Redes sociales
Las redes sociales minan la autoestima de las chicas
Un estudio constata que las mujeres son más vulnerables que los hombres a los cánones de belleza que se muestran en internet
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Córdoba ha constatado que las imágenes que se muestran en las principales redes sociales minan la autoestima de los jóvenes, y que esta influencia es más acusada en las mujeres que en los hombres.
El primer paso de la investigación, realizada por los expertos Pilar Aparicio, María del Pilar Martínez, Alberto Perea y Manuel Vaquero, fue analizar el impacto que tenían ciertos vídeos e imágenes en las redes sociales de Twitter, Instagram, Youtube y Facebook, lo que arrojó una primera evidencia: el marcado estereotipo de belleza que se promueve en ellos, especialmente en lo referente a las mujeres.
A continuación, se elaboró una batería de encuestas sobre la autopercepción de la imagen corporal dirigidas a una muestra del alumnado de la Universidad de Córdoba, tanto chicos como chicas, con edades comprendidas entre los 18 y los 25 años.
En el caso de ellas, se comprobó una situación paradójica: las encuestadas eran conscientes de que la imagen femenina de los vídeos e imágenes publicitarias que se les mostraban era extremadamente estereotipada e inclinada hacia una delgadez extrema, pero cuando se les preguntaba por cuál era su imagen deseada su respuesta se acercaba bastante a esa imagen prototípica.
En el caso de los hombres, sin embargo, había una tendencia a asemejarse más al cuerpo musculoso que se visualiza en la publicidad, pero su preocupación por llegar a ese “ideal” no era tan significativa.
“La diferencia parece residir en que, en el caso de la mujer, se partía con una menor autoestima y la constante exposición a esas imágenes de las redes implica un deterioro mayor en la autoestima y una necesidad de modificar su imagen”, explican los investigadores en un comunicado.
Por último, se abordó la conexión que esta baja autoestima tiene con los desórdenes alimentarios que se derivan de querer cambiar la imagen mediante dietas extremas y hábitos alimenticios poco saludables.
Para ello, se consultó a un grupo de profesionales de la salud y de la enfermería sobre esos desórdenes. Este grupo advirtió sobre el aumento de estos trastornos de la alimentación y evaluaron la publicidad como un factor de riesgo con un valor de 4.60 puntos sobre una escala de 5.
“Con esta perspectiva, queda patente la necesidad de programas educativos que fomenten una relación más saludable con la alimentación y un refuerzo de la autoestima para que las personas más jóvenes puedan disfrutar de las ventajas de las redes sociales sin que estas se conviertan en un factor de riesgo”, concluye el estudio.
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