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Campanadas de altura

Una bienvenida al 2020 repleta de luz, música y rostros conocidos en la que Atresmedia TV volvió a confirmarse como la única cadena en no repetir emisión en sus canales principales

Atresmedia
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Entre armaduras doradas y telas negras, 2019 nos dejó atrás como un destello. Cristina Pedroche y Alberto Chicote fueron los encargados de despedirlo en Antena 3 desde la mismísima Puerta del Sol. En directo y con el reflejo de un año repleto de momentos históricos, los presentadores acariciaron los primeros segundos de esta nueva década. Los principales canales de Atresmedia TV fueron los únicos en no repetir emisión, colocando al frente de laSexta a la periodista Cristina Pardo e Iñaki López. Sin embargo, y como era de esperar, las miradas estaban puestas sobre la vallecana. Pedroche acostumbra a sorprender con su vestido cada 31 de diciembre desde hace ya seis años y el afán irremediable de emitir juicios sobre éste, ya es tradición. Una vez más, el diseñador Jacinto de Manuel, no ha dejado a nadie indiferente. Con un traje encajado al milímetro, la colaboradora de «Zapeando» ha deambulado entre lo impredecible, la duda y la sorpresa. Expuesta a todo tipo de comentarios, ha querido resaltar la confianza, el poder y la imbatibilidad que esa especie de escudo le transmitía. Muy lejos de las transparencias y quizá, con un poco de ironía hacia todos aquellos que critican, para variar, las partes de su cuerpo visibles o cubiertas.

Como si de alguna manera influyera en su mensaje. Éste no cambió. El 2020 ha llegado para quedarse entre cerveza y sonrisas de complicidad con su compañero, Chicote, el maestro de los fogones. Desde las 23:45h del 31 de diciembre, ambos repasaron ciertos temas, bromearon sobre vestimentas y sentenciaron un año que deja muchas cosas memorables. Muchas de ellas, sin precedentes, históricas y que, sin ninguna duda, ya forman parte de los libros de historia que aún no se han escrito. Cada fin de año, resulta necesario repasar eso de «los cuartos», «la gran bola marrón» y los diferentes movimientos emanados por un reloj que ya ha vivido 153 Nocheviejas. Desde que fuera instalado en la céntrica plaza por la Reina Isabel II, esas manecillas han señalado tantos segundos irrepetibles como personas lo han mirado. Quién sabe. ¿Qué nos contaría si pudiera hablar? Lo que es un hecho es que, resulta complicado encontrar a una persona que no haya oído hablar de él. Que no se haya fijado en sus números romanos mientras trataba, con dificultad, de masticar y tragar las 12 uvas que ya se han vuelto imprescindibles. Retomando el momento en cuestión, los 15 minutos previos a la medianoche apenas dejan margen de error –aunque los haya habido, y gordos–, no obstante, el dúo ya ha conseguido establecerse en esos escasos metros cuadrados, se han convertido en un símbolo. Algo que sería imposible sin el equipo que no se ve. Los que tampoco se sientan alrededor de una mesa con sus familiares pero sí hacen posible que tú lo hagas. En definitiva, se trata de una noche repleta de risas que retumban, copas que chirrían, espuma que crece y gambas que se pelan. Una noche que guardar en la caja de los recuerdos; es momento de abrazar, de comer y de sentir que para que algo nuevo llegue, quizá es necesario dejar escapar ciertas cosas. Esa es la esencia de la recepción del año y así nos los trasmiten.

Paz Padilla y Jesús Vázquez fueron los protagonistas de las campanads de Mediaset. Con un escenario inigualable, ni más ni menos que el elegido como «el pueblo más bello de España». ¡Y tan bello! Una plaza repleta de curiosos, vecinos y visitantes que esperaban al 2020 rodeados de arte. El monasterio del municipio fue testigo del espectáculo emitido por Telecinco a través de dos de los rostros más conocidos de nuestro país. Más de 100.000 bombillas dieron luz a la cuenta atrás más esperada del año. Cada año. Resulta complicado imaginarse un 31 de diciembre sin Anne Igartiburu, ¿verdad? Ya son 15 años consecutivos que la presentadora lidera el espacio del primer canal. RTVE apuesta por lo seguro y siempre gana. Igartiburu ya forma parte de miles de cenas y su voz, resulta el complemento perfecto para las doce campanadas. Junto a Roberto Leal, el humor y la ternura están garantizados. Por segundo año consecutivo para el sevillano, parece que el frío de Sol se convierte en el lugar más cálido cuando se trata de celebrar.