imágenes, los amigos y los contactos podrán compartirse de un modo mucho más sencillo a través de aplicaciones y sistemas operativos, sin tanta “burocracia digital”. La iniciativa, descrita en un documento llamado White paper de 25 páginas, recibe el nombre de Data Transfer Project (DTP). Aunque se trata de un proyecto en el que ya se lleva trabajando desde 2017, el DTP ha sido presentado formalmente este viernes y “tiene como objetivo capacitar a cualquier empresa para crear herramientas que permitan a las personas mover libremente su información a través de la web, sin barreras”, afirmó Damien Kieran, responsable de protección de datos de Twitter.

En términos básicos, cuando cualquier usuario de la plataforma quiera pasar cierta información de un servicio (supongamos Facebook) a otro (por ejemplo Twitter), el mecanismo de portabilidad de DTP utilizará las diferentes interfaces de programación de aplicaciones (API por sus siglas en inglés) para acceder a los datos. Una vez tenga esta información, los “traducirá” a un formato común y se podrá llevar al nuevo servicio. Esto en términos tecnológicos ya que para el usuario será mucho más sencillo: se accede a la configuración del servicio elegido, indicamos que queremos transferir la información, aceptamos los permisos de acceso y allí van los datos.

Sin duda se trata de una iniciativa muy interesante para el público en general. Facilita mucho la compatibilidad de algunos sistemas operativos, acelera el traslado de información entre plataformas como Google Drive y Xbox, por ejemplo, y nos permite controlar a aquellos contactos que tenemos en una red social, pero no hallamos en otra y hasta (sueño cumplido) pasar nuestras listas de música de Spotify a Google Music.

Y cuando el próximo boom social de la red surja, no habrá que reconstruir nuestro perfil digital de cero.

Aunque, por ahora, DTP no está disponible a nivel global, sí es posible usarlo en una versión de prueba, pero se precisan ciertos conocimientos técnicos para ello. Esta versión temporal permite la transferencia de fotos, correos, contactos y agenda.

¿Cuál es el problema entonces? Hay varios.

La manzana envenenada

El primero es que Apple no se ha sumado aún a la iniciativa. Si bien la empresa de la manzana promueve la compatibilidad entre sus productos y su facilidad de uso, este ecosistema abierto rara vez se extiende más allá de la frontera entre productos propios. Tanto en hardware como en software, Apple se ha caracterizado por este hermetismo y la posibilidad de llevar las compras que hemos hecho en iTunes a otro sistema operativo, de modo sencillo, es por ahora una utopía...que no tiene fecha próxima de convertirse en una posibilidad. Ese es solo un ejemplo porque la transferencia de datos e información desde Android a iOS y viceversa, requiere más jaleo de lo necesario y no por razones tecnológicas. En una entrevista cedida en abril de este año, Tim Cook, CEO de Apple, afirmaba que “la privacidad es, para nosotros, un derecho humano, una libertad civil ”. Y el DTP se trata justamente de libertad y privacidad: en el contexto actual no solo no deberíamos preocuparnos por poder compartir datos entre aplicaciones y sistemas operativos, sino que tampoco deberíamos estar alertas a qué ocurre con nuestra información una vez dejamos un servicio, como Facebook. El problema es que Apple no se ha posicionado aún en este asunto y sin su apoyo, faltará una pata muy importante, desequilibrante casi, en el sistema.

Privacidad, privacidad, privacidad

La iniciativa DTP se lanza en un momento en el que la política de privacidad y protección de datos de los usuarios está en boca de todos... más aún después de los fallos de Facebook, Twitter y Google para garantizar la seguridad de la información personal de sus usuarios. En este sentido es bueno que aún se esté ensayando la plataforma ya que la lectura del White Paper que la explica, deja muchas dudas.

Un ejemplo: “Al transferir datos entre proveedores – explican los responsables –, debe practicarse la minimización de datos. En la práctica esto significa que el proveedor receptor solo debe procesar y conservar el conjunto mínimo de datos necesarios para proporcionar su servicio a la persona. El proveedor que envía debe proporcionar toda la información necesaria, pero no más”. ¿Cuanta información es necesaria en este sentido? ¿Es decisión de cada sistema?, ¿Se usará para algo la información transmitida?, ¿Cuánto tiempo se conservan estos datos? En este último aspecto hay un atisbo de respuesta: “El DTP no borrará los datos del proveedor de envío como parte de la transferencia. Sin embargo, los proveedores participantes deberían permitir a los usuarios eliminar sus datos después de que se haya verificado una transferencia exitosa”. Es decir, si nosotros no borramos los registros de la transferencia, esos datos quedan allí. No hay problema si solo se trata de pasar información de un sitio a otro, pero ¿qué ocurre si queremos abandonar uno y llevarnos toda la información?

También aclaran que “la portabilidad no debe extenderse a los datos que puedan afectar negativamente la privacidad de otros usuarios”, pero no se aclara cómo se controlará esto. Ni tampoco cómo impactará en nosotros y en nuestros contactos que se comparta la información de nuestra localización a través de una app de ejercicios físicos, junto a otra que hace públicas nuestras fotos y una tercera que contiene nuestra lista de amigos ya que aquí no solo hablamos de las cuatro grandes, sino también de sus subsidiarias, como Instagram, WhatsApp, YouTube o Skype por nombrar algunas.