Televisión
«Run»: fantasía escapista en tiempos de coronavirus
Es una comedia romántica de HBO con toques de thriller y narra la aventura de Ruby y Billy, que fueron pareja en la universidad y, tras 17 años sin verse, deciden huir de sus vidas para reencontrarse
Escapar. Esa sensación adrenalínica de correr sin mirar atrás, de ir en busca de una nueva vida sea por evasión o por curiosidad. Sin embargo, viajar lejos y huir para encontrarse a uno mismo son lujos que actualmente no podemos permitirnos. En pleno confinamiento por la crisis del coronavirus que, además de España, numerosos países del mundo están llevando a cabo, llega a HBO «Run», una serie que nos habla de todo lo contrario. Su intención no es la de lanzar una indirecta ni la de incentivar a hacer algo que, justo ahora, no está permitido por la situación que vivimos ante el Covid-19. La serie tampoco busca poner a los espectadores los dientes largos exponiendo ante sus ojos una historia que habla sobre la maravilla de escapar de las propias realidades, sino que se ha dado la irónica casualidad de que la serie llega en su momento más contradictorio. «Run» comienza con el resoplido y evidente hartazgo ante una vida monótona de Ruby Richardson –interpretada por Merritt Wever («Godless»)–, una mujer que se dispone a dar su clase de yoga cuando, de repente, recibe un mensaje que, en lo más profundo de sí misma, llevaba 17 años esperando: «Corre». El remitente es Billy Johnson, a quien da vida Domhnall Gleeson («Black Mirror»), su ex pareja de la universidad y que, a través de ese escueto mensaje pero cargado de sentido, tiene la intención de que Ruby lo deje todo para reunirse con él en un tren que parte desde Nueva York. Todo ello, acorde a un pacto que hicieron cuando eran jóvenes.
El comienzo de la serie es, nunca mejor dicho, una carrera a contrareloj. Ruby no duda a la hora de obviar su clase de yoga y de coger el primer avión desde California con destino Nueva York. La intriga sobre qué depara ese mensaje es un plato que está servido desde los primeros minutos de la serie. Un plato que, más tarde, con el reencuentro de los antiguos enamorados, se aliñará con tensión sexual, risas y ligeros toques de «thriller». Una serie al más puro estilo Phoebe Waller-Bridge, productora ejecutiva de la ficción, dirigida por su compañera de batallas y también guionista, Vicky Jones.
Un impulso descarado
Además de compañeras de trabajo, Waller-Bridge y Jones son amigas y comparten ambición por el mundo de la creación y la interpretación. Con esto, resulta curioso cómo «Run» nace de una broma privada que ellas pactaron hace años. Explica la guionista a «The New York Times» que cuando se encontraban ante una situación difícil o incómoda, «nos susurrábamos “corre”, nos cogíamos de la mano y salíamos corriendo de allí». Esto se tradujo en una serie cuyos personajes tratan de lanzar el mismo mensaje a los espectadores: es posible escapar con quien quieras, si el objetivo es el de sentirse cómodo y libre. De hecho, Ruby es una mujer que ama la vida de su casa, que tiene marido e hijos y que, sin embargo, es capaz de responder a lo que le pide el cuerpo y de darle la espalda a su realidad para huir. Un impulso descarado y narrado a través de un humor oscuro, ideas retorcidas y un discurso incómodo sobre el amor. Ingredientes típicos de toda creación de Waller-Bridge.
La productora ejecutiva de «Run» vive su mejor momento en el mundo seriéfilo. Triunfó con «Fleabag», serie que creó y protagonizó, así como también arrasa con «Killing Eve». Ahora, todo apunta a que volverá a conquistar al espectador con «Run». Y, aunque esta ficción no sea bajo su dirección, sí se aprecia cómo Jones bebe del enfoque atrevido y típico de Waller-Bridge. A medida que avanzan los seis capítulos de la serie, el espectador se irá dando cuenta de que la fachada de comedia romántica se derrumba sin cuidado. A partir de un comienzo vibrante y engatusador, la serie va evolucionando de tal manera que la aventura de Ruby y Billy no será solo amorosa, sino que se transformará en una peripecia patas arriba que alimentará la intriga del espectador a través de matices de thriller. ¿De qué huyen? ¿Es una oportunidad para reencontrarse o una buena excusa para alejarse individualmente de sus propios mundos?
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