Televisión
«La línea invisible» que separa el sueño revolucionario de la pesadilla de ETA
Hoy se estrena en Movistar+ una serie que narra el momento en que la banda terrorista pasó de ser una revolución pacífica a tomar la muerte como forma de lucha
El 7 de junio de 1968, Txabi Etxebarrieta apretó el gatillo que marcaría los siguientes cincuenta años de la historia de España. Un disparo en nombre de ETA que daría comienzo a una época repleta de dolor, pérdidas y explosiones. Etxebarrieta era entonces líder de la banda y, pocas horas después de asesinar al guardia civil gallego José Antonio Pardines, fue abatido durante un enfrentamiento con la Guardia Civil. Fue el primer miembro de ETA en matar y en morir, lo que hizo que sus compañeros quisieran vengarle planeando el asesinato de Melitón Manzanas, inspector y uno de los mayores torturadores de la historia de España. En torno a estos episodios que abrieron todo un camino de terror y atentados transcurre «La línea invisible», serie de 6 capítulos de 45 minutos de duración que se estrena hoy en Movistar+.
Explica Mariano Barroso, director de la serie, que narra una historia «que comenzó como un sueño y se convirtió en pesadilla». En esta línea, afirma Antonio de la Torre que «es verdad que había un sueño romántico, el de acabar con una dictadura, hacer una liberación de clases, una lucha de una manera pacífica, obrera y social, pero que, al final, se convirtió en una banda armada y criminal». El actor es uno de los protagonistas de la serie, pero de los pocos que no interpreta a un personaje perteneciente a ETA. Da vida a Melitón Manzanas, un perfil complicado ya que, además de inspector durante el franquismo, fue colaborador de la Gestapo y torturador profesional. ¿Cómo se mete uno en su cabeza? «He intentado hacer un acercamiento a lo que queda de su familia», explica de la Torre, aunque lamenta que la hija «declinó la invitación» de hablar sobre Manzanas. Esta negativa, sin embargo, le sirvió al actor para «tener una información que ya podía imaginar»: «Para ella era un buen padre, muy cariñoso, prácticamente modélico». Detalles, para de la Torre, «esenciales para abordar a un personaje que se presta muy fácil a una visión sesgada». Asimismo, explica que «el gobierno de Euskadi encargó un informe a juristas forenses sobre torturados entre los años 60 y los 2000 avanzados». Salieron 3.500 personas, «muchas de ellas afortunadamente viven todavía y aseguran haber sido torturadas por Melitón o haberle conocido, ahí me vino el otro relato».
No se toma partido
La de ETA es una historia tan reciente y sensible que se expone a todo tipo de interpretación. Subraya de la Torre que «La línea invisible» «no deja de ser una fición», y afirma que «un relato que vuelve atrás me parece pertinente porque, en el fondo, habla de nosotros mismos, cuando hablas del pasado hablas del presente». Sin embargo, asume que «va a haber mucha gente que diga que esta serie está blanqueando a ETA o que está tratando bien a Melitón». En esta línea, Anna Castilo y Patrick Criado, que interpretan a miembros de la banda terrorista y compañeros de Etxebarrieta (Àlex Monner), coinciden en que lanzar una serie con esta trama es «valiente, porque han querido contar el inicio de ETA no desde un punto sensacionalista, sino dando voz a unos personajes con una profundidad muy interesante», dice Castillo. Criado añade que es una historia «que conocemos a través de libros, pocas veces se cuenta desde el lado humano, alejándose del tema político y acercándose a qué sentían quienes decidieron formar ETA». Asimismo, la actriz asegura que la serie «no invita a decantarse hacia un lado o hacia otro», sino que su objetivo es el de transmitir al espectador el principio de una historia «que hoy nos convierte en lo que somos, es interesante».
Por tanto, «La línea invisible» pretende transmitir al espectador el lado humano, familiar e íntimo tanto de Melitón Manzanas como de aquellos que formaban parte de ETA. Se trata de una forma de contextualizar un momento que fue clave para la vida de tantas personas: la decisión que eligió la muerte antes que la vida como forma de lucha. Al fin y al cabo, la historia de unas personas. «El ser humano ha sido capaz de lo mejor y de lo peor, de los gestos más heroicos y solidarios, pero también de los hechos más despiadados y crueles», apunta de la Torre.
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