Informática

Máquina llamando a máquina

Más de 4,3 millones de líneas móviles conectan ya en España máquinas sin necesidad de interacción humana, en un ritmo imparable de crecimiento

Vodafone y el resto de compañías telefónicas han hecho del internet de las cosas una de sus prioridades
Vodafone y el resto de compañías telefónicas han hecho del internet de las cosas una de sus prioridadeslarazon

Más de 4,3 millones de líneas móviles conectan ya en España máquinas sin necesidad de interacción humana, un tipo de comunicación que sólo en el último año ha crecido más de un 20 % y que es el pilar de la gran transformación para la conectividad que supondrá el Internet de las Cosas (IoT), informa Efe.

Se trata de las comunicaciones Máquina a Máquina o Machine to Machine (M2M), una denominación que, aunque pueda parecer propia de entornos industriales, implica conexiones mucho más cotidianas y con previsiones de que su uso siga popularizándose entre las empresas españolas, según una reciente encuesta de la consultora IDC.

Son comunicaciones M2M, por ejemplo, las que permiten transmitir el consumo de luz, gas y agua de los contadores a las compañías suministradoras; las que conectan las alarmas con las firmas de seguridad; o las que permiten pagar con tarjeta la pizza al repartidor en la puerta de casa.

Pero hay muchas más aplicaciones: en el mundo del transporte, la educación, las ‘smart cities’ o la agricultura.

«Por ejemplo, si tienes una plantación de olivos, puedes tener sensores conectados que informan de cuándo hay que regar», explica a Efe Vicente Muñoz, director de IoT de Telefónica, embarcada en la actualidad en el despliegue de contadores conectados de luz y gas en más de 30 millones de hogares en el Reino Unido.

Otro sector en el que las comunicaciones M2M tienen gran recorrido es el de la salud, al permitir el diagnóstico remoto y evitar así que una persona con problemas de movilidad tenga que desplazarse@cada día al hospital para someterse a controles rutinarios.

«Con un dispositivo conectado al cuerpo de un paciente con diabetes, el doctor puede controlar su estado y darle pautas en tiempo real», explica el director de M2M para el Sur de Europa de Vodafone, Cyril Deschanel.

Al igual que ocurre con los teléfonos móviles, cada dispositivo conectado cuenta con su propia tarjeta SIM en la que se vuelca la información que se quiere transmitir, por lo que cada máquina se contabiliza como una línea, aunque pertenezcan a un mismo cliente.

Según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia PCNMC), correspondientes a noviembre pasado, en España hay 4,33 millones de líneas M2M, un 21,4 % más que hace un año.

La mayor cuota de mercado corresponde a Telefónica, que tenía 1,96 millones de líneas a 30 de septiembre, un 15,4 % más que hace un año, mientras que Vodafone sumaba 1,3 millones a cierre de 2016.

Orange, que no facilita datos de este tipo de conexiones, sí destaca la gran evolución experimentada en los últimos años.

«Se trata de un mundo infinito de posibilidades», coincide el directivo de Telefónica.

Por poner un ejemplo, en el ámbito en el que más desarrollo hay, el de los contadores conectados, sólo se ha alcanzado el 30 % de implantación a nivel global, y los porcentajes son aún menores en el alumbrado público (5 %) o la salud (1 %), explica Deschanel.

De acuerdo con la encuesta de IDC, un 19 % de las empresas entrevistadas en España ya había implementado servicios M2M en marzo pasado y un 38 % tenía planes para hacerlo durante 2017. Sus motivos: mejorar la productividad y el rendimiento y ahorrar costes.

Tradicionalmente, las operadoras han utilizado la red 2G para este tipo de comunicaciones, porque «es la que mayor cobertura tiene» y porque, como en el caso de un contador de luz, «se trata de servicios que necesitan muy poquito ancho de banda», explica a Efe Manuel Sánchez Malagón, del equipo de Red de Orange.

Pero cada vez se recurre más al 3G y al 4G. «Utilizamos todas las tecnologías móviles que ayudan al cliente», señala Deschanel, que destaca que el 4G permite, por ejemplo, transmitir las imágenes que graba una cámara de seguridad en tiempo real.

Su última apuesta en innovación en este campo es la red de banda estrecha de Internet de las Cosas (NB-IoT), con capacidad de conectar 100 millones de dispositivos, incluso en zonas de poca cobertura, bajo tierra o de difícil acceso.

«Aunque el 4G disminuye muchísimo la latencia (el tiempo que tarda la red en devolver una acción), sigue siendo alta para algunos casos de uso, como el coche conectado. Eso lo proporcionará el estándar 5G», apunta Sánchez Malagón, para quien será entonces cuando se desarrollará plenamente el IoT.

Mientras tanto, añade que lo están haciendo con los mimbres que tienen.

No opina lo mismo el directivo de Telefónica, que defiende que en el mundo del IoT también se necesitarán «redes más tontas» para casos en los que sólo es necesario transmitir datos una vez al día, por ejemplo para comprobar si una alcantarilla está limpia o no, y eso «con un 5G no te sale el modelo de negocio ni de broma».

Efe